La NASA ha anunciado que 8 países han firmado los acuerdos de Artemisa. Un conjunto de regulaciones que intentan proponer una exploración responsable de la Luna, y que podría ayudar en el futuro a evitar posibles problemas que puedan surgir más allá del entorno de nuestro planeta…

Los acuerdos de Artemisa para crear una coalición internacional

La NASA ha explicado que los acuerdos de Artemisa, que ya han sido firmados por Australia, Canadá, Japón, Luxemburgo, Italia, Reino Unido, Emiratos Árabes Unidos y el propio Estados Unidos, permitirán a las naciones participar en el programa Artemisa para llevar a cabo la exploración tripulada de la Luna. Hay que recordar que el objetivo es que, en 2024, dos astronautas aterricen en la superficie de la Luna, en el polo sur. Será el primer paso para establecer una presencia humana permanente en nuestro satélite y en su entorno.

8 países se suman a los acuerdos de Artemisa de NASA
Concepto artístico del modelo planteado por Blue Origin. Crédito: Blue Origin

Algo que podría convertirse en realidad hacia el final de esta misma década y para lo que la NASA es plenamente consciente de que necesita la colaboración internacional, y de las compañías privadas, si quiere convertirlo en una realidad. Jim Bridenstine explicaba, en una rueda de prensa celebrada el 12 de octubre, que estos acuerdos seguirán creciendo. Esperan que en las próximas fechas se vayan sumando más socios. Se espera que sea un preámbulo a acuerdos bilaterales entre gobiernos con Estados Unidos.

Esos acuerdos futuros, firmados entre naciones participantes, permitirán que cada país pueda desarrollar su participación en el programa Artemisa. Los firmados en este momento establecen normas de comportamiento y reglamento para las actividades espaciales, según ha explicado el propio Bridenstine. Así, los firmantes se comprometen a llevar a cabo todas las actividades espaciales de forma pacífica y en acuerdo con la legislación internacional. Si todo se desarrolla según lo prometido, es un futuro muy interesante el que veremos.

La utilidad de los acuerdos de Artemisa

Las naciones se comprometen a proteger la herencia espacial. Es decir, cosas como los lugares de aterrizaje de las misiones Apolo. También a publicar los datos científicos en un plazo razonable, ayudar a los astronautas que lo necesiten, hacer que su hardware y sistemas sean interoperables para permitir la cooperación… En definitiva, los acuerdos lo que buscan es evitar situaciones tensas, lejos de la Tierra, antes de que sucedan. Aunque resulta un tanto sorprendente que se hayan forjado estos acuerdos teniendo en cuenta el contexto en que nos encontramos.

Según ha explicado la NASA, debido a lo ambicioso del calendario del programa Artemisa, era imposible crear un acuerdo multilateral global a través de las Naciones Unidas o alguna otra organización internacional. Aseguran que los acuerdos son plenamente consistentes con los tratados que ya existen. Especialmente con el tratado del espacio ultraterrestre, de 1967, en el que participan muchas de las naciones (incluyendo España, por ejemplo) y que es el cimiento de la legislación internacional referente al espacio.

El objetivo, con los acuerdos de Artemisa, es que ese tratado tenga mayor importancia. Según Bridenstine, cualquier nación que quiera incorporarse a estos acuerdos tendrá que ser parte del tratado de 1967, así como de otras normas de comportamiento que lleven a una exploración espacial pacífica, segura y próspera, no solo para la NASA y sus socios, sino para toda la humanidad. Los acuerdos de Artemisa también indican que el uso de recursos espaciales puede beneficiar al conjunto de la humanidad, y es algo que deberíamos ver.

Artemisa nos familiarizará con las actividades lunares

A fin de cuentas, la agencia espacial tiene previsto utilizar los recursos de la Luna de forma amplia. Especialmente el hielo, que parece abundante en las regiones, en sombra permanente, de algunos cráteres lunares. No solo proporcionará soporte vital para los astronautas, puede separarse en hidrógeno y oxígeno, los componentes del combustible para cohetes. Esas actividades tendrán lugar siguiendo lo explicado en el Tratado de Espacio Ultraterrestre, que impide que alguna nación pueda reclamar la soberanía de la Luna u otros objetos celestes.

Concepto artístico del modelo de aterrizador planteado por Dynetics. Crédito: Dynetics

Los acuerdos de Artemisa ya fueron presentados en mayo de 2020, pero ha habido que esperar hasta ahora para conocer su contenido. La NASA necesitaba tiempo para incorporar los comentarios de sus socios y, así, mejorar los acuerdos. Por ejemplo, Japón convenció a la agencia para incluir también las actividades en torno a cometas y asteroides, junto a Marte y la Luna, que ya estaban incluidos en los acuerdos. El objetivo es que Artemisa sea el cimiento de las misiones tripuladas que se lleven a cabo al planeta rojo en la década de 2030.

El texto de los acuerdos en su forma actual no tiene por qué ser el definitivo. En el futuro, según han dicho desde NASA, se podrán realizar enmiendas según sea necesario. Algo que quizá suceda con la llegada de actores del sector privado y otras naciones. A fin de cuentas, hay que recordar que van a ser una parte muy importante del programa Artemisa. No en vano, hay diferentes compañías que están trabajando en aspectos como el módulo lunar. Poco a poco, el regreso a la Luna se está convirtiendo en una realidad cada vez más cercana…

Referencias: Space