Algunos investigadores plantean que la búsqueda de vida debería ser diversa. El argumento es tan simple como robusto. Si los sistemas de exoplanetas son muy diversos, ¿por qué la vida no podría mostrar un nivel similar de diversidad? ¿En qué condiciones podría aparecer la vida?

La búsqueda de vida diversa no es una idea absurda

Los científicos están revolucionando la búsqueda de vida extraterrestre al desafiar algunas suposiciones que están centradas en la Tierra y lo que sabemos sobre nuestro planeta. Las suposiciones sobre dónde y cómo debería ser la vida en otros lugares del universo están determinadas por lo que vemos aquí. Ahora, un nuevo trabajo plantea que debemos considerar la enorme diversidad de exoplanetas descubiertos en las dos últimas décadas y considerar una variedad entornos mucho más amplia. Porque la vida podría estar presente bajo muchas más condiciones de lo creído.

¿Búsqueda de vida diversa como la variedad de exoplanetas?
Impresión artística de exoplanetas alrededor de una enana roja. Crédito: NASA/JPL

Con la ayuda del telescopio James Webb, y su capacidad de analizar atmósferas de exoplanetas, los investigadores del MIT, liderados por Sara Seager, están buscando una estrategia más inclusiva para identificar biofirmas, señales químicas de mundos lejanos. El enfoque tradicional se ha centrado en la búsqueda de «gemelos de la Tierra» en torno a estrellas similares al Sol. Pero podría ser una estrategia demasiado reducida, teniendo en cuenta la escasez de mundos así y la increíble variedad de entornos que podemos ver en el resto de la galaxia.

La investigación destaca lo adaptable que es la vida de la Tierra. Las bacterias pueden sobrevivir y prosperar en atmósferas ricas en gases como el hidrógeno, helio, dióxido de carbono y monóxido de carbono. Todas ellas, atmósferas que una vez se pensaron eran hostiles para la vida. Los organismos extremófilos son capaces de prosperar en condiciones químicas extremas. Algo que demuestra que los requisitos para la vida pueden ser mucho más flexibles de lo que se pensaba. Una de las ideas más intrigantes que plantean es la de vida que viva sin un suelo firme.

Condiciones muy hostiles… ¿o no?

Su planteamiento es que podría existir algo a lo que denominan «nubes de biosferas». En ellas, la vida podría flotar en la atmósfera de planetas donde las superficies rocosas son demasiado cálidas para albergar formas de vida tradicionales. Estos ecosistemas aéreos podrían existir en las atmósferas densas de supertierras, así como en las capas de nubes de los gigantes gaseosos. Los investigadores también consideran la posibilidad de que la vida utilice otros solventes, al margen del agua, y en hipotéticos océanos globales.

Es decir, en mundos completamente cubiertos de líquido. Sin embargo, enfatizan un requisito fundamental: la vida necesita iones de metales para las reacciones catalíticas esenciales. Esto crea un reto interesante para los entornos en los que no existe una superficie de contacto, donde la entrega (por impacto de meteoritos) podría ser la única forma de conseguir proporcionar esos elementos clave. Esta nueva perspectiva tiene consecuencias prácticas para las observaciones con telescopios. No basta con centrarse en el oxígeno o el ozono.

Por ello, los investigadores están desarrollando listas detalladas de posibles gases que puedan indicar la presencia de vida, basándose en la enorme variedad de subproductos metabólicos de los microbios en la Tierra. Esta estrategia de usar moléculas pequeñas tiene en cuenta cualquier gas que la vida pueda producir por su metabolismo. No importa si encontramos ese compuesto en la Tierra. Esto es un cambio fundamental en la astrobiología. Pasa de preguntarse si un exoplaneta es similar a la Tierra, a preguntarse si podría albergar vida…

La búsqueda de vida diversa… incluso en el terreno de la imaginación

Más concretamente, la pregunta sería si el planeta puede albergar cualquier tipo de vida que podamos imaginar. Esto no quiere decir que podamos imaginar cualquier cosa, deberá estar dentro de los límites de la ciencia. Pero hay miles de exoplanetas conocidos que muestran que la variedad de mundos es gigantesca. Diferentes masas, tamaños, orbitas… Si se consideran como oportunidades para buscar vida, puede que la posibilidad de detectar vida más allá de la Tierra aumente de una manera muy significativa. Pero todavía queda mucho por comprender.

Concepto artístico de K2-18b. Crédito: A. Smith/N. Madhusudhan

A fin de cuentas, estamos a punto de lograr descubrir posibles biofirmas en atmósferas alienígenas. Considerar esa diversidad como una ventaja para buscar vida podría ser un beneficio. A fin de cuentas, podría abrir la puerta a encontrar vida diferente a la de la Tierra. Si bien una pregunta inevitable es si tendríamos la capacidad de reconocer esa vida. Es una pregunta que resulta de lo más compleja. A fin de cuentas, lo único que conocemos es la vida que podemos ver en nuestro planeta. Algo que sea muy diferente podría pasar completamente desapercibido.

Por otro lado, no podemos olvidarnos del hecho de que la tecnología actual quizá sea limitada para encontrar esas biofirmas. Aunque el telescopio James Webb es una gran herramienta, tiene límites. Algo que hemos visto en el caso del exoplaneta K2-18b, del que se llegó a afirmar que parecía mostrar señales de biofirmas… solo para que diferentes investigadores, en las semanas posteriores, explicasen que es todavía muy pronto para poder afirmar, con certeza, que el planeta sea siquiera algo parecido al nuestro. Podría ser un mundo infernal, por ejemplo…

Estudio

El estudio es S. Seager, J. Petkowski y W. Bains; «The Diversity of Exoplanetary Environments and the Search for Signs of Life Beyond Earth». Puede consultarse en arXiv, en este enlace.

Referencias: Universe Today