Ya puedes escuchar Astrobitácora 1×10, dedicado a la relación entre la Luna y el ser humano a lo largo del tiempo. Ya en la antigüedad, nuestro satélite estaba muy presente en la sociedad… En YouTube, además, también puedes descubrir qué son las estrellas variables.
Astrobitácora 1×10: la Luna y el Ser Humano
La Luna es una parte muy familiar de nuestro firmamento. Casi todas las noches, podemos verla recorriendo lentamente el cielo. Se formó hace 4500 millones de años y, desde entonces orbita alrededor de nuestro planeta. Por lo que no es sorprendente descubrir que, en realidad, nuestros propios antepasados se fijaron en su presencia. La utilizaron para intentar explicar cómo era el mundo y cómo influía. Es innegable que una parte importante, de esa percepción y esas posibles explicaciones, tenían que ver con la astrología más que con la astronomía.
No es raro encontrar interpretaciones, por ejemplo, a los eclipses lunares. En muchas culturas antiguas se pensaba que eran augurios de lo que estaba por suceder. Junto al Sol, la Luna también ha tenido su propia representación, en forma de deidad, en muchas culturas. En tiempos más recientes, nuestro satélite también ha servido para describir el paso de los meses y las estaciones. No en vano, la luna llena, de cada mes, recibe un nombre diferente en la cultura popular. Generalmente, se usan los nombres procedentes de las tribus amerindias.
Sin embargo, sería un error pensar que, ya en la antigüedad, la Luna no era vista como un objeto con fines científicos. Así nos encontramos, por ejemplo, con los calendarios lunares. Eran una herramienta que permitía medir el paso del tiempo utilizando a nuestro satélite como referencia. Destaca, especialmente, el calendario lunar chino. En la actualidad, nuestro satélite es cada vez más importante, como próxima parada en el viaje para ser una especie interplanetaria. Puedes escuchar el podcast en iVoox, Spotify, iTunes y aquí mismo:
YouTube: ¿Qué son las estrellas variables?
Aunque podría parecer lo contrario, las estrellas no son objetos eternos e invariables. Son muy dinámicos y, en ocasiones, pueden mostrar cambios de brillo en escalas de tiempo mucho más familiares para un ser humano. Sin ir más lejos, podemos decir que el Sol es una estrella variable. Su brillo, a fin de cuentas, varía un 10% a lo largo de 11 años. Pero no es la única que podemos encontrar en la Vía Láctea. Las hay de muchos tipos diferentes y con muchas características especiales. Algunas de las estrellas más populares son, de hecho, estrellas variables.
Su utilidad es múltiple. No solo porque nos dan una herramienta para poder comprender mejor cómo son las estrellas en sí mismas. Por sus particularidades, también, algunas estrellas variables son grandes herramientas para poder medir las distancias en el espacio. Es el caso de las variables Cefeidas, cuyo uso fue esencial para poder determinar la distancia a la galaxia de Andrómeda o, por poner otro ejemplo, comprender cuál es el diámetro de la Vía Láctea. En esta clasificación, también, podemos incluir a las supernovas y a las novas.
Son solo algunos de los ejemplos de estrellas variables que podemos encontrar. En la actualidad conocemos más de 100 000 y esa cifra no va a dejar de aumentar en los próximos años. La llegada de mejores herramientas permite que, poco a poco, sea posible identificar una mayor cantidad de astros y determinar, con el tiempo, que en realidad se trata de estrellas variables. Todo eso, y mucho más, te espera en el vídeo de esta semana en mi canal de YouTube, que puedes encontrar allí mismo y, también, al principio de este artículo.
