La NASA ha anunciado que ha dado el contrato del lanzamiento de Dragonfly a SpaceX; viajará en un cohete Falcon Heavy que mandará la nave a Titán, el satélite más grande de Saturno. El despegue se producirá en 2028, si todo va según lo planeado, y la misión llegará a al satélite congelado en 2034…
Dragonfly viajará a bordo de un Falcon Heavy
Dragonfly es una misión de astrobiología que está diseñada para medir la presencia de diferentes elementos químicos en Titán. Será la segunda nave que visite Titán, junto a la sonda Huygens, que estuvo allí brevemente en 2005. Titán es un objeto muy especial porque, al margen de la Tierra, es el único que tiene líquido en su superficie. Los líquidos son hidrocarburos, en lugar de agua, pero es posible que esta también se encuentre en depósitos de hielo (de impactos) o de erupciones criovolcánicas. También se cree que están presentes los elementos prebióticos.
Por lo que el satélite es un objetivo muy atractivo para comprender cómo pudo avanzar la química prebiótica. A la hora de volar en su atmósfera, Titán es un mundo bastante acogedor. Su atmósfera es densa y su gravedad es baja en comparación a la Tierra. Dragonfly es un octocóptero. Un quadcóptero grande con rotores dobles, que puede aprovechar las condiciones amigables para el vuelo en el satélite. Viajará a una velocidad de 36 km/h y estará alimentado por un RTG (Generador Termoeléctrico de Radioisótopos).
Es un tipo de motor que se ha utilizado en muchas misiones. La nave está diseñada para ser redundante. Puede perder uno de sus motores y seguirá funcionando. Dragonfly aterrizará cerca de un lugar llamado Shangri-La en Titán. Está al este del lugar de aterrizaje de la sonda Huygens. Shangri-La es uno de los tres grandes mares de arena cerca del ecuador. El objetivo de la misión es la estructura de impacto Selk, cerca del borde de Shangri-la. Se trata de un joven cráter de impacto, de unos 90 kilómetros de diámetro con características muy interesantes.
El intrigante cráter Selk
Hay zonas donde el agua y los compuestos orgánicos pudieron mezclarse para formar aminoácidos y otras biomoléculas. Dragonfly, en un primer momento, aterrizará en dunas de arena cerca de la estructura. Después, comenzará a explorar la región y su química. En gran parte, gracias a las misiones de Cassini y Huygens, los investigadores han logrado avanzar en la comprensión de Titán. En un estudio de 2020, los investigadores examinaron dos tipos de cráteres: cráteres de dunas y cráteres de llanuras. Selk es un cráter de duna.
En el estudio, los investigadores explicaban que son más ricos en compuestos orgánicos que los cráteres de llanuras. De hecho, están compuestos casi íntegramente por elementos orgánicos. Sin embargo, la densa atmósfera de Titán hace que sean difíciles de observar, y estos hallazgos se deducen de la interpretación del albedo y la emisividad de la región. Selk y otros cráteres de dunas podrían haber tenido, originalmente, más agua, según el estudio. Sin embargo, buena parte de esa agua que pudiese tener, se ha perdido con el tiempo.
Sin embargo, hubo un largo período de tiempo en el que el agua congelada estuvo presente. Dragonfly se dirige a Selk para examinar su química e intentar determinar si llegó a darse la posibilidad de que agua y compuestos orgánicos interactuasen entre sí, así como si la química prebiótica avanzó de alguna manera. Pero para convertir todo esto en realidad, será necesario, que Falcon Heavy haga su trabajo. El cohete de SpaceX ha realizado once lanzamientos hasta ahora, incluyendo el de Europa Clipper, en octubre de este mismo año.
Dragonfly viajará en un Falcon Heavy… pero es solo el principio
Tras el despegue de Falcon Heavy, Dragonfly viajará hasta Saturno con la ayuda de una asistencia gravitacional de la Tierra, para ganar más velocidad. Tardará seis años en llegar a Titán. En ese entonces, la cápsula de entrada se separará del módulo de viaje. Con la ayuda de un escudo aéreo y dos paracaídas, descenderá durante 105 minutos a través de la atmósfera del satélite. A 1,2 kilómetros de la superficie, aproximadamente, la nave desplegará sus patines y, basándose en sus datos de radar y lidar, realizará un aterrizaje autónomo.
Desde su lugar de aterrizaje, Dragonfly se desplegará y realizará una serie de vuelos de hasta 8 kilómetros. Hay una geología muy diversa en la región y la nave adquirirá muestras y las analizará durante las noches de Titán. Duran, aproximadamente, ocho días terrestres (o 192 horas). Tras ello, se dirigirá al cráter Selk. Titán es un objetivo muy importante para la astrobiología en el Sistema Solar. A diferencia de Europa o Encélado, no hay que enfrentarse a ningún obstáculo (como sus espesas capas de hielo) antes de poder analizar un entorno potencialmente biológico.
Aunque todavía habrá que esperar unos años, uno de los momentos clave será el despegue. La NASA pagará a SpaceX unos 256 millones de dólares para lanzar Dragonfly. Esperemos que todo vaya bien y, ya en la década de 2030, podamos descubrir mucho más sobre uno de los satélites más interesantes del Sistema Solar. La esperanza es que se descubran muchas cosas sobre Titán. No solo desde el punto de vista de posibles interacciones entre agua y compuestos orgánicos, también en cuanto a las particularidades de este mundo congelado…
Referencias: Universe Today