La NASA y Roscosmos (la agencia espacial rusa) no se ponen de acuerdo sobre el problema (y peligro) que supone una fuga en la EEI (Estación Espacial Internacional) que lleva en marcha desde hace cinco años. En lo que sí hay acuerdo es que no hay ningún peligro inmediato para la tripulación…

El problema de una fuga en la EEI que lleva cinco años en marcha

La NASA y Roscosmos, además, no están de acuerdo sobre la causa y solución de esta fuga, que se encuentra en el módulo ruso PrK. Así lo explicaba Bob Cabana (antiguo astronauta) en una reunión el pasado miércoles, 13 de noviembre. Roscosmos, añadía Cabana, «no cree que la desintegración catastrófica del módulo PrK sea realista, y la NASA ha expresado preocupación por la integridad estructural del módulo y la posibilidad de que se produzca un fallo catastrófico». Algo que, por supuesto, podría afectar al conjunto de la estación.

El problema de una fuga en la EEI y una falta de acuerdo...
Una cápsula Soyuz (izquierda) y una cápsula Progress (derecha), acopladas la Estación Espacial Internacional. Crédito: NASA

La fuga en este segmento ruso del complejo orbital está presente desde hace cinco años. A principios de 2024, se solución un aumento temporal en el ritmo de filtración. En todo momento, se ha asegurado que no hay riesgo alguno para los integrantes de la estación. A pesar de ello, la Oficina del Inspector General de NASA considera que la fuga es el riesgo de seguridad más alto al que se enfrenta la Estación Espacial Internacional. Así se indicaba en una auditoría publicada el pasado 26 de septiembre. Hay que recordar que el laboratorio orbital es muy veterano.

Hay partes de la estación cuyo origen se remontan a 1998. Como cualquier estructura que envejece, es de esperar que surjan incidencias así hasta cierto punto. Ahora mismo, se está trabajando en diagnosticar la causa de la fuga. Sin embargo, según Cabana, la NASA y Roscosmos no se ponen de acuerdo sobre cuál es la fuente más probable de este problema. Tampoco lo hacen sobre cuál es la gravedad de las consecuencias que pueden tener estas fugas. La postura rusa es que la fuente más probable, de estas fisuras, está en el metal y otros componentes.

Se buscará una solución común

Según explicó Cabana, el movimiento del metal y otros componentes, que se calientan y enfrían a medida que la Estación Espacial Internacional orbita alrededor de la Tierra, entrando y saliendo de la luz del Sol. La NASA cree que las fisuras en el módulo PrK, probablemente, tengan su origen en diferentes causas. Desde presión y estrés mecánico a estrés residual, propiedades de los materiales y exposición al entorno. La NASA y Rusia no están de acuerdo sobre si «el funcionamiento continuado es seguro». El remedio, por ahora, es que todo siga en marcha.

Eso sí, la escotilla entre el lado de EE. UU. y Rusia permanecerá cerrada mientras siguen las investigaciones. Las dos agencias seguirán reuniéndose en busca de alcanzar un entendimiento común sobre la integridad estructural. Sin embargo, Cabana no llegó a especificar cómo se desarrollarán esos encuentros. También se consultará con académicos y expertos de la industria para poder tener una mejor imagen. La reunión del 13 de noviembre fue la primera pública, por parte del comité asesor de la Estación Espacial Internacional, desde marzo de 2020.

El impacto de la pandemia provocó que estas actividades se viesen interrumpidas en todo el mundo. Roscosmos y la NASA son los socios principales de la Estación Espacial Internacional. Siguen colaborando por motivos técnicos y legislativos. A fin de cuentas, la estación no puede partirse. Algo que sigue en marcha pese a la invasión de Ucrania por parte de Rusia (que comenzó en 2022), que provocó la interrupción de la mayoría de relaciones de Rusia (también en el ámbito espacial) con el resto de países. Rusia planea abandonar la estación en 2028.

La Estación Espacial Internacional seguirá en marcha unos años más

El resto de socios siguen a bordo hasta 2030. Será en ese momento cuando, finalmente, se retire de órbita. Para ese momento, la expectativa es que, por un lado, el sector aeroespacial privado ya tenga una estación desplegada en la órbita baja de la Tierra. El proyecto más avanzado, sin duda, es la Axiom Station, de la compañía Axiom Space. En estos momentos, está en construcción y la compañía publica actualizaciones con cierta regularidad. Se puede consultar en este enlace. Además, la NASA espera tener ya en marcha su Plataforma Lunar Orbital.

La Tierra vista desde el espacio. Crédito: NASA

Se trata de la sucesora, en muchos aspectos, de la Estación Espacial Internacional. Estará en la órbita de la Luna y servirá como foco de actividades en el espacio. Por un lado, naturalmente, como punto de paso para las misiones que se desplieguen en la superficie de nuestro satélite. Por otro, servirá también para aquellas misiones que se envíen a otros lugares del Sistema Solar y, finalmente, será un laboratorio orbital que también contará con su propia tripulación. Hasta ese momento, sin embargo, será necesario que la EEI siga funcionando.

De momento, lo importante es tener presente que la NASA y Roscosmos no temen por la seguridad de la tripulación. Esperemos que no haga falta mucho más tiempo para que, por fin, lleguen a un acuerdo sobre el problema de la fuga del módulo PrK en la EEI y, posteriormente, cómo arreglarla. Mientras tanto, la tripulación y la estación continúan con su actividad habitual. En estos momentos, la tripulación está formada por la Expedición 72, que permanecerá en la estación (salvo que algo lo impida) hasta febrero o marzo de 2025.

Referencias: Space