La misión Artemisa II solo sobrevolará la Luna. No llegará a aterrizar en la superficie del satélite y, en realidad, ni siquiera llegará a estar en su órbita. Pero, ¿por qué? Después de la misión Artemisa I, ¿qué obliga a que esta misión no pueda realizarse directamente hacia la superficie?
Artemisa II solo sobrevolará la Luna pero probará muchas cosas
Artemisa II será la primera misión de la NASA que envíe seres humanos a la Luna en más de 50 años. En ese tiempo, han cambiado muchas cosas. La misión, que está previsto que se lance en noviembre de 2024, enviará a cuatro personas en un vuelo de prueba. Darán una vuelta alrededor del satélite y regresarán a la Tierra. Sin embargo, esto puede resultar extraño si tenemos en cuenta que, durante el programa Apolo, la NASA consiguió enviar a un buen puñado de astronautas a la superficie del satélite. Así que, ¿por qué el paso atrás?
Lo cierto es que la NASA necesita probar muchas novedades: tecnología, sistemas y procedimientos. Eso mismo ya sucedió con Artemisa I, que fue una misión no tripulada que viajó a la órbita lunar en noviembre de 2022. Muchas de estas cosas nunca han sido probadas en un entorno espacial real, por lo que la agencia tendrá que recoger datos para poder planificar mejor sus próximos pasos en la exploración de la Luna. El programa Artemisa va a ir mucho más allá de la misión Artemisa III y hay planes muy ambiciosos en el horizonte.
De ahí que la agencia espacial estadounidense considerase que un sobrevuelo lunar era la mejor, y más segura, opción para la primera misión tripulada del programa Artemisa. En términos generales, Artemisa II será similar a Artemisa I. A fin de cuentas, será una misión de prueba para el cohete (denominado Sistema de Lanzamiento) y la cápsula Orión. En esta ocasión, sin embargo, lo hará con una tripulación a bordo. Así que Artemisa 2 sobrevolará la Luna y ayudará a poner a prueba los sistemas imprescindibles para la tripulación: soporte vital, comunicación y control de vuelo.
Un paso más tras Artemisa I
Los niveles de radiación en el entorno del espacio profundo, alrededor de la Luna, es mucho más intensa que lo que se puede observar en la Estación Espacial Internacional. La NASA, por tanto, necesitará recoger datos sobre la capacidad de Orión para mantener a la tripulación a salvo a lo largo de la misión. Además de comprobar los sistemas de soporte vital, se analizará la capacidad de maniobrado de Orión. Tras el lanzamiento, la cápsula permanecerá 24 horas en una órbita alrededor de la Tierra, antes de avanzar.
Tras ese tiempo, si todo va bien, se separará de la segunda fase del cohete. En ese momento, la tripulación utilizará los controles de la cápsula, y sus cámaras, para alinearse con la segunda fase y probar la capacidad de maniobrado y los sistemas relacionados. Tras este procedimiento, la cápsula Orión utilizará el Módulo de Servicio Europeo para ejecutar la maniobra de inyección translunar. Es una maniobra que la pondrá en una ruta hacia la Luna. Orión y su tripulación pasarán a 10 300 kilómetros sobre la cara oculta del satélite.
Después, comenzará un viaje de cuatro días de regreso a la Tierra. En Artemisa I, Orión hizo lo mismo pero sin tripulación. Artemisa 2 no aterrizará en la Luna porque muchos de los sistemas, maniobras y procedimientos no han sido puestos a prueba todavía. Ni de manera automática, ni de manera tripulada. Además, muchos de los elementos de hardware, necesarios para aterrizar en la superficie, no están terminados. Starship, de SpaceX, fue escogido por NASA para aterrizar en la Luna. Todavía no ha realizado un vuelo orbital.
Faltan muchas otras piezas
Artemisa II sobrevolará la Luna, permitiendo poner a prueba muchos aspectos de las misiones futuras. Sin embargo, hay mchos componentes que todavía están en camino. Por ejemplo, los trajes espaciales para el paseo lunar están en desarrollo. Así como los róvers lunares de próxima generación. No podemos olvidarnos, tampoco, de la Plataforma Lunar Orbital, una pieza esencial. Una futura estación espacial que será el centro neurálgico para los astronautas que viajen o regresen de la superficie lunar durante las misiones del programa.
El plan actual es que Orión lleve a los astronautas hasta la estación. Allí, se embarcarán en una nave Starship para el viaje a la superficie lunar. Ahora mismo, los planes para comenzar a construir la Plataforma Lunar Orbital apuntan a principios de 2024. Por lo menos, esa es la intención de NASA y sus socios internacionales. Una vez Starship y la Plataforma Lunar Orbital estén listas, Artemisa III sí podrá aterrizar en la superficie. Esto no impide, en cualquier caso, que Artemisa II vaya a recoger multitud de datos que sean muy útiles.
Si se cumplen los plazos previstos, Artemisa III se lanzará en 2025 y llevará a los astronautas a la superficie lunar, cerca del polo sur. Sin embargo, la fecha de lanzamiento todavía es preliminar y, además, habrá que prestar atención al desarrollo de Starship. La nave de SpaceX parece estar lejos, todavía, de entrar en funcionamiento. Esperemos que las pruebas, por parte de la compañía de Elon Musk, no se retrasen mucho más. De otra manera, no sería sorprendente que Artemisa III se pudiese retrasar hasta 2026 o, incluso, más…
Referencias: Space