Intentaré ser adivino. Es muy probable que hayas leído la pregunta de este artículo y hayas pensado «no, porque sin la Luna no puede existir la vida» y que a esa frase le hayas añadido más información según lo que conozcas de astronomía y del asunto (que la Luna estabiliza el eje de rotación de la Tierra, por ejemplo). Si es así, hasta no hace mucho, hubieras estado en lo cierto…

El papel de la Luna

Explicación de la nutación y la precesión

Explicación de la nutación y la precesión

Durante mucho tiempo, los científicos han creído que, sin la Luna, la inclinación de la Tierra cambiaría de forma significativa a lo largo del tiempo, desde los 0 grados (donde siempre veríamos el Sol sobre el ecuador) a los 85 (donde siempre veríamos el Sol sobre uno de los polos). La estabilidad de los planetas es importante para el desarrollo de la vida (o como mínimo, eso es lo que creemos hoy en día, tampoco es que tengamos muchos planetas con los que comparar la aparición de la vida, por desgracia).

Un planeta que esté cambiando su eje constantemente a medida que gira alrededor del Sol tendría una variación de clima absolutamente brutal (del mismo modo, un planeta que no varíe nada en su eje respecto al Sol no tendría estaciones), y podría afectar negativamente a la evolución de vida compleja. Pero, de nuevo, es sólo una suposición porque no hemos encontrado vida en otros planetas, así que lo único que sabemos es cómo es la vida aquí.

Sin la Luna, la cosa no cambiaría tanto…

Precesión orbital (pincha en la imagen para ver la animación)

Precesión orbital (pincha en la imagen para ver la animación)

Hace un par de años (más o menos) un grupo de científicos realizó diversas simulaciones de la Tierra sin la Luna, y descubrieron que el eje de la Tierra tan sólo variaría 10 grados (muy lejos de los 85 que creíamos originalmente). En lugar de nuestro satélite, sería la influencia del resto de planetas los que permitirían que el nuestro siguiese siendo bastante estable. Este conocimiento puede parecer poco importante (vale, sin la Luna la vida podría haber aparecido igualmente, ¿y qué?) pero ayuda a nuestros astrónomos a entender que quizá no es necesario encontrar exoplanetas que tengan una luna para que sean potencialmente habitables.

Debido a la atracción gravitatoria de su estrella, el eje de los planetas rota como si fuese una peonza a lo largo de miles de años. Aunque el centro de gravedad es constante, la dirección del eje va cambiando con el tiempo (imagínate esa peonza dando vueltas, no vertical del todo, si no ligeramente inclinada, el movimiento que hace su eje es muy similar al de la Tierra). Es lo que conocemos como el fenómeno de precesión de los equinoccios, y en el caso de nuestro planeta tarda unos 25.500 años en completarse.

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Tritón, luna de Neptuno (sobre el que apenas tiene efecto)

Del mismo modo, la inclinación del plano orbital terrestre también varía ligeramente de arriba a abajo (tarda unos 100.000 años). Si ambos efectos se sucediesen al mismo tiempo, la combinación podría causar que la oblicuidad de la Tierra cambiase caóticamente. En ese sentido, la gravedad de la Luna sí proporciona un efecto estabilizador importante, al acelerar la precesión e impedir que se sincronice con el cambio de inclinación del plano orbital.

Lo he mencionado en otras ocasiones, pero vale la pena remarcarlo. La Luna es muy grande en relación al planeta al que orbita (sólo cien veces más pequeña). De hecho, en esa proporción, es la más grande del Sistema Solar. En comparación, Fobos, por ejemplo, es sesenta millones de veces más pequeño que Marte, y por tanto tiene un efecto importante en nuestro planeta que el resto de satélites no ejercen sobre los suyos (o en una medida infinitamente menor).

Sin la Luna, nos ayudarían otros planetas

En las simulaciones de este grupo de científicos, vieron que aunque la Luna sí proporcionaba cierta estabilidad, sin ella, hubiera sido la influencia de otros planetas (especialmente Júpiter) los que hubieran impedido que la Tierra se moviese a lo loco. En ese caso hipotético, el cambio en la oblicuidad de la Tierra sería de «tan solo» 10 ó 20 grados. Y digo «tan solo» porque se cree que la variación de 1 o 2 grados del planeta es, en parte, responsable de las edades de hielo.

Jupiter

El papel de Júpiter y Saturno en el Sistema Solar es muy importante. Es posible que Júpiter, en la fase inicial del Sistema Solar, sea el responsable de que no haya planetas más cercanos al Sol que Mercurio

Es más, si Júpiter estuviese más cerca, el cambio en el plano orbital de la Tierra sucedería más rápido y la Luna haría que el planeta fluctuase más, no menos; o dicho de otro modo, que un planeta tenga una luna no tiene por qué ser necesariamente bueno (en nuestro caso creemos que es así y que nos ayuda).

Por último, este mismo grupo determinó que los planetas en rotación retrógrada tendrían variaciones más pequeñas al no girar en la misma dirección que su estrella, sin importar si hubiese una luna grande, o no, orbitando a su alrededor.

La vida, y los planetas habitables, pueden no ser tan raros como pensamos

Venus-pacific-levelledAl final de todo esto, lo interesante no es tanto que la Tierra podría haber desarrollado vida compleja sin la Luna, si no que, sabiendo que hay muchos factores que entran en juego, podemos deducir que hay muchos más planetas potencialmente habitables de lo que inicialmente podríamos pensar. Con esta información, el grupo de científicos que realizó el estudio se llegó a atrever a aventurar que el 75% de los planetas rocosos en la zona habitable de sus estrellas podrían ser suficientemente estables para permitir la evolución de la vida. Eso sí, sólo era una conjetura por su parte y mencionaban que haría falta más pruebas para ver si su afirmación se sostenía, o por el contrario, estaban completamente equivocados.

Para poner ese porcentaje del 75% en perspectiva, ten en cuenta lo siguiente: bajo la antigua suposición de que, necesariamente, hacia falta que hubiera una luna grande junto a esos planetas, sólo el 1% de los planetas rocosos en la zona habitable de sus estrellas podrían tener un clima estable…

De repente, como quien no quiere la cosa, la posibilidad de que haya vida en otros planetas aumenta exponencialmente…

Referencias: Newscientist