El segmento ruso de la Estación Espacial Internacional ha sufrido una fuga. Sin embargo, no hay peligro alguno para la tripulación. Si bien es cierto que pone en duda la capacidad del país para desarrollar su programa espacial y sus pretensiones para los próximos años…
Una fuga en el módulo Nauka de la Estación Espacial Internacional
En apenas un año, estamos ante el tercer episodio de una fuga en la Estación Espacial Internacional. En una retransmisión de la estación, proporcionada por NASA, se pudo observar el lunes, a las 19:30 (horario peninsular español), la presencia de copos de hielo expulsados al espacio. Fue algo que, además, se confirmó en las comunicaciones entre el control de misión de Estados Unidos y los astronautas en la estación. Desde Rusia ya se ha explicado que la tripulación no está en peligro y, por tanto, no hay motivo alguno para la alarma.
Según han explicado, el módulo Nauka (que es parte del segmento ruso) ha sufrido una fuga de refrigerante en el circuito de radiadores externos (de repuesto). Este circuito fue transportado a la estación en 2012. Roscosmos explicaba en Telegram que las temperaturas se mantuvieron en valores normales a pesar de la fuga. No hay ninguna amenaza, continuaban, para la tripulación o para la estación en sí. Nauka (que significa ciencia en ruso) también se conoce como el Multipurpose Laboratory Module-Upgrade (MLM) y fue lanzado en 2021.
En la retransmisión se pudo ver como control de misión, desde Estados Unidos, contactaba con los astronautas en el lado estadounidense para investigar. Tras detectar los copos en la señal de vídeo, solicitaron a los astronautas que uno de ellos fuera a la cúpula y mirase en la dirección de las ventanas cinco o seis. El objetivo era confirmar que realmente esos copos de hielo estaban presentes. Así se podría descartar que no fuese algún tipo de artefacto visual en la señal. La astronauta Jasmin Moghbeli fue la encargada de verificar la fuga en el radiador del MLM.
Sin peligro para la tripulación
La propia NASA también confirmada que la fuga no había supuesto peligro alguno. Tanto la tripulación como la estación estaban a salvo. El radiador principal del módulo Nauka está funcionando con normalidad. Está proporcionado la refrigeración completa al módulo, sin impacto alguno en el funcionamiento de la estación ni en las operaciones de la tripulación. La NASA explicaba, además, que solicitó a los astronautas que cerrasen las cubiertas en las ventanas del segmento estadounidense para evitar posible contaminación.
La nota negativa es que estamos ante la tercera fuga, que afecta al segmento ruso de la Estación Espacial Internacional, en menos de un año. El 15 de diciembre de 2022, en las imágenes de NASA TV se pudo observar partículas blancas, similares a copos de nieve, procediendo de la cápsula Soyuz MS-22, que estaba acoplada a la estación. La fuga se prolongó durante varias horas. La especulación se sucedió durante un tiempo, pero finalmente se estableció que el escape se produjo por el impacto de una pequeña piedra espacial.
Esa nave tuvo que regresar a la Tierra sin tripulación. Tras su regreso, apenas unos meses después, se envió otra cápsula sin tripulación. La consecuencia de los daños de la Soyuz MS-22 fue que la tripulación original, formada por Sergey Prokopyev, Dimitri Petelin y Frank Rubio, tuvieran que permanecer durante un año en la estación. Su regreso a nuestro planeta se produjo a finales del pasado mes de septiembre. Otra fuga, a mediados de febrero, afectó a Progress MS-21, una cápsula rusa de cargamento, que llevaba acoplada desde octubre de 2022.
Es más difícil explicar varias fugas
La sucesión de fugas hace poco probable que todas fueran consecuencia del impacto de micrometeoritos. En los tres casos nos encontramos con fugas en los sistemas de refrigeración. Uno puede ser fácil de explicar por un incidente aislado y desafortunado, como el impacto de un micrometeorito. Dos es más complicado y tres, naturalmente, resulta mucho más difícil de creer que puedan suceder de manera fortuita. De ahí que algunas voces hayan surgido planteando que podría haber un problema sistemático en la parte rusa.
En ese sentido, se ha especulado que podría deberse a una compañía subcontratada, por parte de Roscosmos, que no esté realizando bien su trabajo. Algo que se está interpretando como una señal de que Rusia tiene una fiabilidad menor. Esto, sumado a su fallido intento de aterrizar en la Luna, con una sonda, en agosto, hace que su imagen no sea tan robusta como en el pasado. El sector espacial ruso ha sido, en las últimas décadas, motivo de orgullo para el país. Sin embargo, las dificultades han comenzado a ser cada vez más frecuentes.
El país se ha enfrentado a escándalos de corrupción, fracasos y problemas de financiación. Todo esto plantea muchas dudas en las intenciones del país de crear su propia estación espacial en los próximos años. De momento, la cooperación entre Estados Unidos y Rusia se mantiene intacta en la exploración espacial. Es una de las pocas excepciones, tras la invasión rusa de Ucrania. En cualquier caso, a la Estación Espacial Internacional todavía le quedan unos cuantos años de funcionamiento por delante. Se espera que se retire en 2031.
Referencias: Phys