No pudo ser. El lanzamiento de la misión Demo-2 de SpaceX, previsto para el 27 de mayo, ha tenido que posponerse debido a las malas condiciones atmosféricas. Tras muchas horas de incertidumbre, los equipos de NASA y SpaceX han considerado que la mejor opción es retrasar la misión…

El lanzamiento de Demo-2 se vio impactado por el mal tiempo

No comenzaba el día de forma muy alentadora. La posibilidad de que sucediese el lanzamiento era de un 60%. Ya en la jornada anterior, desde el Centro Nacional de Huracanes, en Estados Unidos, se informaba del estudio de un sistema que podría desarrollar características tropicales en los próximos días. Nunca le dieron un porcentaje especialmente alto, ni siquiera llegó a pasar del 30%. Y sin embargo, el miércoles por la mañana (en España, madrugada en Estados Unidos), se veían obligados a anunciar la formación de la tormenta tropical Bertha.

El mal tiempo impide el lanzamiento de Demo-2 (por ahora)
Doug Hurley (primer plano) y Bob Behnken, junto a parte del equipo de la misión en tierra, de Demo-2. Crédito: NASA TV

La segunda tormenta tropical de la temporada de huracanes en el Atlántico. Sin ni siquiera estar, todavía, en el período oficial de huracanes (del 1 de junio al 31 de noviembre). Para colmo de males, se encontraba justo en Florida, si bien su movimiento rápido y hacia el norte parecía un motivo para el optimismo. Horas antes del lanzamiento de Demo-2, Bertha ya se encontraba en las costas de Carolina del Sur. Seguía habiendo mal tiempo en Florida, pero no es un indicador, necesariamente, de que no se pudiese seguir adelante con la maniobra.

El inconveniente es que, en estos lanzamientos, no basta con que las condiciones atmosféricas sean buenas en el lugar del lanzamiento. En este caso, concretamente, es necesario que las condiciones sean las mejores posibles desde Florida hasta prácticamente las costas de Irlanda. Si en algún punto de todo ese trayecto, las condiciones no son favorables, es posible posponer un lanzamiento para evitar posibles incidentes en vuelo. Algo que parece aun más importante cuando se trata de una misión tripulada, como en esta ocasión.

La incógnita se mantuvo casi hasta el final

Con el paso de las horas, el mensaje parecía ser positivo. Constantemente se mantenía en luz verde. Las condiciones no eran las mejores pero se esperaba que todo fuese mejorando con el paso de las horas. Llegaron los 45 minutos para el lanzamiento, y se dio la señal de continuar con el procedimiento. Pasaron los minutos con confirmaciones sucesivas, pero dejando claro que se esperaba una evolución favorable que, finalmente, no sucedió. Cuando quedaban 17 minutos, los astronautas, Bob Benhken y Doug Hurley, fueron informados de la cancelación de la misión.

Posteriormente, Jim Bridenstine, el actual administrador de la NASA, explicó en una breve comparecencia que el motivo era la electricidad presente en la atmósfera. Aunque no había ninguna tormenta eléctrica en la región, la preocupación de los equipos de SpaceX y de la NASA es que podrían provocar descargas eléctricas ellos mismos. Sin embargo, el propio Bridenstine intentó encontrar el enfoque positivo. Había sido una buena oportunidad para realizar un wet dress rehearsal. Un ensayo con el combustible cargado en el cohete.

Ahora, toca esperar hasta este mismo sábado, 30 de mayo, cuando tendrá lugar un nuevo intento. El lanzamiento de Demo-2 se producirá a las 03:22 p.m. (hora local de Florida, 21:22 en la Península Ibérica, 20:22 en Canarias). En estos momentos, la posibilidad de que el lanzamiento se realice es de un 60%. Las mismas probabilidades que había en la jornada del miércoles. La evolución de las condiciones atmosféricas son las que dictarán si, en esta ocasión, la tripulación de Crew Dragon puede, por fin, viajar a la Estación Espacial Internacional.

¿Por qué es tan importante este lanzamiento?

La misión Demo-2 de SpaceX no es una misión cualquiera. Tiene diferentes implicaciones, a cual más destacable. Por un lado, supone para SpaceX obtener la certificación para poder enviar misiones tripuladas al espacio. Es la primera compañía privada que envía astronautas al espacio (otras ya habían enviado turistas en el pasado). Para la NASA, y para Estados Unidos, supone recuperar la capacidad de realizar lanzamientos desde su propio territorio. La última ocasión en la que esto sucedió fue en 2011, con la misión STS-135 del transbordador espacial.

Doug Hurley (izquierda) y Bob Behnken (derecha) saludan a sus familiares y compañeros de equipo antes de dirigirse a la nave. Crédito: NASA TV

Desde entonces, han dependido de las naves Soyuz, con un coste de 90 millones de dólares por asiento. Al pasar a depender de SpaceX y Boeing, la NASA espera reducir esos costes de forma significativa. Para Boeing, el camino todavía es algo más largo. Su cápsula, CST-100 Starliner, todavía tiene varios pasos que completar, incluyendo un lanzamiento de su cápsula, sin tripulación, para llegar a la Estación Espacial Internacional. Después, podrá pasar a la fase de lanzamiento de misiones tripuladas. Todo esto permite entender el contexto del lanzamiento de Demo-2.

Además, Doug Hurley, que voló en la última misión del transbordador espacial, se convirtió en uno de los últimos astronautas en partir desde Estados Unidos. Nueve años después, se convierte en el primero, junto a Bob Behnken, en partir desde su país. En la Estación Espacial Internacional les espera una bandera de su país, con un mensaje muy claro: solo puede ser recuperada por una tripulación lanzada desde el Centro Espacial Kennedy. Si no es el sábado, el domingo, 31 de mayo, habrá una nueva oportunidad. Pero algo está claro: este viaje va a salir adelante.

Referencias: NASA