Las especulaciones ya han comenzado. Corre el rumor de que podríamos haber detectado un nuevo tipo de onda gravitacional. Esta vez no se habría observado la fusión de dos agujeros negros, si no un fenómeno con otro tipo de objeto…
Un nuevo tipo de onda gravitacional
Pero primero vayamos a lo básico. Si no tienes muy claro qué es una onda gravitacional, o quieres refrescar el concepto, te aconsejo que leas esta entrada que hice en el momento de su descubrimiento. Como quizá sepas (o recuerdes) una onda gravitacional es una distorsión del propio espacio-tiempo. El resultado de algún fenómeno cataclísmico. Ahora, creemos que se podría haber observado la colisión de dos estrellas de neutrones.
Con ese objetivo, telescopios ópticos, como el Hubble, ya están apuntando sus lentes hacia la posible fuente de la onda. Se trataría de una galaxia elíptica a cientos de millones de años-luz de distancia. No todas las ondas gravitacionales son iguales. Hasta ahora hemos detectado tres, todas originadas en la colisión (y unión) de agujeros negros. Ese tipo de onda gravitacional tiene un patrón muy concreto.
La que produce una colisión de estrellas de neutrones, sin embargo, tiene un aspecto diferente. Así que el descubrimiento, si se confirma (o cuando se confirme) es de lo más interesante. De momento tenemos dos observatorios LIGO en Estados Unidos. Desde noviembre de 2016, están coordinando la recolección de datos en un intento por aumentar su sensibilidad, y ahora podríamos estar ante los frutos de ese trabajo.
Las estrellas de neutrones
En el caso de las detecciones anteriores, como el objeto asociado es un agujero negro, no hay una fuente visible que poder observar. Si los rumores son ciertos, en este caso sí podríamos, porque las estrellas de neutrones son fácilmente observables. Así que los investigadores podrían observar la luz emitida por esa fuente de ondas gravitacionales. Eso sí, de momento solo es un rumor, creado por un astrónomo que indica que se ha detectado una nueva onda gravitacional.
Esta, a diferencia de las anteriores, si tiene una parte visible. Así que dentro de las posibilidades, la colisión entre estrellas de neutrones parece lo más probable. Además, es algo que ya se esperaba cuando se anunció el descubrimiento de las primeras ondas gravitacionales. De ahí que, rápidamente, haya observatorios ópticos que ya estén analizando posibles señales antes de anunciar de manera formal el descubrimiento.
Desde LIGO de momento no se han confirmado ni negado. Un portavoz sólo ha admitido que el 25 de agosto de 2017 termina un período de observación, y que en ese momento esperan poder publicar información actualizada sobre el experimento. Así que de momento toca esperar. Pero si hay una fuente visible, parece evidente que tenemos que estar ante un nuevo tipo de onda gravitacional (aunque los rumores podrían ser falsos o exagerados, así que por ahora hay que ser precavidos).
La posible fuente
La especulación está centrada en NGC 4993. Es una galaxia a unos 130 millones de años-luz de distancia, en la constelación de Hidra. En su interior, habría una pareja de estrellas de neutrones en una danza mortífera. Los astrónomos no han desvelado si están participando en observaciones relacionadas con la detección de una onda gravitavcional. Pero el telescopio Hubble ha centrado su foco en una unión de estrellas de neutrones en la galaxia.
Así que todo parece encajar con la historia. Puede que solo necesitemos esperar unos días para obtener una respuesta. No sería la primera vez que los rumores comienzan así, y el hallazgo resulta ser cierto. Pasó, por ejemplo, con el descubrimiento de Próxima b. En cualquier caso, de una manera u otra, podemos tener claro que habrá más detecciones. Si no es esta, en otra ocasión llegará la detección de un nuevo tipo de onda gravitacional.
De momento toca ser pacientes. La detección de una colisión de estrellas de neutrones nos dará información muy interesante. A fin de cuentas, como comenté en su momento, las ondas gravitacionales son como un sentido nuevo a través del que observar el universo. Viene a sumarse a las herramientas que podríamos considerar tradicionales, y nos permite obtener información que, de otro modo, nos sería completamente invisible.
Referencias: New Scientist
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