Un grupo de investigadores ha determinado que la orina de los astronautas podría utilizarse para construir bases lunares en el futuro. Aunque podría parecer desconcertante, es un hallazgo de lo más llamativo, porque permitiría simplificar la construcción de esos futuros asentamientos…

El papel de la orina de astronautas en la construcción

Aunque todavía no tenemos ninguna, en las próximas décadas se espera que se establezcan bases lunares. Es un objetivo que persiguen la Agencia Espacial Europea y China, como ya anunciaron hace no mucho tiempo, pero también la NASA y Roscosmos (la agencia espacial rusa). El objetivo es tener una presencia humana permanente allí, pero para poder llevarlo a cabo, será necesario construir las bases de la forma más simple posible. Es decir, utilizando todos los recursos que se puedan conseguir en la propia Luna.

La orina de los astronautas se podrá usar para construir bases lunares
Bloque de construcción, de 1,5 toneladas, fabricado con impresión 3D. Crédito: ESA

Para construir esa base lunar, la Agencia Espacial Europea ha estado experimentando con una mezcla de regolito lunar combinado con un agente ligante, para poder crear material para construcción. Un equipo de investigadores ha llevado a cabo un estudio, en colaboración con la agencia, que ha resultado en un hallazgo de lo más sorprendente. Esa mezcla de regolito lunar funciona todavía mejor si se añade la orina de los astronautas. Así que, aunque podría sonar a broma, se podría obtener en el propio satélite.

Más concretamente, se trata de la urea, un compuesto orgánico presente en la orina de los animales. Los investigadores explican, en su estudio, que han llevado a cabo una serie de experimentos para determinar si la urea podría actuar como plastificante. Al incorporarlo al hormigón, querían ver si ablandaría la mezcla inicial y lo haría más flexible antes de su endurecimiento. Para probarlo, se utilizó una simulación de regolito lunar, desarrollado por la Agencia Espacial Europea, junto a urea y varios plastificadores y producir el resultado con una impresora 3-D.

Material obtenible en el satélite

Los investigadores mencionan que la orina está compuesta principalmente por agua y urea. Su presencia permite romper los enlaces de hidrógeno y reducir la viscosidad de muchas mezclas acuosas. Las muestras se sometieron a diferentes pruebas, y vieron que las que contenían urea funcionaban mejor. Podían soportar una carga mayor sin deformarse de una forma notable. Además, comprobaron si podría soportar los cambios extremos de temperatura que se producen en nuestro satélite, calentándolos hasta 80ºC y congelándolos constantemente.

Tras ocho ciclos de calentamiento y congelación, se probó de nuevo su resistencia y se comprobó que era todavía mayor. Por lo que la construcción de bases lunares podría llevarse a cabo con elementos obtenidos directamente en nuestro satélite. Algo que podría simplificar el proceso de construcción. Sin embargo, no quiere decir que vaya a ser mucho más sencillo o que, del mismo modo, su construcción vaya a ser mucho más rápida de lo que se planeaba. Hay todavía varias incógnitas en el aire, según se explica en el estudio.

Es necesario llevar a cabo más pruebas y, además, se debe diseñar un proceso de extracción. Es decir, se debe investigar cómo extraer la urea de la orina. Quizá ni siquiera sea necesario, porque podrían utilizar el resto de componentes. Por ejemplo, la propia agua de la orina podría utilizarse en la mezcla, junto a la que se pueda obtener directamente en nuestro satélite. En definitiva, aunque los resultados son interesantes, todavía se está lejos de tener un proceso de construcción con estos elementos.

La orina de los astronautas podría no ser necesaria…

A pesar de todo, los propios investigadores enfatizan que habrá que llevar a cabo más pruebas. Es necesario determinar qué material es el más óptimo para la construcción de una base lunar. No solo tiene que ser resistente y soportar bien los cambios de temperatura extremos. También tendrá que ser algo que se pueda construir con facilidad, y en grandes cantidades, por medio de la impresión 3D. Esto quiere decir, por tanto, que no tenemos por qué estar ante la mezcla que se podría usar cuando llegue el momento de su fabricación.

Concepto artístico de una base lunar
Concepto artístico de una base lunar, formada por diferentes cúpulas, construida por medio de impresión 3D. Crédito: ESA/Foster+Partners

Aunque podría parecer humorístico, el estudio recuerda poderosamente a lo que ya sucede en la Estación Espacial Internacional. Allí, la orina de los astronautas se recicla para obtener agua. En nuestro satélite, parece que podría ser multiusos. Por un lado, lógicamente se podrá seguir utilizando para obtener agua. Por otro, podría servir para levantar las paredes de sus propios hogares más allá de nuestro planeta. ¿Quién nos iba a decir que la solución, para poder comenzar a expandirnos fuera de la Tierra, podría estar en nosotros mismos?

A decir verdad, pensando en la necesidad de obtener todos los recursos in situ, parece que estamos ante una de las mejores opciones. Faltará ver si se podría producir en masa, así como las pruebas que los investigadores consideren que son necesarias. Pero no sería sorprendente que, en los próximos años, sigan avanzando en esta dirección. También podemos recordar la posibilidad de los módulos hinchables, cuyo transporte sería relativamente sencillo. Pero, sea como fuere, quién iba a decir que la orina de los astronautas podría ser una clave…

Estudio

El estudio es S. Pilehvar, M. Arnhof, R. Pamies et al.; «Utilization of urea as an accessible superplasticizer on the moon for lunar geopolymer mixtures». Publicado en la revista Journal of Cleaner Production el 20 de febrero de 2020. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Universe Today