Ceres es un planeta enano encontrado en el cinturón de asteroides (que se encuentra entre Marte y Júpiter), es el destino de la sonda Dawn, que entrará en órbita alrededor del astro el próximo 6 de marzo. Todavía hay muchos misterios en torno a este objeto celeste, pero no durarán mucho más…
Ceres es el planeta enano más pequeño conocido (al tiempo que es también el objeto más grande del cinturón de asteroides), y el más cercano al Sol, ya que, a diferencia del resto de planetas enanos conocidos, se encuentra en la zona interior del Sistema Solar, en lugar de en el cinturón de Kuiper (que es el hogar de Plutón y Caronte, entre otros).
Desde 2013 sabemos que tiene agua
Los astrónomos tienen la certeza de que existe agua en la superficie de este planeta enano. De hecho, puede surgir de erupciones de géiseres en la superficie, o de la sublimación del hielo a nubes de vapor. En cualquier caso, no hay duda de que hay agua en Ceres.
Es más, es muy posible que haya más agua congelada bajo su superficie que agua dulce en nuestro planeta (lo cual podría convertirlo en un destino de minería espacial en el futuro, ya que el agua puede descomponerse en hidrógeno y oxígeno para crear combustible para cohetes).
Puede que tenga, también, una finísima atmósfera (hay que tener en cuenta que este planeta enano sólo tiene 950 kilómetros de diámetro, es decir, su diámetro es casi tan grande como la Península Ibérica), pero tan sólo el 2% de la fuerza de la gravedad de la Tierra.
La Sonda Dawn llegará el próximo 6 de marzo
Los instrumentos de la sonda medirán su masa, su densidad, y crearán un mapa detallado de su superficie. Esto debería aportarnos una idea mucho más detallada de su océano helado, así como del interior del planeta enano.
Ceres está lo suficientemente cerca para que algunos científicos hayan sugerido que podría servir como destino de futuras misiones tripuladas, así como base de lanzamiento para misiones de exploración del espacio profundo.
Ya hay incógnitas por responder
Ya estamos recibiendo imágenes de lo más interesantes de este lugar (especialmente la que aparece debajo, en la que se pueden apreciar dos puntos brillantes para los que los astrónomos no han podido concretar su origen todavía, aunque especulan con posibles volcanes).
Estas imágenes (que tienen una resolución de casi 8 kilómetros por píxel) fueron tomadas el pasado 12 de febrero, a una distancia de unos 83.000 kilómetros. Además de los numerosos cráteres (nada sorprendente), hay muchos puntos brillantes que están desconcertando a la comunidad científica.
Por ahora, lo único que saben es que estos puntos brillantes reflejan mucha más luz solar, pero su origen exacto sigue siendo un misterio, uno de los muchos para los que, seguramente, tendremos una respuesta durante los próximos meses. La misión concluirá en 2016.
Leído.