Un grupo de investigadores ha desarrollado un método para intentar detectar océanos en exoplanetas. Algo muy prometedor para la búsqueda de vida extraterrestre. A fin de cuentas, el agua es un elemento indispensable para la vida tal y como la conocemos en nuestro planeta…

Un método para detectar océanos en exoplanetas

Con más de 4500 exoplanetas descubiertos, la atención se está centrando cada vez más en el siguiente paso. No basta ya solo con detectarlos, también hay que entender cómo son estos mundos que se están observando en otros lugares de la Vía Láctea. De ahí que este tipo de noticias resulten tremendamente atractivos. El desarrollo de un método para intentar descubrir océanos en esos exoplanetas es un gran paso. A fin de cuentas, uno de los objetivos de la búsqueda de exoplanetas es, precisamente, poder detectar los ingredientes necesarios para la vida.

Un método para detectar océanos en exoplanetas
Recreación de un atardecer en el exoplaneta Gliese 667Cc. La estrella más cercana es la enana roja Gliese 667 C, en la derecha aparecen Gliese 667 A y Gliese 667 B, las tres forman parte de un sistema solar triple. Crédito: ESO/L. Calçada

Para poder analizar las características de un planeta, se recurre al método de tránsito. Es decir, al mismo método que permite su descubrimiento, al pasar por delante de su estrella, desde nuestra perspectiva, y bloquear parte de su luz. En ocasiones, cuando se producen esos tránsitos, es posible obtener el espectro de la luz al pasar por la atmósfera del planeta. Algo que permite entender cuál es su composición química. Sin embargo, no es suficiente para poder observar cómo es la superficie. Lo único que se puede esperar es entender mejor cómo es la atmósfera.

Con la tecnología actual, sin embargo, no es posible analizar el entorno de los exoplanetas rocosos. Eso cambiará en un futuro cercano, con el lanzamiento de telescopios como James Webb y el Telescopio Extremadamente Grande. Con su tecnología, sí será posible observar más detenidamente estos exoplanetas, que se encuentran mucho más cerca de sus estrellas, y que, por tanto, están en su zona habitable. Es en estos telescopios, precisamente, en los que los investigadores han centrado su atención para ver cómo podría detectarse la presencia de un océano.

En busca de los crecientes rojos

A fin de cuentas, parten del hecho de que es posible observar la luz reflejada directamente por la atmósfera, y/o la superficie de un exoplaneta. Eso permite que se pueda obtener información muy valiosa sobre su clima y condiciones en superficie. Tanto para James Webb como para el Telescopio Extremadamente Grande, ya se han propuesto multitud de misiones. Tendrán la capacidad de detectar características en la superficie, en función de la composición atmosférica, así como de detectar vegetación, señales de fotosíntesis y, quizá, incluso iluminación artificial.

Teniendo esto en mente, los investigadores han pensado en cómo se podría utilizar esa capacidad de observación, de los telescopios de nueva generación, para determinar la existencia de océanos. La clave, según cuentan, es algo que denominan crecientes rojos. La luz del Sol, al observar un atardecer en una playa en la Tierra, rebota en el océano con un tono muy rojizo, explican. Partiendo de esa base, ese mismo fenómeno, en un exoplaneta, podría provocar que pareciese completamente rojo en la fase creciente.

Así, añaden, si la famosa foto de un punto azul pálido se hubiese tomado cuando la Tierra estuviese iluminada en fase creciente (como la Luna) y en poca cantidad, no hubiese sido azul. Habría sido roja. Por lo que se puede observar un exoplaneta, similar a la Tierra, y esperar a ver si se vuelve rojizo en las fases crecientes. Si es así, es posible que ese mundo pueda albergar un océano. El inconveniente es que no hay observaciones de la Tierra que encajen con este concepto. Por lo que tuvieron que recurrir a las simulaciones de estos efectos…

Detectar océanos en exoplanetas a partir de su color no parece descabellado

Tuvieron en cuenta todos los efectos realistas causados por el reflejo de la luz en la superficie del agua. Desde el destello del océano a los reflejos en las nubes y la atmósfera. Las simulaciones, cuentan los investigadores, muestran que la Tierra, al observarla en una fase creciente, se vuelve más rojiza y brillante. En sus simulaciones, imitando el funcionamiento de algunas de esas misiones futuras, vieron qué sucedería. Las observaciones de la Tierra, captadas en diferentes fases, mostraban que en la fase creciente sería rojiza, indicando la presencia de océanos.

La Tierra vista desde el espacio. Crédito: NASA

Lo más interesante es que esta técnica no solo es válida para el telescopio James Webb. También para otras misiones futuras, incluyendo el telescopio Habitable Exoplanet Observatory (HabEx), diseñado para captar imágenes directas y estudiar planetas similares a la Tierra alrededor de estrellas como el Sol. O para el Large UV/Optical/IR Surveyor (LUVOIR), un observatorio que tendrá la capacidad de analizar diferentes longitudes de ondas del espectro electromagnético. Permitirá enfrentarse a un amplio repertorio de objetivos científicos.

Lo importante, de todos modos, es que los investigadores entienden que su estudio proporciona un método bien definido. Especialmente para los estudios que, por medio de imagen directa, busquen entender mejor las características de un exoplaneta. No es una tarea menor, porque, a fin de cuentas, la posibilidad de detectar un océano en un exoplaneta será un paso gigantesco hacia, quizá, detectar un mundo que pueda tener vida. Pero, por ahora, tocará esperar hasta que esos nuevos telescopios estén en funcionamiento (aunque la espera es cada vez más corta)…

Estudio

El estudio es D. Ryan y T. Robinson; «Detecting Oceans on Exoplanets with Phase-Dependent Spectral Principal Component Analysis». Podría ser publicado en la revista The Planetary Science Journal y ya puede consultarse en este enlace.

Referencias: Universe Today