A menudo dejamos volar la imaginación pensando en un futuro en el que el contacto con una civilización extraterrestre sea algo habitual. Pensemos, sin ir más lejos, en la ciencia ficción actual, donde Star Trek, por ejemplo, es una de las mejores demostraciones de ese escenario. Pero… ¿estamos preparados?

El contacto con una civilización extraterrestre no será en tiempo real

Desde la segunda mitad del siglo XX, en algunas ocasiones se han enviado mensajes a otros lugares de la Vía Láctea. No porque se sepa que hay vida inteligente en otros lugares de la galaxia. Simplemente, por si se diese la casualidad de que fuese así. El mayor inconveniente, como hemos comentado en muchas ocasiones, es que nos encontramos ante un asunto que resulta tremendamente complicado. Mientras solo sepamos de la Tierra como único planeta habitado, solo se podrá hacer suposiciones sobre la vida en otros lugares.

¿Estamos preparados para un contacto con una civilización extraterrestre?
Concepto artístico de una esfera de Dyson. Crédito: Adam Burn

Por eso se espera que la llegada de telescopios como James Webb sirvan para avanzar. No necesariamente para encontrar vida (aunque sería el mejor resultado, sin duda), pero sí para encontrar mundos que tengan condiciones habitables. Aunque nuestra galaxia tiene 200 000 millones de estrellas, de media, no podemos alcanzarlas a todas. Un mensaje se moverá a la velocidad de la luz y, por tanto, tardará mucho tiempo en recorrer la galaxia. Si enviamos un mensaje a 25 años-luz, tardaremos 50, como mínimo, en tener respuesta.

Eso suponiendo, por supuesto, que el mensaje fuese interceptado por una civilización extraterrestre, procesado inmediatamente y, acto seguido, enviasen un mensaje de vuelta. La vida inteligente no parece ser muy abundante en la galaxia. O, por lo menos, no en nuestro entorno. Durante décadas se han buscado señales de vida extraterrestre inteligente, pero no se ha logrado detectar nada. Enviar un mensaje a una estrella a, por ejemplo, 10 000 años-luz, no resulta especialmente atractivo pensando en el tiempo que tardaríamos en recibir una respuesta.

Aunque sucediese, ¿cómo nos comunicaríamos?

Por eso el telescopio James Webb, por ejemplo, resulta tan atractivo. Si podemos encontrar un mundo que tenga condiciones habitables, seguro que habrá muchos otros en la galaxia. Quizá en alguno la vida haya llegado a avanzar mucho. Supongamos de todos modos, por un momento, que pudiésemos comunicarnos con otra civilización. ¿Cómo hacerlo? Es posible que no usen un lenguaje que podamos reconocer y descifrar. Aunque lo lográsemos, de todos modos, la comunicación sería tremendamente lenta por las distancias que hemos mencionado.

Además, Stephen Hawking planteaba algo que ha llamado la atención de muchas personas. ¿Cómo sabemos que los alienígenas no nos verán como una amenaza… o un recurso? Tendemos a imaginar que una civilización más avanzada que la nuestra nos verá de manera benevolente. Buscarán el intercambio de mensajes y experiencias. Es decir, algo puramente cultural, si queremos plantearlo desde ese punto de vista. Pero no hay nada que nos lleve a pensar que una civilización más avanzada deba ser, por necesidad, benevolente.

Si cambiamos la perspectiva a ese hecho… ¿querríamos contactar con una civilización extraterrestre y decir dónde nos encontramos sin saber, siquiera, cómo es su cultura? Incluso si lo lográsemos, y desde un principio fuese una conversación aparentemente agradable, ¿podríamos evitar que esa percepción se desplace hasta el extremo contrario? Podría bastar un malentendido para que, de repente, lo que parecía un contacto amistoso y totalmente inofensivo, se convierta en una amenaza para nuestra existencia…

El contacto con una civilización extraterrestre transformaría nuestro mundo

Por supuesto, tampoco podemos ignorar el impacto que tendría en nuestra sociedad. ¿Qué pasaría con la religión, por ejemplo? Sin necesidad de llegar a abordar esa cuestión, a finales del siglo XX se hablaba, con cierta frecuencia, de cómo algunas sectas ponían fin a sus vidas bajo la creencia de una invasión (o salvación) extraterrestre. Dicho de otro modo, el impacto en la sociedad podría ser enorme y no necesariamente para bien. Las religiones en las que no hay lugar alguno para la existencia de vida extraterrestre lo tendrían muy complicado.

¿Cómo se comportarían dos civilizaciones vecinas? Crédito: Tom/Flickr

En algunas religiones, como el judaísmo, el budismo o el hinduismo, sí que se habla de la existencia de otros mundos. Por lo que, para ellos, sería más bien sencillo demostrar que lo que dice su creencia es completamente cierto. Todo esto ha llevado a plantear que, seguramente, la detección de vida inteligente extraterrestre podría provocar muchos debates entre los creyentes. En lugar de optar por el miedo, probablemente buscarían cómo adaptarse. Lo que parece poco probable es que las religiones llegasen a desaparecer. Se han adaptado con el paso del tiempo.

El descubrimiento de vida inteligente lejos del Sistema Solar supondría toda una revolución en nuestra sociedad. Desde los aspectos más mundanos hasta los más profundos se verían afectados. No hace falta, de hecho, llegar siquiera a pensar en vida extraterrestre inteligente. El hallazgo de vida microbiana en, por ejemplo, un exoplaneta a 30 años-luz, nos llevaría a replantear la percepción que tenemos de nuestro lugar en el universo. Por lo que un hallazgo así no solo resultaría muy interesante a nivel científico, también a nivel de transformación de la sociedad…

Referencias: Phys