Un nuevo estudio plantea que quizá no hemos sabido de la existencia de alienígenas porque, simplemente, esperan una señal por nuestra parte. Dicho de otra manera, la vida inteligente extraterrestre, que pueda haber en la Vía Láctea, simplemente está demasiado ocupada como para preocuparse de nosotros…

Los alienígenas esperan una señal nuestra para saber que estamos aquí

El estudio, que de momento está disponible en arXiv, parte de dos suposiciones básicas. Por un lado, que los alienígenas, simplemente, no están preocupados por otros planetas que puedan albergar vida. Por otro, si pudiesen detectar vida inteligente, quizá si se preocupasen por ese mundo. Esto tiene sus propias implicaciones. En el primer caso, para que sea válido, habría que suponer que la vida aparece a lo largo y ancho de la Vía Láctea con facilidad. De ser así, las civilizaciones extraterrestres no podrían preocuparse por todos los planetas habitados.

¿Y si los alienígenas esperan una señal nuestra?
Recreación artística de una hipotética exoluna (luna en torno a un planeta extrasolar) habitable. Crédito: Luciano Mendez

Las civilizaciones podrían no tener suficientes recursos para explorar esos planetas. Especialmente enviando una sonda a analizarlos. Enviar mensajes tampoco es demasiado atractivo si solo van a llegar a mundos habitados por organismos unicelulares. Es un planteamiento que, recientemente, parece estar ganando más peso. Hay multitud de mundos en la zona habitable de sus estrellas. Si cada uno de ellos desarrolla vida, en algún momento de su existencia, la galaxia podría estar inundada de vida. Las civilizaciones no tendrían tiempo para analizar todos.

Sin embargo, una vez un planeta desarrolla vida inteligente, sí puede ser un objetivo interesante para cualquier civilización extraterrestre. Naturalmente, esto nos lleva a la popular paradoja de Fermi. Si la vida es tan abundante como todo parece indicar, ¿por qué no hemos encontrado vida extraterrestre? Una posibilidad lógica es que quizá la vida inteligente sea poco frecuente en la galaxia. Así que cualquier civilización que pudiese haber en la galaxia sería interesante para el resto de vida extraterrestre inteligente presente.

La búsqueda de señales artificiales sería un factor clave

Para detectar vida inteligente de lejos, lo más fácil que puede hacer una civilización es buscar señales de radio artificiales. Es algo que nosotros mismos llevamos a cabo con cosas como el proyecto SETI. Hay que recordar que sus siglas, en inglés, son las de búsqueda de vida extraterrestre inteligente. Lo que hace el ser humano es, simplemente, observar el firmamento en busca de posibles señales que puedan resultar ser de origen artificial. Lo más deseable, naturalmente, sería recibir un mensaje procedente de alguna otra civilización.

Así que, ¿y si le damos la vuelta a ese escenario? Es decir, imaginemos qué sería necesario para que los alienígenas pudieran detectar señales de vida inteligente de la Tierra. La respuesta más simple es la detección de señales de radio procedentes de la Tierra. Hace casi 100 años que comenzamos a enviar señales de radio a otras estrellas (no de manera intencionada). Así que, en esos 100 años, las señales habrían alcanzado, en teoría, las 15 000 estrellas más cercanas al Sistema Solar. Sin embargo, solo aquellas a 50 años-luz podrían haber respondido.

Algo lógico si tenemos en cuenta que deberían haber recibido la señal y, acto seguido, contestarnos, dejando los otros 50 años para que la señal alcanzase nuestro planeta. En ese radio de 50 años-luz hay 1300 sistemas estelares. Apenas un puñado entre los 100 000 y 400 000 millones de estrellas de la galaxia. Al mismo tiempo, aunque la cantidad de estrellas es insignificante, en comparación al conjunto total, sigue siendo una cifra superior a cero. El inconveniente es que esas señales, probablemente, eran indistinguibles del ruido de fondo del universo.

La dificultad de que nuestra señal que esperan esos posibles alienígenas, sea clara

De hecho, ni siquiera hay que esperar a los 50 años-luz. Se plantea que, seguramente, a un año-luz ya eran indistinguibles. Así que, en esos 1300 sistemas, suponiendo que hubiese vida inteligente, seguramente la posibilidad de que hubiesen distinguido la señal era mínima. Por lo que, si la suposición es correcta, ni siquiera podrían sospechar que la Tierra tenga vida inteligente. Y, si la vida no inteligente es abundante, ¿para qué enviar una sonda a intentar contactar con vida inteligente? Lo más probable es que cualquier planeta al azar no tuviese vida inteligente.

Concepto artístico de una hipotética megaestructura alienígena. Crédito: Shkadov Thruster L. Blaszkiewicz/CC

Es, por tanto, una solución más a la paradoja de Fermi. Los alienígenas no han intentado contactar con nosotros porque, simplemente, no han visto nada que les indique que la Tierra tiene criaturas inteligentes. Es una solución elegante que, de maneras similares, se ha planteado en otras ocasiones. De hecho, podemos ir incluso más allá. ¿A qué distancia podría estar la civilización inteligente más cercana a la Tierra? Naturalmente, es difícil plantear una suposición con fundamentos sólidos, porque ni siquiera sabemos si hay vida inteligente lejos del Sistema Solar.

Si la respuesta es que esa civilización está a miles de años-luz, la respuesta es demoledora. Tendremos que esperar miles de años para recibir una respuesta. Desde esa perspectiva, lo deseable es esperar que haya civilizaciones en nuestro entorno a mucha menos distancia. Así, la posibilidad de recibir una respuesta no se va a miles de años en el futuro. Aunque, incluso a solo decenas de años-luz, recibir una respuesta en el curso de nuestras vidas se antoja poco probable. Dicho de otra manera, la búsqueda de vida extraterrestre inteligente continúa…

Estudio

El estudio es A. Wandel.; «The Fermi Paradox revisited: Technosignatures and the Contact Era». Puede consultarse en arXiv, en este enlace.

Referencias: Universe Today