Roscosmos, la agencia espacial de Rusia, quiere permanecer en la Estación Espacial Internacional más allá de 2024. Así lo ha expresado un representante de la agencia espacial, aprovechando el inminente lanzamiento de la misión Crew-5, en la que por primera vez viaja una cosmonauta.

Rusia quiere permanecer en la Estación Espacial Internacional durante un período más indefinido

Este pasado lunes, 3 de octubre, Sergei Krikalev, director del programa de vuelo espacial tripulado de Rusia, ha explicado que Roscosmos, la agencia espacial del país, busca permanecer en el laboratorio orbital más allá de 2024. Aunque no es un anuncio formal, resulta llamativo teniendo en cuenta las declaraciones de Yuri Borisov hace solo unos meses. El director de Roscosmos anunciaba que Rusia abandonaría la estación en 2024. Apenas unos días después, matizaba sus palabras y explicaba que sería en algún momento después de 2024.

Rusia quiere permanecer en la EEI tras 2024
La Estación Espacial Internacional, fotografiada el 23 de mayo de 2010 desde el Space Shuttle Atlantis. Crédito: NASA

La realidad, según apuntan varios expertos sobre la industria espacial rusa, es que el país no tiene, en estos momentos, la capacidad para construir una estación espacial para sus propias misiones. Incluso si la tuviese, basta fijarnos en el proceso de construcción tanto de la Estación Espacial Internacional como de Tiangong, la estación espacial china. No es una tarea ni fácil ni rápida. Por lo que las declaraciones no resultan tan sorprendentes como cabría esperar. Krikalev, además, no ha ahondado especialmente en detalles.

Ha explicado que Roscosmos ha comenzado a charlar sobre la posibilidad de prolongar su participación, en la Estación Espacial Internacional, con el gobierno ruso. Esperan tener el permiso para continuar sus operaciones. La invasión de Ucrania ha provocado que Occidente y Rusia hayan cortado lazos casi por completo. El sector espacial es uno de los pocos en los que todavía hay algún tipo de cooperación entre Estados Unidos y Rusia. En el resto, la situación es muy diferente. No solo con EE. UU., también con el conjunto de Europa.

Una tarea extremadamente compleja

Durante el verano de 2022, Borisov, nombrado director de Roscosmos en sustitución de Dmitri Rogozin, explicaba que la intención de Rusia siempre había sido construir su propia estación espacial. Cabe recordar que el momento por el que pasa la Estación Espacial Internacional es relativamente delicado. Originalmente, estaba previsto que el laboratorio orbital terminase su funcionamiento en ese mismo año. Pero desde hace algún tiempo, la NASA está buscando prolongar el funcionamiento de la estación hasta 2031.

Para ello necesita la colaboración de la Agencia Espacial Europea y, especialmente, de Rusia. El segmento ruso es esencial en el funcionamiento de la estación, del mismo modo que el segmento estadounidense. Sin la participación de uno de los países, el mantenimiento sería mucho más complejo. La intención, por parte de NASA, es que para 2030, sean las empresas privadas las que se encarguen de la órbita baja de la Tierra. Es decir, que compañías como Axiom Space sean las encargadas de ofrecer los servicios de sus respectivas estaciones.

La NASA, y otras agencias del mundo, están centrándose cada vez más en la exploración tripulada de la Luna. En esa transición, parece lógico dejar que las compañías privadas se encarguen de la órbita baja de la Tierra. Las agencias pueden contratar sus servicios si fuesen necesarios. Podrían mandar sus propias tripulaciones a una de estas estaciones. Al tiempo que da oportunidades al sector aeroespacial privado para continuar avanzando. La posibilidad de viajar a una estación espacial, como turista, es cada vez más real.

La cooperación entre Rusia y Estados Unidos se mantiene en la exploración espacial

Las declaraciones de Sergei Krikalev se produjeron en inglés, durante una rueda de prensa de la NASA con relación al lanzamiento, del 5 de octubre, de la misión Crew-5 de SpaceX. Será una nueva misión tripulada que enviará a cuatro personas a la Estación Espacial Internacional. Se trata de parte de la tripulación de la Expedición 68. Los integrantes son Nicole Mann y Josh Cassada (de la propia NASA), Koichi Wakata (de JAXA, la agencia espacial japonesa) y Anna Kikina (de Roscosmos). Es la primera vez que una cosmonauta viaja en una cápsula Crew Dragon.

Una cápsula Soyuz (izquierda) y una cápsula Progress (derecha), acopladas la Estación Espacial Internacional. Crédito: NASA

Desde que la cápsula Crew Dragon entrase en funcionamiento, Roscosmos había comunicado que esperaría a que la cápsula tuviese varios vuelos tripulados exitosos. En junio de 2022, finalmente, se aprobaba el intercambio. Es algo más que una simple curiosidad. La última ocasión en la que un cosmonauta viajó al espacio a bordo de una nave estadounidense fue en 2002. El último cosmonauta fue Nikolai Budarin, en 2002, en el transbordador espacial. Anna Kikino será la primera cosmonauta, además, que viaja en una cápsula estadounidense.

Estados Unidos, por su parte, continúa enviando astronautas en las cápsulas Soyuz de Rusia. Esta presencia de astronautas y cosmonautas en los lanzamientos de cada país permite garantizar que, en todo momento, haya personal de ambos países en la estación. Algo útil en caso de que, por algún motivo, uno de los vehículos no pudiese viajar al espacio durante mucho tiempo. Ahora, habrá que ver en qué se materializan los planes de Roscosmos de permanecer en la Estación Espacial Internacional, pero parece que Rusia seguirá en el laboratorio orbital en los próximos años.

Referencias: Phys