En un futuro no muy lejano, podríamos tener telescopios espaciales líquidos gigantes. Sus dimensiones serían muy superiores a las de telescopios como el Hubble, el telescopio James Webb o Nancy Grace Roman. Por si no fuese suficiente, podrían construirse con mucha rapidez…

Telescopios líquidos gigantes… mucho más grandes que cualquier telescopio espacial

Pongámonos en contexto. El telescopio espacial Hubble (y el futuro telescopio Nancy Grace Roman) tiene un espejo principal de 2,4 metros de diámetro. El telescopio James Webb tiene uno de 6,5 metros de diámetro. Son herramientas fantásticas para cumplir con el trabajo para el que se diseñaron. Sin embargo, poder disponer de telescopios más grandes sería muy útil. Cuanto más grande sea el espejo principal, más luz se puede recoger. De modo que se puede ver mucho más lejos en el espacio y, por tanto, en el tiempo.

Telescopios líquidos gigantes... ¿la tecnología del futuro?
Imagen del telescopio Hubble poco después de separarse del transbordador Discovery, en 1990. Crédito: NASA

Es decir, se podría estudiar la formación de galaxias y estrellas. No solo eso, también se podría observar algunos exoplanetas de manera directa e, incluso, trabajar para comprender qué es la materia oscura. Crear un espejo es complejo y lleva mucho tiempo. Hay que crear el molde del espejo para tener la forma básica. Después es necesario reforzar el cristal, calentándolo y enfriándolo lentamente. Posteriormente, hay que preparar y pulir el cristal para que tenga la forma perfecta. Finalmente, llegará el momento de probar y revestir la lente.

En el caso de lentes pequeñas, no es demasiado complicado. En el caso de espejos mucho más grandes, el proceso se vuelve infernal. De ahí surge la idea de utilizar líquidos para crear lentes en el espacio. Esas lentes podrían ser entre 10 y 100 veces más grandes que las que se construyen. El tiempo para fabricarlas, además, sería mucho menor que el de una lente que se base en el vidrio. Esto nos lleva a FLUTE, el Fluidic Telescope Experiment (algo así como Experimento de telescopio fluido) llevado a cabo por un grupo de investigadores.

¿Qué es FLUTE?

El objetivo de FLUTE es hacer posible la fabricación de lentes fluidas en el espacio. Lentes que no solo sean más grandes que sus equivalentes de cristal, también de la misma calidad, o mejor, en el aspecto óptico, que las lentes terrestres. Además, se puede realizar el proceso en una parte de tiempo menor. En el espacio, los líquidos forman, tarde o temprano, una esfera perfecta. Para poner a prueba el proceso, comenzaron por utilizar agua como medio para crear lentes fluidas. Necesitaban asegurarse de que la densidad del agua era correcta.

Tenía que ser la misma que la de los polímeros líquidos que utilizarían para la fabricación de las lentes. De manera que los efectos de la gravedad se cancelarían. Dejando al margen los procesos mecánicos, los polímeros se inyectaron en marcos circulares sumergidos en agua y después solidificados, creando lentes comparables, o incluso mejores, a las que se obtienen con técnicas estándar. Después, los investigadores realizaron dos vuelos parabólicos con la compañía ZeroG, para seguir poniendo a prueba el proceso de fabricación.

En este caso, utilizaron aceites sintéticos de diferentes viscosidades. Buscaban determinar cuál funcionaría mejor. Estos aceites fueron bombeados en marcos circulares del tamaño de una moneda de un dólar, mientras el avión estaba en caída libre. De nuevo, los investigadores lograron fabricar lentes sin soporte. Aunque, una vez el avión comenzó a elevarse de nuevo, los efectos de la gravedad entraban en escena. Provocaban que los líquidos perdieran su forma. El experimento todavía no ha terminado, porque va a tener un nuevo paso.

La última prueba, ahora sí, en el espacio

El experimento tendrá lugar en la Estación Espacial Internacional y ya se encuentra en el laboratorio. Allí, está esperando a la llegada de Eytan Stibbe, especialista de la misión Ax-1 (de la compañía Axiom Space), que se encargará de llevarlo a cabo. En la estación, añadirán un paso más. El de utilizar o bien luz ultravioleta, o bien temperatura, para endurecer el líquido para que la lente pueda ser examinada y puesta a prueba por los investigadores en la Tierra. Si el experimento sale bien, supondrá la primera vez en la que se logra fabricar un componente óptico en el espacio.

Concepto artístico del telescopio Nancy Grace Roman. Crédito: NASA/GSFC/SVS

De ser así, estaremos ante el comienzo de una nueva manera de fabricar telescopios en el espacio. Algo que supondría una revolución a la manufacturación en el espacio. También se reducirá enormemente el tiempo necesario para construir un telescopio. La calidad de imagen, por supuesto, se espera que sea espectacular. Permitirá seguir profundizando en aquellos campos en los que se viene trabajando desde los últimos años. De todos modos, es importante tener en cuenta que por ahora solo se está probando el proceso.

Es decir, no hay ninguna propuesta en firme para construir telescopios líquidos gigantes. Si la rapidez de fabricación es la que aseguran, puede que no tengamos que esperar mucho para ver los primeros conceptos. Aunque, por ahora, hay que ver si las pruebas en la Estación Espacial Internacional salen bien. Es un método que resulta muy interesante, por las ventajas que ofrecería respecto a la construcción clásica de telescopios. Pero, por ahora, lo único que podemos hacer es esperar y ver qué dicen los resultados…

Referencias: Universe Today