Un grupo de investigadores ha anunciado el descubrimiento de un nuevo tipo de fenómeno estelar, las micronovas. Tienen lugar en la superficie de ciertas estrellas, y se incorporan a otros fenómenos ya conocidos, como las supernovas y las novas. Son un escalón menor…

Cómo funcionan las micronovas

Un equipo de astrónomos, con la ayuda del Telescopio Muy Grande (del Observatorio Austral Europeo, ESO, por sus siglas en inglés) ha observado un fenómeno totalmente nuevo. Las micronovas pueden tener lugar en un período muy breve, en la superficie de algunas estrellas, y son tremendamente energéticas. Pueden consumir, en apenas unas horas, el equivalente a 3500 millones de Pirámides de Giza, de material estelar. Hasta ahora no se había observado este fenómeno, y pone a prueba nuestra comprensión sobre el funcionamiento de las estrellas.

Micronovas, un nuevo tipo de explosión estelar
Concepto artístico de una micronova, visto de cerca. Crédito: Mark Garlick (http://www.markgarlick.com/)

Como cuentan los investigadores, hasta ahora se sabía cómo funcionan las explosiones termonucleares, pero el descubrimiento plantea una forma completamente nueva de poder desencadenar una. Las micronovas son fenómenos tremendamente potentes, pero pequeños en la escala astronómica. Son muchísimo menos energéticas que las populares supernovas. También son menos energéticas que las novas, otro tipo de explosión estelar que es conocido desde hace siglos. Las novas y las micronovas tienen un aspecto común: suceden en enanas blancas.

Es decir, en el cadáver de viejas estrellas, con una masa similar al Sol y tan pequeñas como la Tierra. En un sistema binario, una enana blanca puede robarle material a su estrella compañera, si están lo suficientemente cerca. Por lo general, ese material será hidrógeno (el más abundante en las estrellas, cabe recordar). A medida que este gas cae en la superficie caliente de la enana blanca, provoca que los átomos de hidrógeno se fusionen en helio fe manera explosiva. En las novas, estas explosiones termonucleares suceden en toda la superficie.

Un fenómeno más pequeño y rápido que las novas

En el caso de una nova, la enana blanca puede brillar con intensidad durante varias semanas. Las micronovas son explosiones similares, pero a una escala menor y más rápida. Solo duran unas pocas horas, y tienen lugar en algunas enanas blancas. Sucede en aquellas con un campo magnético muy potente, que dirige material hacia los polos magnéticos de las estrellas. Por primera vez, explican los investigadores, han logrado observar el fenómeno pero de una manera muy localizada. El hidrógeno, en este caso, queda contenido.

Permanece en la base de los polos magnéticos de algunas enanas blancas, de manera que la fusión solo tiene lugar en esos polos magnéticos, en lugar de toda la estrella. En esencia, esto provoca que se desencadenen pequeñas explosiones termonucleares. Apenas tienen una millonésima parte de la intensidad de una nova, por lo que le han dado el nombre de micronovas. Eso sí, esto no quiere decir que estemos hablando de un fenómeno pequeño. En uno solo de estos fenómenos, se pueden consumir 20 000 trillones de kilos de material.

O, aproximadamente, 3500 millones de Pirámides de Giza, aunque seguramente no sea fácil visualizar esa cifra. De todos modos, estas micronovas suponen un desafío en cuanto a las explosiones estelares. Puede que sea un fenómeno más abundante de lo que se pensaba hasta ahora. Algo que permite, en sus palabras, ver lo dinámico que es el universo. Este fenómeno podría ser muy abundante y, simplemente, pasar desapercibido porque también es muy rápido. De manera que es difícil detectarlo cuando tiene lugar. El hallazgo ha sido posible gracias al telescopio TESS.

En el futuro tendremos más información sobre las micronovas

Podríamos decir que ha sido accidental Los investigadores estaban repasando los datos cuando observaron algo atípico. Un brillo, en el espectro óptico, que perduró durante varias horas. Vieron más señales de ese mismo fenómeno. En total, detectaron tres micronovas en los datos de TESS. Dos procedían de enanas blancas ya conocidas. La tercera necesitó de más observaciones, con el instrumento X-shooter, del Telescopio Muy Grande, para confirmar que se trataba, también de una enana blanca. Así se pudo determinar que tienen un origen común.

Concepto artístico del telescopio TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite). Crédito: MIT

El descubrimiento de estas micronovas permite ampliar la familia de explosiones estelares. El siguiente objetivo, por parte de los investigadores, es lógico. Quieren capturar más ejemplos. Para ello tendrán que realizar una observación a gran escala y reacciones rápidas. Necesitarán recurrir rápidamente a telescopios como el Telescopio Muy Grande, o el New Technology Telescope, ambos del Observatorio Austral Europeo, para entender mejor su funcionamiento. Así que habrá más noticias al respecto en los próximos años.

El descubrimiento resulta interesante, también, por tratarse de un hallazgo posibilitado por el telescopio TESS, que se dedica a buscar exoplanetas. La capacidad de TESS de observar una gran región del cielo es útil en otros aspectos de la astronomía. Es algo que hemos visto en los últimos tiempos. En ocasiones, las observaciones de un telescopio, destinadas a un propósito concreto, pueden dar resultados interesantes en un área completamente diferente. El sucesor del telescopio Kepler sigue dando grandes resultados, y le queda mucho camino por delante…

Estudio

El estudio es S. Scaringi, P. Groot, C. Knigge et al.; «Localized thermonuclear bursts from accreting magnetic white dwarfs». Publicado en la revista Nature el 20 de abril de 2022. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: ESO