La NASA está comenzando a trabajar en la primera misión tripulada a Marte. Es algo que, como mínimo, no veremos hasta principios de la década de 2030. Desde la agencia espacial estadounidense, sin embargo, ya están planteando conceptos para dar forma a una misión tremendamente importante…
La primera misión tripulada a Marte todavía está por definir
La NASA ha comenzado, de manera formal, el proceso para determinar cómo será la primera misión tripulada a Marte. Con este fin, han solicitado la participación de académicos, así como de sus socios comerciales e internacionales. Por supuesto, también participará el propio personal de la agencia espacial. El objetivo es desarrollar un concepto, explican, que puedan llevar a cabo en la Luna. Posteriormente, ese mismo concepto se llevaría a cabo en la misión a Marte. Así lo explicaba Pam Melroy, administradora adjunta de la NASA.
Para comenzar, la agencia ha identificado 50 objetivos en los que están buscando más información. También han proporcionado unas líneas generales sobre qué tipo de misión permitiría alcanzar esos objetivos. La misión plantea 30 días de permanencia en la superficie marciana. Por ello, desde NASA quieren determinar cuáles son los requisitos mínimos para conseguir que esa misión sea plausible. Se plantean opciones como desplegar un aterrizador, previamente cargado, con 25 toneladas de peso, para garantizar que los astronautas tengan provisiones.
Todo ello llegaría antes de que lo hiciesen los propios astronautas. De hecho, se ha determinado que enviar ambas misiones en paralelo es poco práctico. Del mismo modo, también se sugiere enviar de antemano el vehículo de ascenso. Así, tanto los astronautas como NASA pueden tener la certeza de que funcionará correctamente y podrán abandonar Marte cuando la misión llegue a su fin. En la agencia espacial tienen claro que no quieren repetir lo vivido con el programa Apolo. Después de seis misiones, solo ha habido décadas de espera…
Misiones anuales a Marte
Por ello, quieren lograr que, tras la primera misión tripulada a Marte, se puedan enviar misiones anualmente. De esta manera, se podrá maximizar la cantidad de trabajo científico a llevar a cabo, así como el uso de los propios sistemas de NASA. Para conseguirlo, se plantea tener dos tripulaciones en órbita, mientras otras dos visitan la superficie del planeta. Un paso previo de este concepto de una misión robótica que traerá muestras desde la superficie de Marte. Por un lado, permitirá llevar a cabo investigaciones muy interesantes.
Por otro, dará una mejor idea de las condiciones en las que se desarrollarán las misiones tripuladas. Además, servirá para entender mejor cómo llevar a cabo ese viaje de vuelta de Marte a la Tierra. Teniendo esto en cuenta, es posible que una misión de treinta días pueda parecer breve. Especialmente si tenemos en cuenta el trabajo que supondrá y el hecho de que se quiere realizar de manera rutinaria. Sin embargo, las órbitas de la Tierra y Marte no dan muchas más opciones. Una estancia más larga implicaría un viaje mucho más largo y duro.
Eso, claro está, a menos que se obligase a los astronautas a permanecer durante 500 días en el planeta. El tiempo necesario para que los planetas vuelvan a alinearse. En este sentido, aunque se planteó llevar a cabo una misión de 517 días, los problemas son demasiados como para darle mucho recorrido. En cierto modo, explicaba Jim Free, administrador asociado de NASA, que lo que buscan es llevar a cabo una demostración. Algo que sirva, también, para actividades futuras en otros lugares del Sistema Solar. Marte no es el único objetivo.
El programa «Moon to Mars» lleva mucho tiempo en marcha
Kurt Vogel, director de Arquitectura Espacial, recordaba que han pasado más de 30 años desde que George Bush (el primero) anunciase el programa Moon to Mars (de la Luna a Marte). En este período, las frustraciones por las que ha pasado la comunidad científica han sido de lo más variadas. En ocasiones se ha prometido que habría fondos… pero nunca llegaban a aparecer, o se retrasaban. Sea como fuere, el programa Artemisa es el intento de reiniciar ese programa para viajar a Marte. Ha habido grandes avances en los últimos años.
La posibilidad de que el programa Artemisa logre enviar astronautas a la Luna, en esta misma década, hace que la posibilidad de viajar a Marte, solo unos años después, parezca poco descabellada. De todos modos, hay muchos retos a la hora de enviar astronautas cada vez más lejos. Traerlos de vuelta, sanos y salvos, es más complejo que visitar la Luna. Sea como fuere, la agencia espacial seguirá recogiendo sugerencias hasta el 31 de mayo de 2022. Será interesante ver cómo se define esa primera misión tripulada a Marte.
Sea como fuere, podemos tener la seguridad de que, una vez definida, veremos una demostración de esa misión en la Luna. La cercanía de nuestro satélite, y la facilidad para enviar astronautas allí (en comparación a una misión a Marte) hace que sea un campo de pruebas ideal. Ese es uno de los grandes objetivos, de hecho, con los que nace el programa Artemisa. No solo se busca regresar a la Luna. También establecer una presencia permanente y, además, abrir el camino hacia esa ansiada misión rumbo a otro planeta…
Referencias: IFLScience