Un grupo de investigadores ha descubierto una estrella muy vieja en el disco de la Vía Láctea. Algo que indica que la parte de la galaxia en la que nos encontramos es más vieja de lo que se creía. Algo que, inevitablemente, también nos hace pensar en la posibilidad de vida en otros lugares…

2MASS J18082002-5104378 B es una estrella muy vieja

Esta imagen muestra el recorrido, alrededor de la galaxia, del sistema de la estrella descubierta (en azul) y del Sistema Solar (verde).
Crédito: Kevin Schlaufman/JHU.

A fin de cuentas, descubrir que nuestro Sol es más joven que las estrellas a su alrededor tiene una implicación clara. En nuestro entorno habría habido mucho tiempo para que emergiesen otras civilizaciones. No encontrar ninguna señal parecería reforzar a la popular Paradoja de Fermi. En cualquier caso, lo cierto es que el hallazgo es suficientemente interesante por sí mismo. No hace falta preocuparnos en las implicaciones de su hallazgo.

Porque 2MASS J18082002-5104378 B es una estrella muy interesante. Es la estrella más pequeña de un sistema binario. La otra estrella (2MASS J18082002-5104378 A) ya había sido descubierta. Para encontrar a esta segunda estrella, los investigadores han recurrido a los datos de los Telescopios Magallanes, el Observatorio de Las Campanas y el Observatorio Gemini para poder entender sus características.

2MASS J18082002-5104378 B destaca por su edad, su metalicidad y su tamaño. Se cree que podría ser una estrella muy vieja. Puede que tan solo le separe una generación de estrellas del Big Bang. En el estudio, estiman su edad en 13 500 millones de años. No es la estrella más vieja. De hecho, se han descubierto otras. Lo que destaca es que está en el disco fino. La misma parte de la galaxia en la que está el Sol.

Una estrella con muy poco metal

Diagrama de la Vía Láctea vista desde un lado. El disco fino es la región en verde.
Crédito: Wikimedia Commons

Además, es una estrella con muy poco metal. Hay que recordar que, en astronomía, un metal es todo aquel elemento no formado en el Big Bang. Es decir, todo menos el hidrógeno, el helio y el litio. Por su edad y su órbita, el descubrimiento del sistema de 2MASS J18082002-5104378 permite establecer un límite inferior para la edad del disco fino. Se han observado otras estrellas muy viejas, pero con mayor abundancia de metales, en órbitas similares.

Lo importante es que es una edad mayor de lo que se suponía. Se sugería que la edad del disco fino está entre los 8 000 y 10 000 millones de años. Pero parece que debería ser mucho más antiguo. Lo interesante, en cualquier caso, es su baja metalicidad. Se trata de una estrella que tiene una cantidad de elementos metálicos equivalente a la masa de Mercurio. Como comparación podemos fijarnos en el Sol. Tiene una cantidad de metales equivalente a 14 veces la masa de Júpiter.

Por tanto, 2MASS J18082002-5104378 B es la estrella conocida con la menor cantidad de masa y metales. Es la estrella con la cantidad de metales más baja descubierta en el disco fino. Las estrellas que se formasen poco después del Big Bang deberían tener muy pocos metales. Solo tenían, para formarse, hidrógeno, helio y pequeñas cantidades de litio. Fueron las generaciones posteriores de estrellas las que sí acumularon mayor cantidad de elementos metálicos.

En busca de la Población III

Concepto artístico de las primeras estrellas del universo.

Concepto artístico de las primeras estrellas del universo. Crédito: NASA

Esas primeras estrellas diseminaron sus elementos a través del universo. Sus explosiones, en forma de supernova, sirvieron para esparcir ese material para que otras estrellas pudiesen absorberlo. A esta primera población de estrellas, formadas poco después del Big Bang, se las conoce como Población III. Los modelos desarrollados por los investigadores indican que debieron ser estrellas mucho más masivas que el Sol.

Esas estrellas deberían haberse formado en lugares aislados. Estrellas solitarias. En modelos posteriores, se determinó que la masa quizá podría ser hasta 10 veces superior a la del Sol. Con el tiempo, se ha planteado que quizá las estrellas de Población III tengan, también, astros con mucha menor masa entre ellas. El descubrimiento de 2MASS J18082002-5104378 B parecería apoyar esta idea.

Todo esto nos lleva a un aspecto muy interesante. Este tipo de astros podrían permitir, a los astrónomos, comprender mejor las condiciones en la primera época de formación de estrellas. El hallazgo apoya la idea de que esa Población III pudo formar tanto estrellas muy masivas como otras mucho más pequeñas, de masa similar al Sol e, incluso, mucho inferior. A día de hoy, se han descubierto 30 estrellas con una cantidad de metal muy baja.

Las implicaciones para la vida

Este gráfico muestra la proporción de metales en algunas estrellas.
Crédito: Kevin Schlaufman/JHU.

De esas estrellas, la mayoría tienen una masa similar a la del Sol. No es el caso de 2MASS J18082002-5104378 B. Solo tiene el 14% de la masa de nuestra estrella. Algo que se ha podido deducir gracias al método de velocidad radial. Una técnica que se utiliza habitualmente para descubrir exoplanetas. Esto afecta profundamente a nuestra percepción del cosmos. Porque, hasta ahora, se había supuesto que la Población III sería un grupo de estrellas difíciles de observar.

Se suponía que serían estrellas muy masivas con vidas extremadamente breves. Pero si se formaron estrellas muy pequeñas, como ésta, podrían seguir brillando durante miles de millones de años. De momento no se ha encontrado ninguna estrella así, pero la posibilidad parece muy real. El descubrimiento de una estrella muy vieja es siempre interesante en estos aspectos. Pero, también, en la implicación para el desarrollo de la vida.

Quizá en nuestro entorno haya habido más tiempo, para la aparición de vida, de lo que se creía. En ese caso, si la suposición es correcta, no haber encontrado señales de vida extraterrestre parecería reforzar la idea de la Paradoja de Fermi. Quizá realmente estemos solos, o la vida sea extremadamente rara. Por ahora, sin embargo, es difícil saberlo. Para ello, habrá que seguir realizando observaciones y descubrimientos.

El estudio es Schlaufman et al.; «An Ultra Metal-poor Star Near the Hydrogen-burning Limit». Publicado en la revista The Astrophysical Journal el 5 de noviembre de 2018. Puede ser consultado en este enlace.

Referencias: Centauri Dreams