La NASA va a sufrir grandes recortes en su presupuesto de 2026 si todo sale adelante tal y como lo planea la administración de Donald Trump. La agencia espacial estadounidense sufriría un recorte en torno al 25% con consecuencias devastadoras para algunas de sus grandes misiones…
La Casa Blanca plantea recortes brutales en el presupuesto de NASA
«La Casa Blanca ha propuesto el mayor recorte de la financiación de NASA en un único año». Así lo expresaba la Planetary Society, una organización independiente, sin ánimo de lucro, que cuenta con amplios apoyos de científicos y entusiastas. Añadiendo que «reduciría de manera temeraria el presupuesto de ciencia de NASA, reduciéndolo en un 47% y obligando a la finalización forzosa de misiones funcionales con un valor de miles de millones de dólares». Por ejemplo, la propia NASA ha detallado algunos de los impactos que tendría esta maniobra.

Los recortes reducirían el presupuesto, en comparación al de 2025, en unos 6000 millones de dólares. Algo que obligaría a terminar con campañas como la misión de Retorno de Muestras de Marte. El programa busca traer muestras de material del planeta rojo a la Tierra. Muestras que ha estado recogiendo el róver Perseverance a lo largo de los últimos años y que necesitan un análisis en laboratorio para poder extraer todo su potencial científico. El presupuesto también eliminaría el gasto en «aviación verde» centrado en el clima.
El propósito era ayudar en la producción de aeronaves que tengan un impacto menor en el medioambiente. Algo que también permite vislumbrar que el presupuesto para ciencias de la Tierra recibirá un gran recorte. Además, uno de los aspectos más devastadores es la cancelación de la Lunar Gateway. Se trata de la estación espacial que se iba a construir alrededor de la Luna y ya se habían dado pasos importantes para su construcción. Además, la exploración lunar se llevará otro varapalo porque el programa Artemisa cambiará profundamente.
El programa Artemisa tiene fecha de caducidad
Si el presupuesto se aprueba, la NASA retirará el cohete SLS y la cápsula Orión después de la misión Artemisa III. Tras esta misión, la intención es que sea la industria privada la que cargue con la responsabilidad de la exploración lunar que quieran realizar las compañías, recurriendo a Starship de SpaceX y al aterrizador lunar Blue Moon de Blue Origin. De hecho, no solo la NASA va a sufrir grandes recortes. La NSF (Fundación Nacional de Ciencia) vería su presupuesto reducido en un 56%. Incluso las investigaciones científicas básicas se verán afectadas.
El panorama no podría ser más desalentador. Los propios presupuestos dejan claro que el objetivo es regresar a la Luna antes que China y poner un hombre en Marte. Además, se dedicarán 1000 millones de dólares a este último objetivo (a pesar de que es imposible que se pueda convertir en realidad a corto plazo). Menciona explícitamente la cancelación de la Lunar Gateway, del programa Artemisa y hace muy difícil imaginar cómo podría seguir adelante el telescopio espacial Nancy Grace Roman, así como muchas otras actividades de exploración espacial.
Algo que resulta particularmente irritante porque el telescopio Nancy Grace Roman (sucesor del Hubble) está en la fase final de montaje. Es posible, incluso, que el telescopio Hubble no pueda seguir adelante con sus observaciones y seas necesario poner fin a su misión. Ni siquiera se salva la Estación Espacial Internacional. Aunque seguirá en marcha hasta 2030, tal y como se había planteado. La intención es reducir la presencia y participación de EE. UU. El presupuesto plantea la reducción de la plantilla permanente estadounidense, de cuatro a tres astronautas.
Unos recortes que tendrán consecuencias durante décadas
Naturalmente, organizaciones como The Society Planetary están solicitando que el Congreso no apruebe este presupuesto. Sin embargo, Donald Trump cuenta con mayoría y es difícil imaginar que vayan a echarlo atrás (más allá de quizá algunas concesiones simbólicas, pero ni siquiera eso es algo que se espere). El daño a la investigación científica estadounidense es enorme en muchos aspectos diferentes. Parece que la administración quiere centrarse, únicamente, en la exploración tripulada a Marte, eliminando casi todo lo demás en el camino.

Pero no solo eso, también los socios de NASA y Estados Unidos se ven seriamente afectados por los recortes en el presupuesto. La cancelación de la Lunar Gateway es un varapalo para la Agencia Espacial Europea, la Canadiense, la Japonesa y para Emiratos Árabes Unidos, que estaban trabajando en mayor o menor medida en la estación. La ESA, además, aportaba el módulo de servicio a la cápsula Orión (también cancelada) y ahora no recibirá nada a cambio. Ahora, todo queda en el aire y está por ver qué camino deciden seguir, mientras EE: UU. parece querer centrarse únicamente en superar a China.
Más allá de enviar una misión tripulada de regreso a la Luna, antes de que China consiga enviar su primera misión tripulada, y enviar seres humanos a Marte, hay un mar de interrogantes entre tanto recorte. Los presupuestos sugieren que, en realidad, muchos de los objetivos que NASA tiene ahora mismo pueden llevarse a cabo por parte del sector privado. Pero lo cierto es que no todo va a poder llevarlo a cabo y, por supuesto, es inevitable pensar que el futuro, y liderazgo, de la exploración espacial y el estudio del universo pasarán a manos de China y Rusia.
Referencias: Space, Eureka (El blog de Daniel Marín), Presupuestos propuestos por la Casa Blanca