El universo contiene billones de galaxias. Aunque se ha planteado que las galaxias elípticas gigantes podrían ser el mejor lugar para la aparición de la vida, un estudio apunta en una dirección diferente. La vida podría ser abundante en galaxias espirales, como es el caso de la Vía Láctea…

La abundancia de la vida en las galaxias espirales

La enorme cantidad de galaxias que contiene el universo observable (en algunos casos se ha llegado a plantear que podría haber hasta 2 billones de galaxias) parece un buen augurio para la vida. Cada galaxia contiene enormes cantidades de estrellas. Así que las posibilidades parecen interminables. Sin embargo, se ha planteado que incluso a nivel de una galaxia, habría una zona habitable. Es decir, no todas las estrellas, de cualquier galaxia, serían capaces de tener planetas en los que la vida pueda aparecer tarde o temprano.

La vida en las galaxias espirales podría ser abundante
La galaxia Messier 87, observada por el telescopio Hubble. Crédito: NASA/STScl/Wikisky/Hubble

Los sistemas demasiado cercanos al núcleo galáctico, y los muy cercanos al borde de la galaxia, recibirán demasiada radiación como para que la vida pueda desarrollarse. Además, hay que preguntarse si existe algún tipo de galaxia que pueda ser más favorable para la vida inteligente. En 2015, se planteó en un estudio que las galaxias elípticas gigantes podrían ser el mejor lugar. Son galaxias mucho más grandes que la Vía Láctea. Sin embargo, un nuevo estudio plantea que esta observación es errónea y que no es el lugar más indicado.

Las galaxias elípticas suponen entre el 10 y el 15% de las galaxias que podemos encontrar en el supercúmulo de Virgo, del que formamos parte. Son galaxias que están compuestas principalmente por estrellas muy viejas y de muy poca masa. Es decir, enanas rojas. En el caso de las galaxias elípticas gigantes, pueden contener hasta un billón de estrellas y alcanzar diámetros de 1 millón de años-luz. Todo esto provocó que, en aquel año, se sugiriese que podían ser buenas candidatas. Pero parece que la vida debería ser más abundante en las galaxias espirales.

El principio de mediocridad

Hay diferentes aspectos a tener en cuenta. Por un lado, la cifra total de estrellas de una galaxia, capaces de tener planetas a su alrededor. Por otro, no menos importante, la disponibilidad de los elementos químicos necesarios para la vida. Es decir, carbono, oxígeno o hierro, que es más probable que exista en torno a estrellas más viejas. También hay que tener en cuenta la frecuencia de las supernovas, que emiten radiación muy potente en su entorno. Pueden impedir la formación y evolución de vida compleja en planetas cercanos.

En aquella estimación de 2015, se analizaron 150 000 galaxias cercanas, creando un modelo para definir la habitabilidad potencial de cada tipo de galaxia. Así, determinaron que galaxias elípticas, más ricas en metales (todo aquello por encima del hidrógeno y el helio), podrían tener hasta diez mil veces más planetas habitables que la Vía Láctea. La conclusión parece lógica y apunta a que las civilizaciones podrían abundar en ese tipo de galaxias. Pero ahora, un nuevo estudio determina que aquel análisis entra en contradicción con el principio de mediocridad.

El principio establece que, a menos que haya evidencias que indiquen lo contrario, un objeto, o la propiedad de un objeto, debería ser considerada típica de su clase. Es decir, si las civilizaciones abundan en galaxias elípticas gigantes… ¿por qué no es nuestro caso? Si nosotros somos la excepción, nos encontramos con un choque frontal con el principio de mediocridad. La Tierra y la Humanidad deberían ser consideradas casos típicos de planetas habitables (y civilizaciones). Es decir, la vida debería estar presente en galaxias espirales, entre el núcleo y los brazos…

¿Por qué la vida estaría en galaxias espirales y no elípticas?

Aquel estudio de 2015 sugiere lo opuesto. En el que se ha publicado ahora, se proponen dos explicaciones para entender por qué las galaxias elípticas gigantes no parecen el mejor lugar para encontrar civilizaciones extraterrestres. Por un lado, se explica que las galaxias elípticas gigantes pasan por grandes fases de esterilización, como resultado de la actividad de quásares y supernovas que tuvo lugar cuando las galaxias eran mucho más pequeñas y más compactas. La alta metalicidad de las galaxias también es otro gran problema.

La galaxia espiral Messier 83. Crédito: ESO

Porque, generalmente, dará como resultado una gran cantidad de planetas gaseosos, en lugar de rocosos. Es decir, en una galaxia elíptica, los planetas ya existentes fueron esterilizados durante la fase de formación. Después, ya no se formaron nuevas estrellas. El estudio va en la línea de lo observado en los últimos años. Porque también se ha sugerido, en otros estudios, que es necesario utilizar la Tierra como plantilla… pero teniendo en cuenta cómo ha evolucionado su clima a lo largo de la historia. No solo con las condiciones presentes.

A fin de cuentas, nuestro mundo era un lugar muy diferente cuando apareció la vida. Así que, en definitiva, si el estudio está en lo correcto, lo que indica es que las galaxias espirales deberían ser el principal foco de investigación a la hora de buscar civilizaciones extraterrestres. Algo que es muy útil si recordamos que la mayoría de galaxias del universo son, de hecho, espirales. Eso no quiere decir, sin embargo, que debamos esperar encontrar civilizaciones. Todo indica que la vida debería abundar, pero para poder afirmarlo, hay que encontrarla…

Estudio

El estudio es D. Whitmire; «The habitability of large elliptical galaxies». Publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society el 13 de abril de 2020. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Universe Today