Esta semana, en Astrobitácora 7×01, comenzamos una nueva temporada del podcast y centramos la atención en los requisitos para que la vida pueda aparecer. En YouTube, además, hablamos de CAPERS-LRD-z9, el nombre tras el que se oculta el agujero negro más viejo observado hasta el momento…
Astrobitácora 7×01: Los obstáculos para la aparición de la vida
Una de las hipótesis más populares para la aparición de la vida en la Tierra es que surgió por medio de un proceso conocido como abiogénesis. Es decir, la vida surgió a partir de materia inorgánica y una serie de reacciones que desencadenaron la formación de los bloques fundamentales. Es un planteamiento muy atractivo que implica que nuestro planeta contaba con todo lo necesario para que la vida echase a andar..

El investigador Arun Holden analiza la posibilidad, desde el punto de vista matemático, de que la vida pudiese surgir a partir de unas condiciones muy específicas y diferentes reacciones a partir de materia inorgánica. Su conclusión, probablemente, no es demasiado sorprendente. Las matemáticas indican que es muy poco probable que la vida pueda aparecer de esta manera, teniendo en cuenta lo que conocemos. Esto lleva al investigador a sugerir que, seguramente, haya lagunas en nuestro conocimiento sobre cómo debió desarrollarse el proceso.
Por otro lado, también le permite jugar con la idea de hipótesis mucho más descabelladas y exóticas. Específicamente, se centra en la idea de la panspermia dirigida. O, dicho de otra manera, la posibilidad de que una civilización extraterrestre, de manera intencionada, sembrase la vida en nuestro planeta. Aunque el propio Holden reconoce que es una posibilidad que no encaja con el planteamiento de la navaja de Occam. De esto, y mucho más, hablamos en Astrobitácora 7×01, que puedes escuchar en la aplicación de iVoox en iOS y Android; en la web, en este enlace, o aquí mismo:
YouTube: El agujero negro supermasivo más viejo del universo
Además, en YouTube, hablamos del descubrimiento de un agujero negro supermasivo visto tal y como era cuando el universo tenía 500 millones de años. Es, por tanto, el más viejo desde nuestra perspectiva, o el más joven conocido (desde la perspectiva del Big Bang). Lo más interesante es que se ha determinado su existencia por las características de la galaxia en la que se encuentra, llamada CAPERS-LRD-z9. Es una galaxia que pertenece a un nuevo grupo llamado Little Red Dots (pequeños puntos rojos) que hacen referencia a galaxias muy brillantes en la infancia del cosmos.

Algo que resulta sorprendente porque, como explica la teoría, se observan en un momento del universo en el que todavía debía haber pocas estrellas. Esto quiere decir que la teoría podría necesitar revisión o que se estaba escapando algún otro aspecto. Aquí es donde entran en escena los agujeros negros supermasivos. Estas bestias cósmicas, con millones (como mínimo) de veces la masa del Sol son todo un rompecabezas en cuanto a su presencia en las primeras etapas del universo. Hay dos grandes planteamientos sobre cómo pudieron crecer.
El primero plantea que los primeros agujeros negros eran de masa estelar y, poco a poco, fueron creciendo hasta llegar a esas cifras de masa monstruosas. El segundo, opta por imaginar regiones de nubes de polvo y gas que, colapsan bajo su propia gravedad y permiten la formación de un agujero negro más masivo. Este hallazgo parece apuntar en la última dirección. De esto, y mucho más, hablamos en el vídeo de esta semana, que puedes ver en el canal de YouTube, en este enlace, o al principio del artículo.