Los anillos de Saturno son excepcionalmente planos. De hecho, son tan planos, que si los redujésemos a la escala de una hoja de papel, serían más delgados que el folio. No en vano, se extienden unos 200.000 kilómetros, pero apenas tienen un par de decenas de metros de espesor. Bueno, en casi todas las zonas.

En una pequeña franja, poblada por irreductibles galos… No, espera, poblada por una luna…

Una minúscula luna llamada Dafne

Las divisiones Encke y Keeler de los anillos de Saturno

Las divisiones Encke y Keeler de los anillos de Saturno

Dafne es un satélite pastor de Saturno. Se le llama satélite pastor porque confina el material del anillo a ciertas regiones (parte del material es devuelto al anillo, incrementando así su grosor en esa zona, mientras que otra parte puede caer sobre el propio satélite o incluso ser expulsado). Este pequeño satélite es el causante de la División Keeler, de unos 45 kilómetros de ancho (uno de los huecos visibles en los anillos de Saturno), ya que orbita dentro del Anillo A del planeta.

La órbita de Dafne, sin embargo, no es perfectamente circular, así que a veces está en medio del hueco, y otras veces cerca de los bordes. Pero no se queda ahí la cosa, para hacerlo aun más divertido, la órbita de Dafne también la coloca, a veces, por encima y por debajo del plano de los anillos.

Los anillos de Saturno ondulan en estas divisiones

El efecto, por supuesto, no es lo suficientemente pronunciado para que lo podamos ver desde La Tierra con un simple telescopio, pero gracias a la Sonda Cassini tenemos imágenes de cómo, cuándo Dafne está cerca del borde del anillo (y por encima del plano), arrastra las partículas cercanas consigo. Cuando está por debajo, como ya habrás supuesto, las arrastra hacia debajo. Cuando se combina el movimiento elíptico de la luna con la inclinación, la interacción gravitatoria provoca ondas verticales en el anillo (creando ese efecto ondulado que aparece en la imagen).

Saturno 2

Dafne aparece en el hueco entre los anillos, en la esquina inferior derecha de la imagen

La inclinación de Saturno es tal que los anillos están casi en paralelo al Sol (por lo que la sombra que se proyecta sobre ellos es muy alargada, del mismo modo que lo es tu sombra al atardecer en una zona llana), así que se puede apreciar con facilidad el cambio en altura de las partículas afectadas por la luna. Dafne, en este caso, aparece en la imagen proyectando una alargada sombra sobre los anillos.

A la izquierda de Dafne podéis ver el efecto provocado por este satélite pastor en el borde exterior del anillo, mientras que a la derecha el mismo efecto es apreciable en el borde interior (si la imagen estuviese completa, tendrías que moverte hacia abajo para ver Saturno). Puede parecer confuso que el efecto cambie de un lado a otro de la división, pero tiene una explicación de lo más mundano: los anillos están formados de minúsculas partículas; las más alejadas de Saturno viajan más lento, que la luna, y por tanto se alzan mientras la luna se aleja, mientras que las más cercanas lo hacen más rápido, y se alzan al alcanzar a la luna y adelantarla debido a su velocidad más alta de rotación.

En algunas zonas de la división, el desplazamiento de las partículas respecto al plano de los aniillos puede ser de hasta 4 kilómetros.

Hay más satélites pastores en los anillos de Saturno

Pans_highway_3-05-07

El satélite Pan orbitando en la División Encke

Sin salir del Anillo A, nos encontramos al pequeño satélite Pan, responsable de la División Encke, y Prometeo, que mantiene el límite interior del Anillo F. Es posible que se descubran satélites pastores en los próximos años, ya que algunos pueden tener tan sólo unos cientos de metros de diámetro.

Urano, Júpiter y Neptuno también tienen anillos, y no son los únicos…

Representación artística de Cariclo y sus anillos

Representación artística de Cariclo y sus anillos

El resto de gigantes gaseosos del Sistema Solar también tienen sus propios anillos (mucho menos espectaculares que los de Saturno, y de hecho imperceptibles con telescopios), pero no son los únicos. El planeta menor Cariclo, de tan sólo 260 kilómetros de diámetro, también tiene dos anillos a su alrededor; y es, hasta la fecha, el cuerpo celeste más pequeño conocido con un sistema de anillos.