Un nuevo estudio sugiere que el mejor lugar para buscar vida en Marte no es su superficie. En su lugar, deberíamos centrar la atención en el interior de la corteza. Algo que se ha planteado en diferentes ocasiones y, ahora, parece cobrar fuerza como un objetivo de investigación en el futuro…

El mejor lugar para buscar vida es el interior de Marte

Hace ya unos años, el róver Curiosity captó trazas de metano en la atmósfera. Su abundancia era varias veces superior al nivel de fondo. Lo más intrigante fue que desapareció solo unos meses después. Volvió a aparecer tiempo más tarde, todavía en el mismo año. Este descubrimiento dio lugar a la intrigante posibilidad de que todavía pudiese haber vida en Marte. Eso permitiría explicar la variación estacional observada en la presencia del metano. Además, no podemos olvidar que, hace miles de millones de años, fue un lugar muy diferente.

En esta animación puedes ver imágenes que sugieren la existencia de agua líquida salada en Marte. Crédito: NASA/JPL-Caltech/Univ. of Arizona

Ese pasado similar a la Tierra permite albergar la esperanza de que, si la vida llegó a aparecer, algo pudiese sobrevivir hasta el presente. La superficie del planeta rojo es un páramo desolado. ¿Qué vida podría florecer allí? La mayor parte de la vida terrestre no aguantaría mucho tiempo en esas condiciones, pero hay un subgrupo que sí podría encontrar condiciones hospitalarias incluso en un lugar tan duro como ese. Se trata de los metanógenos, un tipo de organismos unicelulares que consumen hidrógeno para convertirlo en energía.

En el proceso, generan metano como residuo. Los metanógenos pueden encontrarse en todo tipo de lugares inhóspitos de la Tierra. Es posible que algo similar a ellos sea el responsable de las variaciones estacionales del metano en Marte. En un nuevo estudio, un equipo de investigadores ha rastreado la Tierra en busca de posibles análogos de los entornos marcianos. El objetivo era encontrar mutágenos que pudiesen prosperar en condiciones similares a las que se pueden dar en el entorno marciano en el presente. Por suerte, han encontrado algunos lugares.

Los análogos de la Tierra

En concreto, han identificado tres lugares con unas condiciones razonablemente similares a las de Marte, donde los metanógenos viven sin problemas. El primer lugar es en la profundidad de la corteza terrestre. En ocasiones, incluso a varios kilómetros de profundidad, donde las pequeñas fisuras en las rocas permiten que se filtre agua. El segundo son los lagos ocultos bajo la capa de hielo polar de la Antártida. Son capaces de mantener sus condiciones líquidas gracias a la inmensa presión del hielo que se encuentra por encima.

El tercero, y último, son las cuencas supersalinas, y sin oxígeno, ocultos a grandes profundidades en el océano. Los tres entornos tienen sus equivalentes en Marte. Al igual que la Tierra, el planeta rojo seguramente conserve algo de agua oculta en su corteza. Sus capas polares podrían tener lagos de agua líquida en el interior. También ha habido algunos indicios (aunque siempre puestos en duda) de la posible presencia de salmuera en las paredes de los cráteres. En este nuevo estudio, los investigadores han creado un mapa con diferentes datos.

Por un lado, rangos de temperatura. Por otro han incluido los niveles de salinidad y los valores de pH. Lo han hecho en diferentes lugares repartidos por la Tierra. Después, han medido la abundancia del hidrógeno molecular de esos lugares y han determinado donde deberían estar prosperando los metanógenos. Por último, repasaron los datos disponible sobre Marte, en busca de las condiciones que encajaban mejor con esos lugares de la Tierra. Así, llegan a la conclusión de que hay un lugar con las mejores posibilidades de encontrar esa posible vida.

El mejor lugar para buscar vida en Marte está en el hemisferio norte

Concretamente, concluyen que la Acidalia Planitia es el mejor lugar para intentar encontrar vida similar a los metanógenos. Se trata de una enorme llanura en el hemisferio norte del planeta. Por supuesto, lo que sugieren es que la superficie no es lo importante, en su lugar, habría que realizar la búsqueda a varios kilómetros bajo la superficie. Allí, las temperaturas son lo suficientemente templadas como para que pueda haber agua en estado líquido. Ese agua podría tener el pH y los niveles de salinidad adecuada, junto a suficiente hidrógeno molecular disuelto.

El rover Curiosity haciéndose un autorretrato sobre la superficie de Marte. Crédito: NASA

Este entorno proporcionaría condiciones adecuadas para poder sostener una población de criaturas similar a los metanógenos. El mayor inconveniente de este planteamiento es cómo llegar a esas profundidades. En nuestro planeta, una perforación de varios kilómetros ya es toda una hazaña. Imaginar cómo hacerlo en otro planeta, de manera remota, resulta todavía más difícil de imaginar, teniendo en cuenta la complejidad de este tipo de operaciones. La posibilidad de que haya vida oculta bajo la superficie del planeta rojo no resulta descabellada.

De momento, la atención sigue centrada en encontrar evidencias de posible vida marciana en el pasado. Los róvers Curiosity y Perseverance están permitiendo comprender mejor cómo fue el pasado del planeta rojo. Desde cosas como dónde pudo fluir el agua, a incluso durante qué fases, de su historia geológica, pudo tener condiciones habitables. Con cada estudio, y cada misión, nos acercamos a entender si Marte pudo llegar a tener vida y, miles de millones de años después, pudo sobrevivir y migrar hacia las profundidades del planeta…

Estudio

El estudio es A. Butturini, R. Benaiges-Fernandez,O. Fors y D. García-Castellanos; «Potential habitability of present-day Mars subsurface for terrestrial-like methanogens». Puede consultarse en este enlace en arXiv.

Referencias: Universe Today