Los satélites de Starlink, la megaconstelación de SpaceX, se han convertido en uno de los grandes temas de actualidad de la exploración espacial. La compañía de Elon Musk aspira a poner hasta 42 000 satélites en órbita antes de que termine la presente década. Pero los satélites no son infalibles…

Los satélites de Starlink siguen siendo un objeto de críticas

En los últimos tiempos, SpaceX ha ampliado su constelación de satélites de Starlink. El objetivo es que esta red, en el futuro, proporcione acceso de banda ancha a todo el mundo. Por ahora, ya han lanzado más de 800 satélites y están fabricando alrededor de 120 satélites cada mes. Los lanzamientos están siendo constantes y, por lo general, están transcurriendo sin grandes sobresaltos. Pero la polémica ha estado presente desde que los primeros satélites se instalasen en la órbita baja de la Tierra, por diferentes motivos.

El 3% de los satélites de Starlink han fallado
Las explosiones de cohetes son una de las diferentes fuentes de basura espacial. Crédito: ESA

Por un lado, por el impacto que tienen en cuanto a contaminación lumínica, por otro, por las interferencias que causan en la frecuencia de radio. Pero hay otros inconvenientes. Aproximadamente, el 3% de los satélites producidos por SpaceX para la constelación Starlink han fallado. Ya no responden y han perdido su capacidad de maniobrar. Por lo que podrían convertirse en una amenaza para otros satélites y naves en la órbita de la Tierra. Todo un problema a la hora de conseguir evitar que se produzcan colisiones.

Desde SpaceX, no se ha proporcionado la información suficiente para saber qué satélites se han visto afectados. Por ello, Jonathan McDowell, un astrofísico del Centro de Astrofísica de Harvard-Smithsonian y el Centro de rayos X Chandra, ha presentado su propio análisis sobre el comportamiento orbital de los satélites de Starlink. Es un intento por determinar cuáles son los que han fallado. En su análisis, ha combinado los datos de SpaceX con las fuentes del gobierno de Estados Unidos. Es eso lo que ha permitido estimar esa cifra del 3%.

Un porcentaje de fallo bajo

Es inevitable que, lógicamente, algunas unidades salgan defectuosas. En el total, un 3% de satélites inoperativos no es una mala cifra. El problema es que cada satélite incapaz de maniobrar es un problema y un peligro para los satélites y naves espaciales en la órbita baja de nuestro planeta. A fin de cuentas, como destaca el propio investigador, incluso un porcentaje de error normal es un motivo de preocupación por el impacto que supone en el aumento de basura espacial. Algo que hace que el síndrome de Kessler se convierta en algo aún más probable.

Hilera de satélites Starlink, observada desde los Países Bajos. Crédito: Marco Langbroek/SatTrackBlog

Cabe recordar que se trata de una amenaza, planteada por Donald Kessler, científico de la NASA, en 1978, como consecuencia de las colisiones en órbita. Cada colisión provoca rupturas y fragmentaciones de los satélites involucrados. Esos nuevos fragmentos, a su vez, pueden provocar otros choques que, a su vez, provocan más fragmentación. Starlink tiene permiso para desplegar 12 000 satélites y ha solicitado desplegar 42 000. Por tanto, un 3% de error implicaría que, tarde o temprano, habría una cantidad importante de satélites fuera de servicio.

En el caso de 12 000 satélites, serían 360. Si se lanzan 42 000, serían 1260. Por ponerlo en perspectiva, en estos momentos, la Agencia Espacial Europea indica que hay 5500 satélites en la órbita de la tierra. 2300 siguen en funcionamiento. Una megaconstelación de satélites de Starlink, desplegada por completo, provocaría que hubiese desde un 11 a un 40% más de satélites no funcionales. Asimismo, también se calcula que hay 34 000 objetos de más de 10 centímetros de diámetro, 900 000 de 1 a 10 centímetros y 128 millones de 1 milímetro a 1 centímetro…

¿Otro problema para tener en cuenta?

Todos esos fragmentos son, por supuesto, posibles amenazas que pueden empeorar la situación con la basura espacial. Por lo que la megaconstelación puede empeorar las cosas. Sin embargo, desde la compañía han asegurado que Starlink cumple con todas las indicaciones para mitigación de la basura espacial. Además, SpaceX lleva a cabo sus propias simulaciones y aseguran que, teniendo en cuenta un índice de fallo del 1%, y sin maniobras de corrección, hay un 1% de riesgo de colisión, por década, entre un satélite de SpaceX inoperativo y basura espacial.

La cápsula Crew Dragon en lo alto de un cohete Falcon 9 en el Centro Espacial Kennedy. Crédito: SpaceX

Además, con el paso del tiempo, los satélites de Starlink pierden su órbita si los sistemas de propulsión han fallado. Al no poder usarlos, son incapaces de corregir su órbita. Sin embargo, a pesar de que tienen órbitas mucho más pequeñas que las de otros satélites de telecomunicaciones, implica que tardarán de 1 a 5 años. Por lo que, en consecuencia, no es una garantía de que no pueda suceder alguna colisión en ese tiempo. Por lo que la vigilancia y la preparación serán imprescindibles para minimizar posibles colisiones.

Más allá de eso, Elon Musk ha anunciado que, con los últimos lanzamientos de satélites de la constelación, la compañía se está preparando para lanzar una prueba de su servicio de acceso a Internet. En cuanto los satélites hayan alcanzado su posición definitiva, comenzarán una campaña que estará disponible en el norte de Estados Unidos y el sur de Canadá. Podría llegar a otros países en el futuro, si bien es algo que dependerá de que la compañía reciba los permisos necesarios. Cada vez estamos más cerca de ver la constelación en marcha…

Referencias: Phys