Un grupo de investigadores ha analizado el brillo de los satélites de la constelación Mil Velas de China y los resultados son poco esperanzadores. Todo apunta a que superan los límites establecidos y esto es un gran problema para la observación del espacio, así como otra fuente de contaminación lumínica…

Las Mil Velas de China apuntan a ser un problema…

Un grupo de investigadores del Centro para la Protección de Cielos Oscuros y Tranquilos de las Interferencias de las Constelaciones de Satélites de la Unión Astronómica Internacional ha estudiado el proyecto Mil Velas de China. Su trabajo concluye que los satélites que compondrán esta constelación superará los límites de brillo que han sido propuestos por diferentes grupos astronómicos. El objetivo es evitar que los satélites artificiales impidan la observación del espacio. Desde hace siete décadas, los seres humanos han enviado satélites a la órbita de la Tierra.

Los satélites de las Mil Velas de China brillan demasiado
La Tierra y la Luna vistas por el satélite Kaguya. Crédito: Agencia Espacial Europea

Estos satélites cumplen diferentes propósitos, como monitorización de la meteorología, aplicaciones militares o comunicaciones. Desde entonces, esas cifras solo han ido en aumento. En tiempos más recientes, hemos visto multitud de satélites en uso como parte de sistemas de comunicaciones. Generalmente, estos satélites son pequeños y relativamente baratos. Esto ha permitido que se desplieguen constelaciones de satélites en órbita actuando como redes de comunicaciones. El ejemplo más conocido, seguramente es Starlink.

La parte negativa de estas constelaciones es que bloquean la imagen del espacio, haciendo que resulte más difícil para astrofísicos y astrónomos el estudio del universo. En este nuevo trabajo, el equipo explica que China ha comenzado una nueva iniciativa, llamada Mil Velas. Su objetivo es competir con el sistema Starlink, proporcionando servicio de Internet. La primera de estas naves ya está en el espacio. Se lanzó el pasado mes de agosto, y ha supuesto una oportunidad fantástica para medir la cantidad de luz que reflejan hacia nuestro planeta.

El problema de la contaminación lumínica

Cuanta más luz reflejan, más difícil es observar más allá de esos satélites. El gobierno chino ha explicado que, a lo largo de los próximos años, la red crecerá y estará formada por miles de satélites. Por lo que, como explica el equipo, esta red podría suponer un problema para los telescopios terrestres. Los investigadores han medido la intensidad de la luz de 18 de los satélites y han descubierto que superan los límites sugeridos. Estos límites de brillo son sugerencias de diferentes agencias espaciales y organizaciones de investigación planetaria.

Los investigadores han determinado que los satélites que han estudiado tenían un brillo aproximadamente similar al de la mayoría de estrellas del firmamento. También destacan que China tiene la intención de desplegar satélites a altitudes más bajas. Esto solo agravaría el problema, porque aumentaría el brillo. Hay diferentes medidas que podría tomar el equipo de ingenieros para mitigar esos reflejos, pero no hay señales de que se haya dado paso alguno para mitigar el impacto de esta constelación. Será importante ver si China decide retocar su proyecto de Mil Velas.

Las constelaciones de satélites son una fuente más de contaminación lumínica. En realidad, no solo el brillo de la iluminación artificial de nuestras ciudades afecta a la oscuridad del cielo. Los satélites artificiales también contribuyen a esa contaminación lumínica, y dificultan enormemente la toma de imágenes del espacio profundo. Starlink, una compañía propiedad de SpaceX, ha trabajado estrechamente con diferentes profesionales y observatorios para minimizar el problema del brillo de los satélites y no afectar a su funcionamiento.

Las constelaciones de satélites artificiales serán cada vez más numerosas

Desde hace ya unos años, se plantea que para la década de 2030, la cantidad de satélites artificiales en órbita podría ser muy numerosa. Sin ir más lejos, SpaceX espera llegar a desplegar 42 000 satélites. China también aspira a lanzar miles de satélites en los próximos años. Algunas estimaciones sugieren que, en 2030, podríamos ver el lanzamiento de miles de naves. Todo esto contribuiría a un aumento dramático de la cantidad de satélites en órbita de la Tierra. Tanto es así que, según el brillo que alcancen, podríamos ver más estrellas artificiales que naturales.

Satélites Starlink vistos desde Tübingen, en Alemania. Crédito: Wikimedia Commons/Dktue

Esto afecta al funcionamiento de observatorios como Vera Rubin, que necesitarán de una cantidad mínima de contaminación lumínica para poder llevar a cabo su trabajo. También afecta a nuestra sociedad. La inmensa mayoría de la población mundial vive bajo un firmamento con un nivel de contaminación lumínica elevado. Se ha llegado a estimar que, a mediados de la década de 2030, las grandes constelaciones serán irreconocibles, porque algunas de sus estrellas más brillantes no serán observables en el cielo de grandes ciudades.

Alrededor de una tercera parte de la población mundial ya no podía ver la Vía Láctea en 2016. Desde entonces, el problema solo se ha agravado. Por ello, este tipo de actividades y lanzamientos son preocupantes, siempre que no se tomen las medidas adecuadas para que protejamos los cielos oscuros. Esperemos que China rectifique sobre su constelación Mil Velas y que el brillo de los satélites se reduzca próximamente. Si no, será otra fuente de problemas en un campo en el que todavía hay mucho trabajo por hacer para que se comprenda mejor porqué un cielo oscuro es importante para todo el mundo…

Estudio

El estudio es A. Mallama, R. Cole, B. Dorreman et al.; «Brightness of the Qianfan Satellites». Puede consultarse en arXiv, en este enlace.

Referencias: Phys