El «cometa verde» (C/2022 E3 (ZTF)) podría estar rumbo a otros lugares de la Vía Láctea. Al menos es lo que parece que podría suceder, teniendo en cuenta su movimiento. Su órbita se puede ver afectada por las interacciones con los planetas gigantes del Sistema Solar…
El cometa verde todavía está en una órbita
A principios de 2023, el llamado «cometa verde», C/2022 E3 (ZTF) se ha convertido en una de las grandes atracciones del año. Su aproximación al Sol, y a la Tierra, ha hecho que su brillo verde sea visible desde nuestro planeta. Se ha podido observar, incluso, a simple vista en lugares con poca contaminación lumínica. El JPL (Laboratorio de Propulsión a chorro) de la NASA ha explicado que el cometa está en una órbita de 50 000 años alrededor del Sol. O, por lo menos, era así hasta esta última visita. Ahora podría dejar de estar en órbita.
La aproximación de C/2022 E3 (ZTF) al sistema solar interior podría haber alterado su órbita hasta el punto de provocar que ahora su viaje hacia las regiones exteriores ya no sea de vuelta. Geza Gyuk, científico del Adler Planetarium, habla sobre las órbitas débilmente hiperbólicas. Se trata de una órbita en la que un objeto tiene la suficiente velocidad para, tras miles de años, escapar de la gravedad del Sistema Solar por completo. Esto provoca que incluso los cambios más pequeños en su velocidad puedan alterar su órbita de manera dramática.
Prosigue Gyuk, añadiendo que si un objeto está débilmente ligado, es decir, su órbita es una elipse cerrada, pero muy grande, puede desligarse y convertirse en una órbita débilmente hiperbólica con mucha facilidad. Para los cometas con órbitas como ésta, que parecen círculos muy achatados, y que se alejan más allá de los planetas, es fácil que sus órbitas se vean perturbadas. Esto podría tener el efecto de provocar que abandonen el sistema por completo. Es decir, cada vez que un cometa así visita el interior del Sistema Solar, puede ser la última ocasión.
El cometa C/2022 E3 (ZTF) podría no regresar
Según el Adler Planetarium (aquí), es posible que esto haya sucedido con C/2022 E3 (ZTF). En esta última visita a nuestro entorno, el cometa estaba en una órbita elíptica cerrada, con un período orbital de 50 000 años. Durante su trayecto, la gravedad de uno de los planetas que ha visitado, con toda seguridad Júpiter, ha alterado su órbita. Por esa interacción, ahora en su viaje hacia las regiones exteriores, es posible que ya no regrese a visitar al Sol. Puede que abandone nuestro sistema y se convierta en un cometa interestelar, que visite otras estrellas.
50 000 años es mucho tiempo. Antes de esta visita, el cometa pasó por nuestro planeta durante la última edad de hielo, cuando el Homo sapiens convivía con el Neandertal, dentro de 50 000 años, es posible que no regrese. Sin embargo, no hay una respuesta definitiva. Es posible que la interacción planetaria haya provocado que el cometa ahora esté en una órbita todavía más achatada y grande que la anterior. Si es así, estaríamos hablando de un período orbital que duraría en torno a un millón de años, o quizá incluso superior.
Aunque hay algunos cometas que, se ha planteado, podrían tener órbitas de millones de años, ninguno está confirmado. De hecho, algunos de ellos es posible que, en realidad, estén en trayectorias de escape del Sistema Solar. En cualquier caso, para cualquier persona que esté interesada, todavía es posible observar el cometa. Será necesario utilizar telescopio o prismáticos astronómicos, eso sí. En no mucho tiempo, dejará de ser visible en el cielo terrestre y no volverá (si es que lo hace) hasta dentro de mucho tiempo…
Lo que se sabe del cometa
Hay que recordar que C/2022 E3 (ZTF) fue descubierto en marzo de 2022, gracias a una cámara en el observatorio Zwicky Transient Facility, cuando estaba acercándose a Júpiter. En un principio se creyó que podría ser un asteroide, pero se entendió que era un cometa al ver cómo su brillo aumentaba al acercarse al Sol. Ese aumento de brillo, que experimentan los cometas, se debe al calor provocado por la radiación solar. Esto hace que el material en su superficie se transforme. Pasa de estar congelado a convertirse en gas, en un proceso llamado sublimación.
El material liberado rodea el cometa, formando lo que se conoce como su coma. Por supuesto, también da lugar a la famosa cola. Todo esto indicaba que el cometa verde, al acercarse a la Tierra, podría llegar a ser observable a simple vista. Su perihelio se produjo el 12 de enero. Llegó a pasar a 160 millones de kilómetros del Sol. Después, su rumbo le llevó hacia nuestro planeta. El 1 de febrero, llegó a estar a una distancia de 42 millones de kilómetros. El 28% de la distancia que separa a la Tierra del Sol. Ahora, ya se está alejando.
El tiempo, y más observaciones, permitirán determinar si esta ha sido su última visita o, por el contrario, podemos esperar que regrese por esta región en un futuro lejano. En cualquier caso, esta visita es un recordatorio doble. Por una parte, permite recordar que nunca se sabe cuándo podría llegar el próximo gran cometa. Aunque la visita de Neowise es reciente, podría haber otro gran cometa esperándonos en los próximos años. Por otro, no todas las órbitas del Sistema Solar son tan estables como las de los planetas. ¿Cuántos cometas habrán escapado desde su formación?
Referencias: Space