La posibilidad de enviar astronautas a la superficie de Marte en 2040 es un reto muy complejo para la NASA. A pesar de ello, según han explicado recientemente, están dispuestos a intentar conseguirlo. Esto, sin embargo, es retrasar los plazos respecto a la intención original…

Conseguir aterrizar astronautas en Marte en 2040 es muy complicado

Es posible que en 2033 haya astronautas en la órbita de Marte. Sin embargo, descender al planeta antes de la próxima década sería un objetivo agresivo y audaz, según han explicado desde la NASA. Para realizar el viaje, de 6 meses de duración, y aterrizar en la superficie de Marte en 2040, los seres humanos tendrían que partir de la Tierra en 2039. Es una visión que ya había sido mencionada anteriormente por Bill Nelson, actual administrador de la NASA, y Jim Bridenstine, su antecesor. Sin embargo, el panorama es complejo.

Enviar astronautas a Marte en 2040 es un reto
Concepto artístico de la nave Dragón posándose en la superficie de Marte. Crédito: SpaceX

La agencia considera que es todo un reto conseguir que esa visión se convierta en realidad en los próximos 16 años. Jim Reuter, administrador asociado del Directorado de Misión de Tecnología Espacial de la NASA, explicaba que es un objetivo audaz para cumplir. Lo explicó el pasado 17 de mayo. Reuter explicaba que, aunque puede parecer mucho tiempo, lo cierto es que es poco para desarrollar las tecnologías necesarias para lograr ese objetivo. Por ejemplo, para aterrizar en Marte en 2040, es imprescindible tener presencia antes en la Luna.

La primera prioridad de la NASA es que la Luna sea un primer paso. Se espera que, a principios de la década de 2030, se tenga una presencia permanente en la Luna. La agencia utilizará la Plataforma Lunar Orbital, la nueva estación espacial que orbitará la Luna, para almacenar suministros, dar cobijo a astronautas y, también, para realizar simulaciones de misiones a Marte. De hecho, ya hay una buena idea de cómo se podrían desarrollar esas misiones análogas, sin necesidad de enviar seres humanos al entorno del planeta rojo.

La utilidad de la Plataforma Lunar Orbital

Los astronautas, en este escenario, volarían a la Plataforma Lunar Orbital y residirían allí durante seis meses. Es decir, similar a realizar un viaje de ida a Marte. Después pasarían 30 días en la Luna, para simular el estar trabajando en el planeta rojo, y regresar a la Plataforma Lunar Orbital durante otros seis meses, para imitar el viaje de vuelta a nuestro planeta. Lo más cerca que se ha estado de probar este tipo de misiones, en la Tierra, es el hábitat HI-SEAS en Hawái, donde los astronautas simulan estar en Marte, con un retraso de 20 minutos en las comunicaciones.

Sin embargo, ese hábitat hawaiano no replica la gravedad de Marte, que es un 38% más baja que la de la Tierra. Así que los directivos de la NASA quieren utilizar la estación orbital lunar, que será la primera en estar fuera de la órbita baja de la Tierra, para poner a prueba cómo responderán los seres humanos a las condiciones de baja gravedad. Además, la estación espacial pasará por los cinturones de Van Allen. Así que esas misiones simuladas serán útiles para probar las tecnologías avanzadas de protección frente a la radiación.

Esa tecnología todavía está en desarrollo, pero las pruebas llevarán mucho tiempo. Pero no son los únicos obstáculos a los que se tiene que enfrentar la NASA en estos momentos. Una de las muchas colaboraciones de la NASA, para la Luna y Marte, es con la compañía SpaceX. Su nave completamente reutilizable, llamada Starship, fue seleccionada para la misión Artemisa III a la Luna. Sin embargo, ese vehículo, de 100 pasajeros, que fue seleccionado para aterrizar astronautas en el polo sur lunar en 2025, falló en su intento por llegar a la órbita el pasado mes de abril.

SpaceX va con retraso

El último prototipo de la compañía, el Ship 25, de lo que podría ser la fase superior del segundo vuelo orbital de prueba, ha sido probado recientemente, este 19 de mayo. Artemisa III está planeada para 2025 y cada vez queda menos tiempo. Starship tiene que lanzarse y ser exitosa para convertirse en el primer aterrizador, decía Jim Free, administrador asociado del Directorado de Misión de Desarrollo de Sistemas de Exploración. Añadía que es una buena estructura de contrato, en cuanto al ahorro que implica, pero hay que cumplir con los plazos.

Concepto artístico de una ciudad lunar a partir de multitud de bases. Crédito: SOM

Los directivos de la NASA también han insistido en su dependencia de sus colaboraciones comerciales, académicas e industriales, tanto en Estados Unidos como en otros países. Canadá, por ejemplo, está fabricando un vehículo robótico lunar que podría funcionar de manera autónoma, cuando la tripulación no está allí, y que puede seguir a la tripulación. Esto permitiría tener robots exploradores y astronautas que lo controlen. Algo similar a los soldados que controlan drones hoy en día. Ese vehículo, explicaba Free, sería muy útil.

Ayudaría a los astronautas a la hora de explorar la superficie lunar sin asumir riesgos. Podría hacer cosas como aventurarse en un cráter en sombra permanente. Esas colaboraciones serán necesarias para poder llevar a cabo todas estas misiones ambiciosas que la NASA quiere realizar. Aunque queda mucho tiempo hasta 2040, es totalmente cierto que hay muchas cosas todavía por desarrollar y, también, por comprender. Cosas como el comportamiento de una tripulación, en una misión tan larga en un espacio tan reducido. Pero, poco a poco, se sigue avanzando…

Referencias: Space