La Fuerza Espacial de Estados Unidos ha anunciado sus planes para crear un sistema de patrulla del espacio cislunar. Algo denominado CHPS (por las siglas en inglés de Cis-lunar Highway Patrol System) y que no es tan absurdo como podría parecer por la denominación elegida…

El espacio cislunar va a estar muy concurrido próximamente

Poco a poco, la actividad humana se va extendiendo cada vez más lejos en el Sistema Solar. En ese camino, será necesario llevar un control de la basura espacial, así como de cada vez más misiones en marcha tanto a la Luna como a otros lugares. Teniendo esto en mente, la Fuerza Espacial estadounidense ha anunciado que está trabajando en la creación de un sistema de patrulla del espacio cislunar. Su objetivo es completamente serio. Busca ofrecer un vistazo a todo el tráfico espacial más allá del entorno inmediato de la Tierra.

Un sistema de patrulla del espacio cislunar
Logo del programa Artemisa. Crédito: NASA

Una red de este tipo sería muy útil. No solo diferentes agencias espaciales (como la NASA, por supuesto) también hay compañías privadas con su atención puesta en regresar a la Luna en la próxima década. El programa CHPS va a permitir, según explican, tener monitorizada una región del espacio que es mil veces más grande que la zona de responsabilidad actual de la Fuerza Espacial. Basta echar un vistazo a la historia reciente para ver cómo un sistema de este estilo podría ser interesante. El pasado 4 de marzo, un cohete impactó en la Luna.

Solo se trataba de la segunda fase de un viejo cohete. Ni siquiera era, en realidad, la primera vez que sucedía. A lo largo de los años, ha habido objetos, de la Carrera Espacial de la segunda mitad del siglo XX, que han impactado en la superficie del satélite. Es algo que lleva sucediendo desde la misión Luna-1, que tuvo lugar en 1959. Pero esta era una de las primeras veces en las que se redescubría un objeto al que, en algún momento, se le había perdido el rastro. Originalmente se pensó que era de SpaceX, pero en realidad resultó ser de China.

Un sistema de satélites para observar el espacio cislunar

Al margen de que se tratase de la segunda fase de un cohete Falcon 9, utilizado para lanzar el telescopio DSCVR, o la misión Chang’e 5 de China, hay varios aspectos que destacar. Por un lado, todavía se espera poder utilizar la Luna Reconnaissance Orbiter para poder observar el cráter Hertzsprung, donde se produjo el impacto, para observar sus consecuencias. Hay que decir que el Space Domain Awareness Lab (algo así como Laboratorio de reconocimiento del dominio espacial) de la Universidad de Arizona también participó en el proceso.

Con la ayuda del sistema de telescopios RAPTORS (por las siglas de Robotic Automated Pointing Telescopes for Optical Reflectance Spectroscopy) fueron capaces de identificar que se trataba de un objeto artificial, al reconocer la capa de pintura. Por otro lado, el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea (AFRL, por sus siglas en inglés) está trabajando junto con la Fuerza Espacial para diseñar un satélite, o una serie de satélites, en la órbita cislunar para el sistema CHPS. La órbita cislunar es aquella cercana a nuestro satélite.

El sistema monitorizará misiones tripuladas, basura espacial y asteroides en el entorno lunar. La Agencia Espacial Europea también ha anunciado planes parecidos. Tendrá una constelación de satélites de comunicación similar en torno al satélite. La han denominado Moonlight. China ya tiene una misión con la que dispone de un relé para la cara oculta del satélite. Se trata de Queqiao. Se ubica en el punto de Lagrange L2, del sistema Tierra-Luna, y asistió, en 2019, a la misión Chang’e 4 de China, la primera en aterrizar en la cara oculta del satélite.

Estas redes resultarán muy útiles

Este tipo de redes van a ser esenciales en el futuro. Proporcionarán un sistema de comunicación en tiempo real para los astronautas que estén en la superficie del satélite. También proporcionarán un sistema de posicionamiento in situ para las misiones que se desplieguen en el entorno de la Luna y en su superficie. Este tipo de red será esencial para las operaciones a medida que la actividad sea cada vez más frecuente. Una gran pregunta que habrá que responder, sin embargo, es cómo funcionará la cooperación internacional.

Concepto artístico del módulo lunar MX-1 de la empresa Moon Express. Crédito: Moon Express.

Es decir, el CHPS estará abierto a cualquier nación, o empresa, que esté trabajando en el entorno de la Luna, ¿o será un sistema privado? Solo en este mismo año, en 2022, tendremos el primer vuelo del SLS, el nuevo cohete de la NASA, en la misión Artemis-1, que no estará tripulada. Viajará hasta la Luna y la orbitará antes de regresar a la Tierra. Por otro lado también tendremos la misión CAPSTONE, que será lanzada por el cohete Electron, de Rocket Lab, el próximo mes de mayo. Este verano, Astrobotics e Intuitive Machines también comenzarán sus operaciones.

Comenzarán a ofrecer misiones a la superficie de la Luna, dentro del marco del programa CLPS (Commercial Lunar Payload Services, servicios de carga comercial lunar). En estos momentos, la expectativa es que el CHPS pueda estar operativo en algún momento de 2025. Quizá a tiempo, incluso, para la primera misión tripulada del programa Artemisa. Se espera que Artemisa III se lleve a cabo en ese mismo año. En definitiva, la Luna va a ser un lugar mucho más ajetreado en los próximos años, y el CHPS servirá para regular y controlar ese tráfico…

Referencias: Universe Today