Un grupo de científicos ha confirmado que una cueva lunar, no muy lejos del lugar de aterrizaje de la misión Apolo 11, podría funcionar como hogar para los astronautas que se embarquen en una posible misión en el futuro. Algo que resulta muy atractivo por el futuro que se espera en la exploración espacial tripulada…
Una cueva lunar que puede actuar como hogar
La colonización de la Luna es, sin duda, uno de los grandes anhelos y objetivos de la exploración espacial. El ser humano, desde hace mucho tiempo, ha soñado con la posibilidad de poder vivir en otros lugares del Sistema Solar. Ahora, un grupo de investigadores ha confirmado que hay una cueva en nuestro satélite que puede ser ideal. Está no muy lejos del lugar en el que aterrizaron Neil Armstrong y Buzz Aldrin, en 1969, en la misión Apolo 11. Además, sospechan que podría haber cientos de cuevas lunares que sean igualmente apropiadas.
El equipo explicaba que hay evidencias de la presencia de una cueva con un tamaño considerable. Es accesible desde la fosa más profunda conocida en la Luna. Se encuentra, por supuesto, en el Mar de la Tranquilidad, a unos 400 kilómetros del lugar de aterrizaje de la legendaria misión de la NASA. La fosa, al igual que otras más de 200 descubiertas en la zona, se crearon por el colapso de un tubo de lava. Como podemos imaginar por el nombre, el tubo que quedó después de que la lava dejase de fluir por esa región. En algunos casos, pueden ser enormes.
Los investigadores han recurrido a las mediciones de radar del LRO (Lunar Reconnaissance Orbiter) y han comparado los resultados con los tubos de lava de nuestro planeta. Los datos de radar muestran solo la parte inicial de la cavidad subterránea. A pesar de ello, calculan que debe tener un ancho de 40 metros y, también, decenas de metros de longitud. Tamaño más que suficiente para poder albergar las instalaciones necesarias para una base lunar. Además, estaría en una región protegida, lejos de las inclemencias de la superficie lunar…
Los tubos de lava están localizados en las llanuras
Como explican los investigadores, las cuevas lunares han sido un misterio durante más de 50 años. Por lo que, para ellos, era emocionante poder demostrar, por fin, la existencia de una cueva lunar. La mayoría de estos tubos lunares parecen encontrarse en las viejas llanuras lunares. También, se plantea, deberían existir algunas en el polo sur de la Luna. Un lugar de tremenda importancia porque ha sido seleccionado para los aterrizajes de las misiones tripuladas del programa Artemisa. Es cuestión de años que veamos actividad allí, a partir de Artemisa III (prevista para 2026).
En esa región de nuestro satélite nos encontramos con cráteres que tienen sombra permanente. Por su profundidad, y su ubicación en la Luna, la luz del Sol nunca llega a iluminarlo directamente. Por lo que, al menos en algunos casos, debería haber agua congelada. Un recurso esencial por dos motivos. Por un lado, porque proporciona agua potable para los astronautas. Por otro, porque puede utilizarse para conseguir combustible para cohetes. Ambos aspectos son importantísimos en cualquier misión lejos del entorno de nuestro planeta.
Al no tener que cargarlos de antemano, en una misión tripulada, se puede ahorrar peso y permitir que ese espacio (y masa) se destine a otros fines. El uso de recursos in-situ será esencial en cualquier misión que vaya a la Luna o Marte. De otro modo, si hay que llevar todos los recursos desde la Tierra, El programa Artemisa, además, será mucho más grande que el programa Apolo. En este último, un total de 12 astronautas aterrizaron en la Luna. Fue a lo largo de las misiones Apolo 11, 12, 14, 15, 16 y 17 (Apolo 13 no pudo aterrizar por un problema).
Una cueva lunar que podría servir como hogar en el futuro… ¿pero cuándo?
Los hallazgos de los investigadores sugieren que podría haber cientos de fosas en la Luna y, también, miles de tubos de lava. Estos lugares podrían ser un refugio natural para los astronautas. Permitiría que estén protegidos de los rayos cósmicos y de la radiación solar. También estarían protegidos de los impactos de micrometeoritos. Aunque pueden parecer inofensivos (por su reducido tamaño), hay que recordar que en la Luna no hay atmósfera. Por lo que incluso los fragmentos más pequeños llegan hasta la superficie a gran velocidad.
En la Tierra, los micrometeoritos no suponen ninguna preocupación. Los fragmentos pequeños de polvo, simplemente, se desintegran en la atmósfera, dejándonos una bonita estrella fugaz (o un bólido) y ningún resto llega a alcanzar la superficie. En la Luna, sin embargo, incluso los fragmentos más pequeños, si cayesen sobre una base lunar, podrían provocar daños por la enorme velocidad a la que se mueven. En el interior de una cueva lunar, esto no sería una preocupación. Sin embargo, hay otros inconvenientes y desafíos.
Construir un hábitat desde cero sería mucho más complicado. Tanto en cuanto a tiempo necesario como al reto de construir una estructura en un espacio tan complejo. Además, hay que tener en cuenta otros factores que no son una preocupación en la superficie. ¿Es posible que haya que reforzar los paredes de una cueva lunar que vaya a utilizarse como hogar? ¿Es posible que pueda colapsar en el futuro? Hay mucho que entender todavía en este sentido, pero la posibilidad de habitar una cueva lunar parece cada vez más popular…
Estudio
El estudio es L. Carrer, R. Pozzobon, F. Sauro et al.; «Radar evidence of an accessible cave conduit on the Moon below the Mare Tranquillitatis pit». Publicado en la revista Nature Astronomy el 15 de julio de 2024. Puede consultarse en este enlace.
Referencias: Phys