El mes de febrero ha sido muy positivo para el desarrollo del telescopio James Webb, que ha superado las últimas pruebas de funcionamiento. Es una buena noticia para la NASA, que está avanzando con la intención de que el telescopio se lance al espacio en octubre de este mismo año…

Las últimas pruebas del telescopio James Webb son de funcionamiento

Los equipos de pruebas del telescopio James Webb han logrado completar dos etapas importantes. Han confirmado que los componentes electrónicos están funcionando tal y como deberían. Así como sus cuatro instrumentos científicos, que pueden enviar y recibir datos correctamente en la misma red que usarán en el espacio. Todo esto es un buen empujón para que el telescopio sea lanzado el 31 de octubre de 2021. Estas últimas pruebas de James Webb son conocidas como la prueba exhaustiva de sistemas y la prueba del segmento en tierra.

Las últimas pruebas del James Webb son un éxito
Concepto artístico del telescopio espacial James Webb. Crédito: NASA

La primera tuvo lugar en las instalaciones de Northrop Grumman, mientras que la segunda se hizo en colaboración con el Space Telescope Science Institute de Baltimore. Como preludio a las pruebas del lanzamiento, los técnicos han llevado a cabo un análisis exhaustivo de los sistemas del telescopio. Este examen ha permitido crear una base sobre el rendimiento eléctrico del observatorio, y de todas las piezas que lo componen. Tras esas pruebas, los ingenieros y técnicos de la misión llevaron a cabo la prueba de sistemas, comparando los datos recopilados.

Tras un examen exhaustivo, confirmaron que el telescopio superará el lanzamiento. Una vez en el espacio, podrá funcionar de forma normal. Para poder llegar a esta conclusión, durante 17 días seguidos, los técnicos arrancaron los diferentes componentes eléctricos del telescopio y analizaron su comportamiento en las operaciones que llevarán a cabo. De esta forma, garantizarían que funcionan correctamente y se comunican entre ellos. Cada caja eléctrica del telescopio tiene un lado A y B, lo que permite tener redundancia y más flexibilidad.

Buenas sensaciones para el lanzamiento

Durante las pruebas, todos los comandos fueron interpretados correctamente. La telemetría recibida era la esperada en todas las cajas. Cada lado de apoyo funcionó como se esperaba. En definitiva, las impresiones han sido muy buenas, ya que esto indica que todo está preparado en cuanto al aspecto eléctrico. Tras aquellas pruebas, llegaron las del segmento terrestre. Se diseñó para simular todo el proceso desde planificar una observación hasta publicar los resultados para la comunidad científica. En primer lugar, se creó un plan simulado.

En él, se detallaba lo que los instrumentos científicos deberían hacer. Posteriormente, se mandaron los comandos para encenderse, moverse y operar a cada uno de los cuatro instrumentos. Durante la prueba, el telescopio es tratado como si estuviese a un millón y medio de kilómetros, en su órbita. Así que, con este objetivo, lo conectaron a la Red de Espacio Profundo. Se trata de una enorme red de antenas (en Estados Unidos, España y Australia) que permiten a la NASA comunicarse con sus naves espaciales repartidas por el Sistema Solar.

Como el telescopio todavía está en la Tierra, se utilizó equipo especial para simular la conexión que tendrá James Webb con la Red de Espacio Profundo. Los comandos se enviaron a través de ese simulador al telescopio. Analizaron la capacidad del telescopio de pasar de utilizar el centro de operaciones de misión de Baltimore al del centro espacial Goddard. También enviaron diferentes porciones de código al telescopio mientras estaba llevando a cabo diferentes operaciones. Todos los resultados son positivos e indican que el telescopio está listo.

Todavía queda la recta final

Aunque los equipos de NASA han explicado el impacto de trabajar en plena pandemia, han destacado que todas las pruebas han ido avanzando satisfactoriamente. Cuando el telescopio James Webb esté en el espacio, recibirá las señales desde el centro de misiones de Baltimore. Se enviarán a través de las estaciones de la Red de Espacio Profundo de Goldstone, en California; en Madrid o en Canberra, al telescopio. Se encontrará a 1,5 millones de kilómetros de nuestro planeta, en uno de los puntos de Lagrange del sistema Tierra-Luna.

Este es el complejo de comunicación de Madrid, de la Red del Espacio Profundo. Está en Robledo de Chavela. Crédito: Wikimedia Commons/Malopez 21

Además, otras estaciones, como la red espacial de Nuevo México, la estación Malindi, en Kenia, de la Agencia Espacial Europea, y el centro de operaciones espaciales europeas, en Alemania, ayudarán a mantener una conexión constante con el telescopio James Webb. En tierra, el personal tendrá que seguir cumpliendo los protocolos de seguridad establecidos para minimizar el efecto de la pandemia, porque su trabajo todavía no ha concluido. En el horizonte ya están las próximas pruebas. La del doblaje final del escudo solar y el despliegue del espejo del telescopio.

Después, con todo completado, llegará el momento de enviar el telescopio James Webb al lugar del lanzamiento. Todavía quedan meses para que el nuevo observatorio de la NASA, el sucesor del telescopio Hubble, entre en funcionamiento. Así que habrá que esperar a que lleguen las comprobaciones finales restantes. Pero parece que, por fin, la espera está llegando a su fin. Después de años de desarrollos y contratiempos, por fin estamos cerca de verlo en funcionamiento. Después llegará el momento de ver si cumple con las expectativas…

Referencias: Phys