La misión DART, de la NASA, ha tenido secuelas sorprendentes en Dimorphos, después de estrellarse en el asteroide en septiembre de 2022. Así lo cuenta un grupo de investigadores, que ha analizado la evolución del asteroide, y su órbita alrededor de Didymos, desde el momento del impacto…

Las secuelas de DART en Dimorphos tras su impacto

El impacto de la sonda DART provocó que se expulsasen toneladas de roca al espacio. Además, alteró la órbita de Dimorphos, disminuyéndola en 33 minutos. Sin embargo, un grupo de investigadores realizó una medición de la órbita un mes después y descubrió que había aumentado a 34 minutos. Es decir, era un minuto más larga que las primeras mediciones. A pesar de que el impacto de DART fue único, parece que parte de la fuerza de esa colisión siguió ralentizando la órbita del asteroide durante algún tiempo. Los investigadores no saben por qué.

Las sorprendentes secuelas de DART en Dimorphos
El asteroide Dimorphos, visto por la sonda DART. Crédito: NASA

¿Qué mecanismo es el responsable? Directamente, explican, no hay ninguno que pueda explicar un cambio orbital tan grande. La fricción con el material expulsado, por ejemplo, parece una explicación poco plausible. Por lo que serán necesarias más observaciones del sistema de Didymos y Dimorphos (este último es una luna del asteroide más grande) para confirmar el resultado y, además, entender mejor las secuelas de DART tras el impacto. El objetivo de la misión, cabe recordar, era probar cómo responden los asteroides a un impacto.

Los primeros datos, recibidos tras el impacto, mostraban un cambio orbital. Algo muy positivo porque este tipo de impacto cinético es una técnica de defensa planetaria. Una nave podrá colisionar contra un asteroide que, en el futuro, pudiese estar en rumbo de colisión con nuestro planeta. Los datos de DART ayudan tanto a la NASA como a la Agencia Espacial Europea a prepararse para enfrentarse a ese escenario. Es importante aclarar que el experimento sigue siendo un éxito rotundo y tan solo se está analizando qué sucede tras ese impacto.

Los cambios en Dimorphos

DART pesaba 610 kilos y se estrelló en su objetivo a una velocidad de 22 530 km/h. Creó un cráter que expulsó más de 900 000 kilos de material al espacio. Además, modificó la órbita alrededor de Didymos, acortándola como ya hemos mencionado. Se estima que, en su impacto, DART desplazó más de un millón de kilos de roca y polvo al espacio. El equipo de la misión sigue analizando los datos, así como la nueva información sobre la composición del asteroide y el material expulsado, para comprender mejor cómo se movió el asteroide.

Por un lado, por el propio impacto y, posteriormente, por el rebote. Ahora, otro grupo de investigadores ha utilizado el telescopio de 0,7 metros del observatorio Thacher, en California, para realizar sus observaciones. Han medido el cambio de la órbita, unos 20-30 días después de que se publicasen los primeros datos. Sus resultados apuntan a que el periodo del sistema podría haberse acortado durante este tiempo. Una posibilidad era que la nube de restos fuese tan grande, y hubiese cambiado con el tiempo, como para influir en la órbita de Dimorphos.

En un estudio, publicado en marzo de 2023, los astrónomos siguieron la evolución de la nube de restos, desde la colisión hasta un mes después, y vieron que se expandía hacia el exterior y comenzaban a aparecer estructuras. Se formaron agrupaciones de material, espirales y una larga cola, expulsada por la radiación del Sol. Sin embargo, este material expulsado, explican los investigadores, no podría explicar el cambio que han observado. Lo más intrigante es que, además, añaden que antes de la colisión de DART ya habían visto cambios.

Medir las secuelas de DART todavía llevará un tiempo

Dimorphos estaba cambiando lentamente antes del impacto. Algo que, del mismo modo, sigue siendo insuficiente para explicar por qué se ve esta diferencia entre la duración de la órbita post impacto (33 minutos) y un mes después (34 minutos). El efecto que estuviese provocando ese cambio, antes de la colisión, no es suficiente para explicar qué está sucediendo. Tanto este grupo de investigadores como el equipo de DART seguirá analizando las secuelas de la colisión. Será interesante ver qué sucede con el paso del tiempo.

Dimorphos, rodeado por las rocas despedidas (visibles como puntos) tras el impacto de DART. Crédito: NASA

Habrá que entender si la órbita de Dimorphos sigue cambiando y, naturalmente, comprender así qué impacto podría tener esto en el uso de naves para desviar asteroides que pudiesen estar en rumbo de colisión con la Tierra. Además, no podemos olvidar que, en 2024, se lanzará la misión Hera, de la Agencia Espacial Europea, para realizar un estudio de Dimorphos desde cerca. Habrá que esperar hasta diciembre de 2026, fecha en la que llegará al sistema de Didymos y Dimorphos, pero será una herramienta muy útil en este caso.

De todos modos, también vale la pena recordar que, por ahora, no se conoce ningún asteroide que pueda colisionar con la Tierra en los próximos 100-150 años. No siempre será así, y se podría descubrir alguno que, aun no siendo tan grande como para extinguir al ser humano, pueda provocar daños a nivel local, o incluso regional. Pero no es motivo para perder el sueño. El estudio de Dimorphos resulta muy interesante porque es la primera vez que el ser humano, en su historia, ha intentado modificar la órbita de un asteroide… y además lo ha conseguido.

Estudio

El estudio es T. Gudebski, E. Heldridge, B. McGawn et al.; «New Post-DART Collision Period for the Didymos System: Evidence for Anomalous Orbital Decay». Puede consultarse en arXiv, en este enlace.

Referencias: Universe Today