¿Y si pudiésemos recongelar los polos terrestres? Un grupo de científicos plantea cómo se podría realizar algo así. Destacan que es factible y que, sorprendentemente, no sería muy caro. Algo que resulta sorprendente y nos lleva a pensar en el mundo de la ciencia ficción…

Recongelar los polos podría ser una solución

Los polos terrestres se están calentando varias veces más rápido que la media global del resto del planeta. Esto está produciendo olas de calor sin precedentes, en la región. Tanto en el Ártico como el Antártico, se han observado varias en 2022. El fundido y colapso de los glaciares en latitudes altas es preocupante porque puede acelerar la subida del nivel del mar. Por suerte, recongelar los polos, reduciendo la luz del Sol que llega a la región, podría ser factible y relativamente barato. Al menos eso cuenta un grupo de investigadores.

La posibilidad de recongelar los polos terrestres
Concepto artístico de la Tierra durante una edad de hielo. Crédito: Wikimedia Commons/Ittiz

Los científicos detallan un posible programa futuro con este propósito. Con aviones que puedan volar a gran altitud, se liberarían aerosoles microscópicos en la atmósfera, en latitudes por encima de 60 grados norte y Sur. Aproximadamente, a la altura de Anchorage (Canadá) en el hemisferio norte, y el extremo sur de Patagonia (Sudamérica). Si se inyectase a una altura de 43 000 pies (unos 13 kilómetros), se encontrarían por encima de la altitud de crucero de los aviones comerciales. Desde allí, se moverían a los polos lentamente.

Su efecto sería ensombrecer, ligeramente, la superficie bajo estos aerosoles. Sin embargo, los propios autores destacan que hay muchas dudas respecto a liberar aerosoles en la atmósfera para enfriar el planeta. Aunque contraatacan sugiriendo que el riesgo y beneficio de este método es mucho más interesante en los polos. Allí, la posibilidad de éxito es mucho más alta. Esas inyecciones se realizarían de manera estacional. Tendría lugar en las jornadas de primavera y principios de verano. La misma flota de aviones podría encargarse de ambos polos.

Una iniciativa intrigante, pero con un recorrido incierto

Viajarían al polo opuesto con el cambio de las estaciones. Ya hay algunos aviones militares para repostaje, como el vetusto KC-135 o el A330 MMRT. Ninguno tiene la capacidad de carga suficiente a esas altitudes. Por lo que sería deseable utilizar aviones de repostaje más modernos (y más eficientes). Los investigadores calculan que haría falta 125 aviones de este tipo para poder llevar el cargamento necesario a ambas regiones. En este sentido, el objetivo sería conseguir enfriar las regiones, por encima de 60º norte y sur, a un ritmo de 2º C por año. Esto permitiría que regresasen a los valores que tenían antes de la llegada de la época industrial. El coste no sería demasiado alto.

Se calcula que sería de unos 11 000 millones de años. Menos de la tercera parte del coste de enfriar todo el planeta en esa misma cifra de 2ºC. También es una fracción ínfima del coste que se supone que supondría llegar a emisiones cero. Aun con todo, estamos hablando de un planteamiento que solo es un parche. Así lo expresan ellos mismos. La inyección de aerosoles es una solución a corto plazo, para enfrentarse a un mundo que cada vez se calienta más rápidamente. Pero solo es una forma de tratar un síntoma del calentamiento global.

No es, de ninguna manera, una forma de enfrentarse al problema general. Por lo que seguiría siendo necesario enfrentarse a la tarea de detener el calentamiento global. Enfriar los polos solo daría una protección directa a una pequeña fracción del planeta. Si bien es cierto que las latitudes medias también deberían ver una bajada de temperaturas. Menos del 1% de la población mundial vive en las zonas en las que se liberarían estos aerosoles. Así que el despliegue polar también supone un riesgo directo mucho menor para la mayoría de la humanidad.

Recongelar los polos no se convertirá en realidad a corto plazo

Recongelar los polos de esta manera tendría un beneficio directo para las regiones árticas. Indirectamente, también afectaría al resto del planeta. No podemos perder de vista, de todos modos, el hecho de que nos encontramos ante un estudio que solo es un paso preliminar y pequeño en un rompecabezas muy complejo. En estos momentos, nos encontramos en la fase de entender los costes, beneficios y riesgos de intentar intervenir en el clima en latitudes altas. Si bien es cierto que da motivos para pensar en que podría ser una herramienta útil.

Hielo flotante en el glaciar Kangerdlugssuaq, en Groenlandia. Crédito: NASA/Michael Studinger.

Esto, claro está, mientras no entremos en consideraciones que ya se han planteado en otras ocasiones. No es la primera vez que se sugiere liberar aerosoles en la atmósfera con el objetivo de reducir la temperatura del planeta. El inconveniente es que, una vez liberados, no hay manera de poder retirarlos de manera sencilla si no son necesarios. Además, no está claro qué impacto tendría en el complejo sistema que es el conjunto de la Tierra. No podemos olvidar que la biosfera terrestre es un sistema complejo que todavía no está bien entendido.

Además, tampoco podemos olvidarnos de que estamos hablando de una solución que solo sería, en el mejor de los casos, un parche. El problema de fondo, el calentamiento global, seguiría estando presente y necesitaría ser abordado tarde o temprano. Por lo que, en realidad, solo estaríamos retrasando un escenario que terminaría produciéndose más adelante. Para bien o para mal, la única manera de salir de este embrollo parece clara. Necesitamos enfrentarnos al calentamiento global y tener un compromiso claro para detenerlo.

Estudio

El estudio es W. Smith, U. Bhattarai, D. MacMartin et al.; «A subpolar-focused stratospheric aerosol injection deployment scenario». Publicado en la revista Environmental Research Communications el 15 de septiembre de 2022. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Phys