Ya sabemos que la Tierra es un planeta adecuado para la vida, pero puede que los minineptunos, mundos similares a Neptuno, pero menos masivos, pudiesen tener las condiciones necesarias… A pesar de que se trataría de un tipo de planeta muy diferente a los mundos rocosos…
Los minineptunos como lugar en el que encontrar vida
La búsqueda de vida extraterrestre es un asunto de lo más complejo. Evidentemente, es lógico suponer que lugares como la Tierra, más allá del Sistema Solar podrían estar habitados. Una forma de saber si es así, sería analizar esas atmósferas extraterrestres y estudiarlas, esperando detectar alguna señal inconfundible de vida. El inconveniente de toda esta historia es que, en realidad, la Tierra es un planeta más bien pequeño con una atmósfera muy fina. Al menos si lo comparamos con los planetas más grandes que podemos ver en el Sistema Solar.
De hecho, será mucho más fácil estudiar las atmósferas de los planetas gigantes. Pero ¿podríamos esperar encontrar vida en mundos así? Un grupo de investigadores plantea que quizá sí. A fin de cuentas, se ha planteado en multitud de ocasiones que no deberíamos suponer que la vida solo pueda aparecer en planetas como el nuestro. Ni siquiera necesitamos abandonar este pequeño rincón de la galaxia. Encélado y Europa podrían ser capaces de albergar vida, en los océanos ocultos bajo su superficie. Así como otros lugares, como Ganímedes.
Titán, incluso, podría albergar vida exótica, gracias a su química basada en el metano. Pero, en su esencia, la vida necesita tres ingredientes: energía, agua y una superficie. Los dos primeros son requisitos evidentes. Es necesario algún tipo de energía para que una forma de vida pueda sobrevivir. El agua es además una solución perfecta para que las moléculas complejas puedan interactuar entre sí. Pero la necesidad de disponer de una superficie es algo que no está tan claro. No es necesaria para la vida. Muchos organismos pueden vivir en el agua o el aire.
La superficie sí parece importante…
Sí parece, sin embargo, que la superficie es necesaria para que la vida pueda aparecer. La química en la superficie es muy buena para permitir que se creen grandes moléculas orgánicas, incluso en el espacio. Probablemente haga falta una superficie rocosa para que se puedan formar los bloques de la vida. El estudio plantea que la química en la superficie podría ser imprescindible para que la vida aparezca en un sistema planetario. Pero no sería necesario, por otra parte, para que la vida pueda desarrollarse. Presenta un escenario intrigante.
Los investigadores se centran en los minineptunos templados. Mundos que son entre ocho y diez veces más masivos que la Tierra. Son pequeños planetas gaseosos con una atmósfera densa, pero sin superficie terrestre. En los últimos años se han encontrado planetas así que están en la zona habitable de sus estrellas. Es el caso, por ejemplo, de K2-18b, que orbita muy cerca de su estrella, una enana roja. Los investigadores explican que estos minineptunos, como K2-18b podrían tener mucha agua y moléculas orgánicas. Podría haber zonas habitables en su atmósfera.
Al ser mundos gaseosos más pequeños, además, plantean que esa región habitable podría ser bastante estable, permitiendo que cualquier vida pudiese permanecer suspendida durante mucho tiempo. El suficiente, al menos, para que pudiese reproducirse antes de terminar sumergiéndose en las profundidades, más hostiles. Algo parecido se había planteado respecto a Venus. Pero K2-18b no debería tener superficie. Sin embargo, una vez explicada la posibilidad de sobrevivir. ¿Cómo podría llegar la vida hasta un mundo de estas características?
La vida en los minineptunos debería venir de otros lugares
¿Cómo encontrar vida en los minineptunos? Al carecer de superficie, no se puede esperar que se desarrollase allí mismo. Así que, en su lugar, los investigadores apuntan a los asteroides. Podrían ser los encargados de llevar la vida hasta allí. Bastaría con que un sistema planetario tuviese un cinturón de asteroides inestable. Los impactos de meteoritos, tanto en los mundos rocosos que pudiese haber en ese sistema, como en los minineptunos, podrían ser frecuentes. Así que estaríamos ante una especie de sistema de polinización.
La vida de ese mundo rocoso podría ser expulsada y viajar al minineptuno. Lo interesante es que este tipo de mundos son relativamente comunes y tienen atmósferas densas. Por lo que deberían estar entre los primeros planetas en los que buscar señales de vida. La posibilidad de encontrar vidas en estos mundos quizá sea baja, pero aun así es interesante. Existe la posibilidad de analizar esas atmósferas e intentar encontrar señales de vida. ¿Quiere esto decir que debiese esperarse resultados positivos? Lo cierto es que no.
A fin de cuentas, hay que pensar que necesitamos que la vida exista de antemano. Podríamos jugar con la idea de la panspermia en un nivel superior, pero la posibilidad se antoja más pequeña. Es decir, si no hubiese vida en el sistema planetario, un asteroide interestelar podría, quizá, llevar la vida desde allí hasta un minineptuno. Pero obliga a que, en última instancia, la vida tenga que aparecer de antemano en algún otro lugar. Sea como fuere, no deja de ser un estudio que permite añadir otro tipo de mundo a la lista de objetivos donde buscar vida…
Estudio
El estudio es S. Seager, J. Petkowski, M. Günther et al.; «Possibilities for an Aerial Biosphere in Temperate Sub Neptune-Sized Exoplanet Atmospheres». Publicado en la revista Universe el 19 de febrero de 2021. Puede consultarse en este enlace.
Referencias: Universe Today