Hace unos años, se anunció el descubrimiento de un exoplaneta que se podría considerar como el equivalente de Vulcano (el planeta natal de Spock, entre otros, en Star Trek) en la realidad. Sin embargo, un nuevo estudio plantea que esa detección no es correcta, y que no hay ningún mundo en torno a esa estrella…

La presencia de Vulcano en torno a 40 Eridani

Los fans de Star Trek saben, de carrerilla, que el mundo de origen de los vulcanos (como Spock o Tuvok) proceden del planeta Vulcano. En la ficción, este mundo se encuentra en el sistema triple de 40 Eridani. Por eso, no es sorprendente que la reacción fuese tremenda cuando se anunció que, en el mundo real, se había detectado un exoplaneta en ese mismo sistema. Ahora, sin embargo, un grupo de investigadores ha publicado un nuevo trabajo que echa por tierra esa tentadora idea. De hecho, no es el primer falso positivo.

El exoplaneta Vulcano (de Star Trek) no existe
Concepto artístico de 40 Eridani b. Crédito: University of Florida

El análisis de los datos de descubrimiento de diferentes exoplanetas, a lo largo de la Vía Láctea, ha permitido determinar que varias detecciones fueron, en realidad, falsos positivos. Se trataba de fluctuaciones en la luz de la estrella, en lugar de la interacción con un mundo en su entorno. Así que, al menos por ahora, la posibilidad de que haya un mundo como Vulcano desaparece. La parte positiva es que este resultado debería permitir detecciones de exoplanetas más robustas en el futuro. ¿Qué es lo que ha sucedido en este caso?

El descubrimiento del exoplaneta se produjo en 2018. Se trataba de 40 Eridani b, que orbitaba en torno a la estrella 40 Eridani A, y sería una supertierra (un mundo más masivo que la Tierra), que orbitaba en torno a su estrella cada 42 días. El método de detección empleado era el de la velocidad radial. Consiste en analizar el movimiento de la estrella, en busca de pequeñas fluctuaciones en la luz de la estrella. Un astro, que tenga planetas a su alrededor, se verá afectado por los efectos gravitatorios de las órbitas de esos mundos.

La importancia de las órbitas y la luz

No podemos olvidar que, en realidad, los objetos orbitan entre sí en torno a un centro mutuo de gravedad. Esto quiere decir que la estrella se bambolea a medida que el exoplaneta se mueve a su alrededor. Eso se puede percibir en su luz. La luz procedente de una estrella, que se mueva hacia nosotros, estará ligeramente comprimida, desplazándose al azul. La luz emitida por una estrella, que se aleje, estará estirada, desplazándose al rojo. Cuando se debe a un exoplaneta, esto se puede ver como un cambio que sucede de manera regular.

El inconveniente es que no siempre es fácil identificar un exoplaneta en ese bamboleo. Si hay cualquier tipo de actividad en la superficie de la estrella (cosas como puntos o manchas brillantes) también pueden producir bamboleos en el espectro. Además, con una periodicidad que encaja con la rotación de la estrella. Este es el quid de la cuestión con 40 Eridani b. El período orbital del exoplaneta era demasiado cercano al periodo de rotación esperado de la estrella. Se calculaba que era de entre 37 y 43 días. Algo que ya se detectó en su momento.

Los investigadores, en aquel entonces, admitían que era posible que hubiesen interpretado la señal como perteneciente a un exoplaneta, y que sin embargo fuesen una señal por la rotación. Con el añadido de que no habían sido capaces de precisar el período de rotación de la estrella. Desde entonces, otros investigadores se han enfrentado a esta cuestión. En 2021, un estudio planteaba que era un falso positivo. En 2022, otro trabajo no lograba llegar a ninguna conclusión. Ahora, un nuevo grupo de investigadores suma su resultado al de 2021.

El Vulcano que nunca existió en el mundo real

Los investigadores han analizado 40 Eridani b y han determinado que es probable que sea un falso positivo. Han captado diferentes señales que encajan con la actividad de la estrella. Hay otros posibles exoplanetas que se suman a la lista de falsos positivos. Se trata, concretamente, de HD 20794 c, HD 85512 b y HD 114613 b. En todos esos casos, hay serias dudas de que los exoplanetas existan. Por otro lado, los investigadores han logrado encontrar dos posibles exoplanetas. Algo que se determinará con nuevas observaciones.

Esta ilustración explica el método de velocidad radial. Desde nuestra perspectiva, una estrella puede parecer alejarse o acercarse al tener en su órbita un exoplaneta (o a un objeto más masivo). Crédito: ESO

Los posibles exoplanetas reciben las denominaciones HD 192310 RV Signal IV y HD 146233 RV Signal III (los nombres cambiarán si se confirman). Los resultados hacen pensar que, con más datos, y más detallados, vale la pena revisar antiguas detecciones que no fuesen demasiado claras. En ese proceso, incluso si se descarta la existencia del planeta (como ha sucedido aquí), al menos sí se puede entender mucho mejor la actividad estelar. Los investigadores creen que la detección y análisis de posibles mundos rocosos seguirá siendo compleja.

A fin de cuentas, es difícil observar estos mundos, y hay que sumarle la variabilidad de la actividad de la estrella, así como las propias limitaciones de los instrumentos. La detección por velocidad radial permitirá estudiar mejor las señales de la actividad estelar en una escala de horas a años. Además, en el proceso se podrían descubrir más exoplanetas de la galaxia. Por lo que, aunque Vulcano vuelva a ser un mundo puramente ficticio, el estudio resulta tremendamente útil porque también deja algunos planteamientos interesantes.

Estudio

El estudio es K. Laliotis, J. Burt, E. Mamajet et al.; «Doppler Constraints on Planetary Companions to Nearby Sun-like Stars: An Archival Radial Velocity Survey of Southern Targets for Proposed NASA Direct Imaging Missions». Está disponible para su consultar en la plataforma arXiv, en este enlace.

Referencias: Science Alert