El estudio de una enana roja ha permitido observar un fenómeno muy intrigante. Puede que este tipo de estrellas dejen a sus planetas sin agua poco después de su formación. SI es así, la vida podría tenerlo muy complicado para aparecer en torno a estos astros…

Los planetas sin agua no serían muy útiles…

Las enanas rojas podrían dejar a sus planetas sin agua

Este concepto artístico muestra una enana roja orbitada por un planeta habitable.
Crédito: Christine Pulliam (CfA).

La primera impresión con este estudio es negativa. Es otro más que parece poner una losa más en la posibilidad de que las enanas rojas puedan tener planetas que sean capaces de albergar vida. Eso a su vez tiene una implicación importantísima para la posibilidad de que haya vida en otros lugares del universo. Porque no hay que olvidar que son las estrellas más abundantes del universo y por tanto, la mayoría de planetas orbitan en torno a estrellas de este tipo.

La estrella que ha permitido este estudio es AU Mic (abreviatura de AU Microscopii). Está a 32 años-luz del Sistema Solar. A diferencia de otras enanas rojas que se han observado hasta la fecha, AU Mic destaca por ser muy joven. Apenas tiene 23 millones de años. Es tan joven que todavía conserva un disco de material a su alrededor. Está formado por los restos que quedan del proceso de formación de su sistema planetario.

Su cercanía y su edad la convierten en un objetivo muy interesante. Es un sistema muy diferente a TRAPPIST-1, formado por siete planetas, o a Próxima b. Además, desde la perspectiva de la Tierra, lo vemos casi de canto. Así que parece una linea gruesa que se extiende en ambas direcciones desde la estrella. El propio astro puede ser ocultado para que, sin su brillo de por medio, se pueda apreciar mejor los detalles de su disco.

Entendiendo el disco de AU Mic

Evolución del disco de AU Mic entre 2011 y 2017.
Crédito: NASA, ESA, J. Wisniewski (University of Oklahoma), C. Grady (Eureka Scientific), and G. Schneider (Steward Observatory)

Los astrónomos han estudiado AU Mic y su disco con diferentes telescopios. Han realizado diversas observaciones a lo largo de varios años. Para ello, han utilizado coronógrafos. Pequeños dispositivos que, equipados en los telescopios, bloquean la luz de la estrella. Lo más llamativo es que, en solo unos pocos años, se ha observado cómo ha cambiado el disco que rodea a AU Mic. Las imágenes van desde 2011 a 2017.

En ambos casos, AU Mic se encuentra en el centro y está o culta por el coronógrafo. En el disco se puede observar cómo, a lo largo de los años, una pequeña región de material ha cambiado de ubicación. Los astrónomos han determinado que se mueve a 7 kilómetros por segundo. En otros lugares del disco se pueden observar regiones similares. Algunos muestran un movimiento incluso más rápido. Pero no está claro qué es lo que provoca la aceleración.

AU Mic es una enana roja muy activa. Emite llamaradas muy potentes con frecuencia. Algo común en muchas enanas rojas jóvenes que se han observado. Es, probablemente, el mecanismo que impulsa el movimiento de esas regiones de material. Pero su presencia no es una simple curiosidad. Esas regiones podrían estar desempeñando un papel muy importante en la evolución de los planetas que componen su sistema.

Planetas sin agua desde su formación

Esta secuencia de imágenes muestra la ampliación de una de las regiones de material en el disco de AU Mic.
Crédito: NASA, ESA, J. Wisniewski (University of Oklahoma), C. Grady (Eureka Scientific), and G. Schneider (Steward Observatory)

Porque, en su movimiento, arrastran consigo los granos más pequeños. Los expulsan de las cercanías de la estrella. Entre esas pequeñas partículas podría haber tanto agua como otros elementos volátiles. Es decir, elementos como el dióxido de carbono o el amoniaco. Por la velocidad y el tamaño de esas regiones, es posible que estén en el proceso de expulsar todo el material que AU Mic tiene a su alrededor.

Los planetas que se formen cerca de la estrella podrían tener algo de agua por sí mismos. Pero la mayor parte debería llegar más tarde a través de impactos de asteroides y cometas. Ese mismo mecanismo es el que, se cree, trajo la mayor parte del agua a nuestro planeta. Los asteroides y cometas se formarían mucho más lejos de la estrella. Allá donde el hielo es más abundante en el disco que rodea a AU Mic.

Pero si esas regiones de material lo eliminan todo, podríamos tener planetas sin agua. Nunca llegarían a poder acumular una cantidad significativa. Además, el proceso podría ser muy rápido (pensando en la escala cósmica). Los astrónomos estiman que el disco podría disiparse en apenas 1,5 millones de años. Un suspiro en la escala cósmica. No solo eso, los planetas que pueda haber alrededor de AU Mic todavía se están enfriando.

Planetas desérticos en una enana roja extrema

Recreación de un atardecer en el exoplaneta Gliese 667Cc. La estrella más cercana es la enana roja Gliese 667 C, en la derecha aparecen Gliese 667 A y Gliese 667 B, las tres forman parte de un sistema solar triple.
Crédito: ESO/L. Calçada

Si es así, el destino de esos planetas será convertirse en mundos completamente desérticos. Para empeorar las cosas, es posible que lo que vemos en AU Mic sea lo habitual en torno a las enanas rojas jóvenes. Sería raro, teniendo en cuenta el tamaño de la galaxia y la abundancia de estas estrellas, que lo que sucede en AU Mic sea un proceso extremadamente raro. Si las observaciones se aplican a la mayoría de enanas rojas, estamos ante un escenario muy negativo.

Porque la implicación es directa y lógica. Las enanas rojas tendrían a su alrededor planetas sin agua. O, en el mejor de los casos, con una cantidad muy baja. Algo que nos diría que, por extensión, puede que la vida no lo tenga nada fácil para aparecer en el cosmos. A fin de cuentas, indicaría que el 75% de estrellas de la galaxia (y por extensión, del cosmos) son incapaces de ofrecer las condiciones adecuadas para que se desarrolle la vida.

Al menos, claro está, la vida tal y como la conocemos en la Tierra. Quizá pueda haber algún tipo de vida que no la necesite. Teóricamente es posible, pero en la práctica solo conocemos un planeta habitado, el nuestro. Por ahora, solo podemos quedarnos con la observación por lo que es. Una señal de que las cosas podrían ser más complicadas de lo que pensábamos para que aparezca la vida. Pero, por otro lado, las estrellas son tan numerosas que la vida, como decían en Parque Jurásico, podría abrirse camino…

El estudio es A. Boccaletti, E. Sezestre, A.-M. Lagrange, P. Thébault et al.; «Observations of fast-moving features in the debris disk of AU Mic on a three-year timescale: Confirmation and new discoveries». Publicado en la revista Astronomy & Astrophysics el 15 de junio de 2018. Puede ser consultado en arXiv.

Referencias: Bad Astronomy