El despegue de la primera misión tripulada de la cápsula Boeing Starliner se retrasó en el último momento. Apenas dos horas antes del lanzamiento, tras identificar un nuevo riesgo de seguridad, los responsables decidieron posponer la misión de prueba que llevará a dos personas a la Estación Espacial Internacional.

El despegue de Boeing Starliner se retrasó y no volará antes del viernes

El despegue de Boeing Starliner se retrasó de una manera dramática. Los astronautas, Butch Wilmore y Suni Williams, ya estaban en sus asientos, preparados para el lanzamiento, que llegaría dos horas después. En ese momento, se decidió cancelar el intento, cuando los ingenieros percibieron un zumbido procedente de una válvula de seguridad, del oxígeno líquido, en el cohete Atlas V, que se iba a encargar de enviar la cápsula a la órbita de la Tierra. En la rueda de prensa posterior, Tory Bruno, presidente y CEO de United Launch Alliance (ULA), explicó lo sucedido.

El despegue de Boeing Starliner se retrasó en el último momento
La cápsula CST-100 Starliner de Boeing. Crédito: NASA/Cory Huston

Hay que recordar que ULA es la responsable de la construcción del cohete. Explicó a los periodistas que las vibraciones eran una señal de que las válvulas podrían estar desgastándose hasta el punto de poder fallar. A pesar de ello, la tripulación nunca estuvo en riesgo alguno. Los ingenieros han pasado la noche trabajando en determinar el nivel de deterioro y decidir si arreglar esa pieza en la plataforma de lanzamiento. O, por el contrario, podrían optar por llevarlo hasta el edificio de ensamblaje para instalar una nueva válvula.

ULA (que es producto de la colaboración entre Boeing y Lockheed Martin) ha anunciado que el próximo intento de lanzamiento tendrá lugar, como pronto, este próximo viernes. El equipo necesita estos próximos días para realizar una evaluación completa, de ahí que no haya un nuevo intento hasta el 10 de mayo (y, si fuera necesario, podría retrasarse más). La misión de la cápsula Boeing Starliner (también conocida como CST-100 Starliner) ya acumula años de retrasos. Llega, además, en un momento muy complejo para Boeing, que está en una situación delicada.

Boeing se encuentra en medio de una crisis de seguridad

En estos momentos, la compañía está sumergida en una profunda crisis de seguridad que afecta a su división de aviación comercial. Por lo que el éxito de esta misión puede ser un alivio, mientras que otro fracaso sería, probablemente, un varapalo demasiado duro. NASA, por su parte, espera que la prueba se desarrolle con éxito, para poder certificar la cápsula Boeing Starliner para el vuelo tripulado. Se convertiría así en el segundo vehículo comercial que pueda llevar a tripulaciones hasta la Estación Espacial Internacional en los próximos años.

SpaceX, la compañía de Elon Musk, logró su certificado con la cápsula Dragon en 2020. Aquello supuso que terminase la dependencia, de casi una década, de los cohetes rusos para que la agencia espacial estadounidense pudiese enviar tripulaciones, tras el final del programa del transbordador espacial. Tras la decisión de retrasar el despegue, los astronautas, todavía llevando los trajes espaciales azules, abandonaron la cápsula y subieron a la furgoneta para volver a las instalaciones. Tanto Wilmore como Williams ya tienen experiencia en el viaje espacial.

Ambos son pilotos de prueba que han viajado en dos ocasiones a la Estación Espacial Internacional, viajando en el transbordador espacial y en una cápsula Soyuz. En esta misión pondrán a prueba la cápsula, pilotándola manualmente para comprobar su rendimiento. La cápsula tiene un habitáculo con un tamaño similar al interior de un vehículo SUV. Llegará a la Estación Espacial Internacional y la tripulación permanecerá allí una semana, antes de regresar a la Tierra. En el retorno, utilizará un sistema de paracaídas para aterrizar en el oeste de Estados Unidos.

Una misión muy importante

Si la misión se desarrolla con éxito, se olvidarán los contratiempos sufridos en el programa Starliner. En 2019, durante el primer vuelo de prueba, sin tripulación, los fallos en el software provocaron que la cápsula no estuviese en la trayectoria adecuada. Tuvo que volver a la Tierra sin alcanzar la Estación Espacial Internacional. La intervención del equipo de control en tierra impidió la pérdida de la cápsula. la NASA culpó a Boeing de no realizar las suficientes comprobaciones de seguridad. En 2021, con el cohete ya preparado para despegar, hubo más contratiempos.

Tripulación de la cápsula Boeing Starliner: Suni Williams y Barry Wilmore. Crédito: NASA

Varias válvulas bloqueadas obligaron a posponer su despegue. La cápsula, por fin, logró alcanzar la Estación Espacial Internacional en mayo de 2022, en un vuelo de prueba sin tripulación. Sin embargo, surgieron otros problemas, incluyendo paracaídas débiles y cinta inflamable en el habitáculo. Todo ello tuvo que ser retirado, provocando nuevos retrasos que afectaban a este vuelo tripulado en el que la empresa está embarcada. En 2014, la NASA otorgó un contrato de 4200 millones de dólares a Boeing, y otro de 2600 millones a SpaceX, para desarrollar sus cápsulas.

Esto supuso un cambio en la estrategia de NASA, al pasar a contratar los servicios de compañías privadas en lugar de ser los propietarios de las cápsulas. Una vez Starliner esté en funcionamiento, la NASA espera alternar entre ambas naves, de SpaceX y Boeing, para transportar seres humanos a la Estación Espacial Internacional. Aunque su servicio terminará en 2030, ambas cápsulas podrían seguir utilizándose para las futuras estaciones espaciales privadas. Algunas de las cuales ya están en desarrollo por parte de compañías como Axiom Space.

Referencias: Phys