Virgin Orbit, la empresa del multimillonario Richard Branson, puso a prueba su nuevo cohete este pasado lunes. Aunque todo se desarrolló sin mayores inconvenientes, tras el momento del lanzamiento, la misión terminó de forma repentina, impidiendo que se completase la prueba…

Virgin Orbit experimenta con un tipo de cohete diferente

Virgin Orbit, la empresa de Richard Branson, se lanzó el lunes 25 de mayo a una aventura nada sencilla. Intentaron lanzar su primer cohete con la ayuda de un Boeing 747, en pleno vuelo sobre el Océano Pacífico y hacia el sur. Los momentos iniciales parecían indicar que todo iría bien. Sin embargo, momentos después de soltar el cohete desde el avión, algo provocó que la prueba fracasase. La propia compañía lo anunciaba en sus redes sociales de una forma muy escueta, indicando que la misión terminó poco después de comenzar el vuelo.

Virgin Orbit no logra lanzar su nuevo cohete
El avión Cosmic Girl de la compañía Virgin Orbit. Crédito: Wikimedia Commons/Chris Hazzard

El avión, Cosmic Girl, y la tripulación del mismo volvieron a tierra sanos y salvos. Desde la empresa no se llegó a ahondar en los detalles sobre qué podía haber sucedido. La prueba consistía de un pequeño cohete con un satélite de pruebas. Según explicó Will Pomertanz, vicepresidente para proyectos especiales de Virgin Orbit, el pasado fin de semana, la mitad de los lanzamientos inaugurales suelen fracasar. Dan Hart, director ejecutivo de la compañía, también explicó que hubo numerosos informes, discusiones y trabajo para garantizar que todo estuviese listo.

Cosmic Girl es un avión muy modificado que despegó del Puerto Aéreo y Espacial de Mojave, cerca de los Ángeles, y voló hasta las islas del Canal, muy cerca de la costa californiana, para llevar a cabo el lanzamiento. El cohete debería haber caído durante unos segundos, mientras se activaba una de las dos fases de las que disponía. Después, debería haber emprendido un viaje hacia el polo sur, para terminar alcanzando una órbita baja alrededor de nuestro planeta. Recopilando información de todo el proceso hasta llegar a su destino.

Un vuelo de prueba para recopilar datos

En realidad, no se buscaba colocar un satélite en órbita. Era, simplemente, una masa inerte que tendría una órbita muy baja, para evitar contribuir a la basura espacial en la órbita baja de la Tierra. A pesar del fracaso, desde Virgin Orbit han explicado que han logrado completar todas las operaciones previas al lanzamiento, y que ya están trabajando en su segundo cohete. El primero, llamado LauncherOne, es el resultado de cinco años de desarrollo. Ahora, la pregunta es evidente, ¿cuál es el impacto de este contratiempo para los planes de Virgin Orbit en el futuro?

El segundo cohete de Virgin Orbit ya está en una fase muy avanzada de construcción. Crédito: Virgin Orbit

Ya tienen seis cohetes en construcción en su fábrica, y desde la compañía han explicado que sus equipos ya están trabajando en la recopilación de datos. El segundo cohete ya está muy avanzado y esperan poder ponerlo a prueba próximamente, por lo que parece que este primer vuelo no va a ser un gran foco de atención. Más allá, lógicamente, del análisis necesario para entender qué es lo que ha fallado y cómo evitar que se repita en el futuro. Para Virgin Orbit, el lanzamiento exitoso habría sido todo un logro tras las últimas semanas.

La empresa, como muchas otras, se ha visto obligada a enviar a la mayoría de sus trabajadores a sus hogares, por el impacto de la pandemia del coronavirus. Algo que ha obligado a ajustar cómo se trabaja in situ, los procedimientos a seguir y cómo se lleva a cabo el control de misión. Su objetivo comercial es el mercado de satélites de pequeño tamaño, no más grandes que una nevera doméstica. Algo que entienden que, ahora, debería convertirse en un mercado importante. El avance en la tecnología ha permitido que estos pequeños satélites ya sean una realidad.

Un nuevo mercado gracias a la tecnología

Esto va a permitir, a la compañía de Richard Branson, posicionarse en un lugar especial. A diferencia de otras empresas, Virgin Orbit se está fijando en un segmento muy específico. Sus diseños están lejos de los grandes cohetes de SpaceX, que pueden colocar esos pequeños satélites solo cuando se lanza alguno más grande, incluyéndolos en el mismo cohete. Ellos ofrecen algo diferente. Su sistema se basa en el uso de aviones.

El puerto aéreo y espacial de Mojave. Crédito: Wikimedia Commons/Ian Kluft

Como lo único que necesitan, literalmente, es un lugar desde el que pueda despegar un avión Boeing 747, pueden lanzar un satélite al espacio desde dónde quieran y ponerlo en la órbita que su cliente desee. Según han explicado, ya tienen multitud de misiones previstas para un amplio abanico de clientes. Principalmente, la Fuerza Espacial, de reciente creación, de Estados Unidos y la Real Fuerza Aérea Británica. A nivel internacional, también esperan poder trabajar en otros lanzamientos de Reino Unido como de Japón.

Aunque la empresa no ha indicado el valor exacto de estas misiones, se ha dicho que está en la franja de cientos de millones de dólares. La tecnología de lanzamiento desde el aire no es nueva. Comenzó en los años 50 y 60 con los aviones X-15. En el caso de los satélites, el sistema lo usa hoy en día Northrop Grumman, con el programa de cohetes Pegasus, que se ha utilizado en diferentes ocasiones desde la década de los 90. Además del trabajo de Virgin Orbit, también hay que recordar que Virgin Galactic, también de Richard Branson, tiene como objetivo llevar turistas al espacio próximamente.

Referencias: Phys