Pallas, y su familia de asteroides, supone un caso de lo más interesante. A pesar de las similitudes, los asteroides suelen ser muy diferentes entre sí. Vesta, por ejemplo, tiene un perfil espectroscópico muy diferente al del asteroide Psiqué. Pallas no es una excepción… y un asteroide podría ser un caso perfecto para su estudio.

La familia de Pallas es una de las más interesantes

Esas diferencias hacen que no sea sorprendente decir que Pallas, el tercer asteroide más grande del cinturón de asteroides, es parte de un grupo especial. La única excepción son los, aproximadamente, 300 asteroides que forman parte de su «familia» con un perfil orbital y un espectro similar. En un nuevo estudio, un grupo de investigadores ha desvelado que han utilizado el Telescopio Infrarrojo de NASA (IRTF, por sus siglas en inglés), en Hawái, para estudiar los miembros de la familia en el espectro infrarrojo por primera vez.

El asteroide Pallas. Crédito: ESO/Vernazza et al.

Después, han comparado esa información con un objeto cercano a la Tierra que tiene una composición similar. Pallas ha sido objeto de estudio desde hace décadas, al tratarse de un miembro destacado del Cinturón de asteroides. Solo está por detrás del planeta enano Ceres y el asteroide Vesta en tamaño. Mide 513 kilómetros y no es lo único en lo que destaca. También llama la atención porque su color es azul. Esto no quiere decir que si lo viésemos a simple vista tuviese ese color. Es algo similar a lo que sucede con las estrellas.

En realidad, lo que quiere decir es que tiene puntas en las frecuencias espectroscópicas específicas asociadas con ese color de la luz. El perfil espectroscópico de Pallas lo coloca firmemente en la categoría de tipo B, una versión especial del asteroide carbonáceo de tipo C, con un tono azulado. Este tipo supone solo el 4% de la cantidad total de asteroides conocidos por la ciencia. Aunque Pallas ha sido un ejemplo bien conocido de este tipo de asteroide raro, hay muchos rodeándolo que no se han estudiado con tanto detalle.

Profundizando en el estudio de la familia de Pallas

Las familias de asteroides se crean cuando el objeto pariente, Pallas, en este caso, sufre una colisión con otro objeto grande. Los fragmentos de ese objeto son expulsados al espacio, pero solo lo suficientemente rápido para caer en órbitas ligeramente diferentes a las del objeto de origen. Generalmente, mantienen atributos como la excentricidad orbital (es decir, hasta qué punto es circular o elíptica), velocidad y, lo más importante para este estudio, su perfil espectroscópico. Un estudio, en 1994, fue el primero en identificar la familia de pallas.

Está formada, principalmente, por asteroides de menos de 20 kilómetros de diámetro. Aunque no son muy grandes, si son numerosos. Se calcula que hay unos 300 asteroides. Los autores del presente estudio analizaron esa familia con la cámara de infrarrojo cercano del Telescopio Infrarrojo. Encontraron similitudes con el perfil espectrográfico de Pallas. Sin embargo, estos perfiles no encajan bien con las clasificaciones estándar de meteoros. Algo que se utiliza para estudiar las composiciones de asteroides sin tener que visitarlos.

Lo que mejor encaja, según el estudio, con los meteoritos CY y CI, que son conocidos por haber sufrido transformaciones basadas en el calor y el agua en algún momento de su vida. Sin embargo, algunos miembros de la familia se parecen más a los meteoritos de condrita CM y CK, que han sido afectados principalmente por el agua. El estudio da credibilidad a la idea de que Pallas, y su gran familia de asteroides, están compuestos por materiales hidratados. Dicho de otra manera, contienen agua. Eso explicaría el espectro azul (aunque no se vea a simple vista).

Un asteroide mucho más cercano y fácil de estudiar

Los autores no se quedan en ese punto. Querían ver si era posible que hubiese un miembro errante, mucho más cerca de nuestro planeta. Pallas y su grupo tienen una inclinación orbital muy alta, de unos 35º. Por lo que es muy difícil alcanzarlo con una nave, porque están muy lejos de la eclíptica. Durante mucho tiempo, se ha planteado que un asteroide cercano a la Tierra, llamado (3200) Faetón es parte de esa misma familia. Fue desviado de su órbita en algún momento y, posteriormente, terminó en una órbita mucho más cercana.

Composición de varias Gemínidas. El responsable de esta lluvia de estrellas es Faetón. Crédito: Asim Patel

Faetón llegó a acercarse a 10 millones de kilómetros de la Tierra en 2017 y comparte mucho del perfil espectral de Pallas. Es marcadamente azul y, según el estudio, comparte un perfil espectral similar al de, aproximadamente, el 10% de los asteroides de la familia de Palas en su mismo tamaño. Esto supone una prueba muy robusta de que Faetón es un miembro errante de la familia. Pudo ser desviado de su vecindario bien por la interacción gravitacional o por un impacto. Pero, lo más importante, supone una oportunidad fantástica.

Se podría estudiar la composición de esta familia de asteroides enviando una misión a Faetón. Es algo que ya está en diseño, pero pasará un tiempo antes de que se lance. Hasta entonces, hay muchos otros asteroides, incluso en la familia de Pallas, para estudiar en tantas longitudes de onda del espectro electromagnético como sea posible. En los próximos años veremos más estudios como este, que buscarán entender mejor cómo son los asteroides que se han descubierto a lo largo de los años. Así, tendremos una imagen más completa de la historia y evolución del Sistema Solar.

Estudio

El estudio es P. Chavan, B. Yang, M. Brož, y J. Hanuš; «Near-infrared spectroscopic characterization of the Pallas family». Puede consultarse en arXiv, en este enlace.

Referencias: Phys