La inteligencia artificial está cada vez más presente en nuestra vida, y también será una pieza importante en la exploración espacial. Permitirán que se pueda diseñar misiones espaciales de una manera diferente, que la exploración en sí misma sea más segura y rápida…

La inteligencia artificial ya es una pieza clave en otros campos

En los últimos años, la inteligencia artificial ha permitido que resolver problemas más rápido de lo que sería posible con la computación en la nube tradicional. Por ejemplo, Deepmind, una subsidiaria de inteligencia artificial de Google, desarrolló AlphaFold2, un programa que permitió resolver el problema de plegamiento de proteínas, que ha desconcertado a los científicos durante cincuenta años. Es solo un ejemplo de cómo la inteligencia artificial puede impulsar la ciencia. La exploración espacial no es una excepción.

La inteligencia artificial en la exploración espacial
Concepto artístico de la sonda Voyager 1 en el espacio interestelar. Crédito: Don Davis

En la ciencia ficción hay multitud de ejemplos de robots, como Tars y Case en Interestelar. Todavía no existe la capacidad de crear robots así. Sin embargo, los investigadores están trabajando en algo parecido, creando asistentes inteligentes que puedan ayudar a los astronautas. Están basados en inteligencia artificial. Uno desarrollado recientemente es capaz de detectar peligros en misiones de larga duración. Cosas como cambios en la atmósfera de la nave, o fallos en sensores. Después, avisaría a la tripulación con sugerencias para la inspección.

En diciembre de 2019, la Estación Espacial Internacional recibió un nuevo huésped. Se trata de Cimon, un asistente de inteligencia artificial. Estará a prueba durante tres años. Cimon será capaz de reducir el nivel de estrés de los astronautas, al llevar a cabo las tareas que le pidan. La NASA también está desarrollando un compañero para los astronautas en la estación. Se trata de Robonaut, que trabajará junto a los astronautas. También se encargará de las misiones que resulten demasiado peligrosas para una tripulación humana.

Ayuda en diseño y planificación de misiones

Planificar una misión a Marte no es sencillo. La inteligencia artificial también puede hacerlo más simple. Generalmente, una nueva misión espacial depende del conocimiento acumulado en los estudios interiores. Pero esa información no siempre está disponible. Por lo que el flujo de información técnica se ve limitado por quién puede compartirla con otros ingenieros de diseño de misiones. Sin embargo, si se pudiese acceder a toda esa información con unos pocos clics, el escenario cambiaría. Quizá con una inteligencia artificial que sea capaz de ayudar a los planificadores.

Algunos investigadores están trabajando en la idea de un asistente de ingeniería de diseño, para reducir el tiempo necesario para comenzar el diseño de misión. Algo que requiere muchas horas de trabajo. Otro ejemplo, de asistente para el diseño de sistemas de satélites de observación de la Tierra, es Daphne. Algo que simplifica su trabajo al proporcionar acceso a la información que necesitan. También es capaz de responder a preguntas específicas. Los satélites, de hecho, son un campo que ya ha visto avances en este sentido.

Los satélites de observación terrestre generan una gran cantidad de datos. Son enviados en grandes fragmentos a las estaciones terrestres. Antes de su análisis, es necesario volver a unirlos. Ha habido proyectos para llevar a cabo un análisis básico de las imágenes de satélite a pequeña escala. La inteligencia artificial, sin embargo, es capaz de llevar a cabo análisis de datos muchísimo más grandes. Se ha usado para calcular el calor almacenado en zonas urbanas, o para, junto a datos meteorológicos, estimar la velocidad del viento…

La inteligencia artificial ayudará en la exploración espacial, la reducción de basura espacial…

En los últimos tiempos, la inteligencia artificial también ha sido capaz de poner a prueba diferentes técnicas para monitorizar el estado de satélites. Son capaces de analizar datos recibidos desde los satélites para detectar problemas, predecir su estado y ayudar a tomar decisiones. Uno de los grandes desafíos del siglo XXI, sin duda, es la basura espacial. La Agencia Espacial Europea calcula que hay 34 000 objetos de más de 10 centímetros, que suponen una seria amenaza para todo lo que ya está desplegado en la órbita baja de la Tierra.

Las explosiones de cohetes son una de las diferentes fuentes de basura espacial. Crédito: ESA

Aunque se han planteado diferentes mecanismos para evitar colisiones con basura espacial, algunos investigadores han planteado utilizar técnicas de aprendizaje con máquinas. Otra opción es utilizar la capacidad de computación de la Tierra para entrenar esas técnicas, transferirlas a una nave que ya esté en órbita y usarlas para la toma de decisiones. También se ha planteado, para garantizar la seguridad de los vuelos espaciales, utilizar redes que ya hayan sido entrenadas. Esto daría más flexibilidad al diseño de satélites mientras se reduce el riesgo de colisiones.

Son solo algunos ejemplos de cómo la inteligencia artificial puede ayudar en la exploración espacial. Otra posibilidad es el uso de inteligencia artificial para explorar planetas (a partir de las imágenes de satélites de observación). Algo que ya se probó al entrenar un modelo con millones de fotografías de las misiones de la Luna, creando un mapa virtual de nuestro satélite. Dicho de otro modo, en el futuro, la exploración espacial irá a más. Pero, si de verdad queremos dar un salto adelante, la inteligencia artificial parece que estará muy presente…

Referencias: The Conversation