Gracias al telescopio CHIME, se han descubierto más ráfagas rápidas de radio que se repiten. Un grupo de investigadores ha analizado los últimos hallazgos para intentar conocer mejor uno de los fenómenos más misteriosos del universo, aunque queda mucho por descubrir…

El telescopio CHIME ha sido esencial para descubrir más ráfagas rápidas de radio que se repiten

En septiembre de 2017, el telescopio Canadian Hydrogen Intensity Mapping Experiment (CHIME), en la Columbia Británica, comenzó a buscar señales de ráfagas rápidas de radio, también llamadas FRBs (por sus siglas en inglés). Son destellos muy breves, y energéticos, que proceden de lugares mucho más allá de la Vía Láctea. El primero se detectó hace ya más de una década. La mayoría de estas ráfagas, sin embargo, solo se han producido una vez. Las más interesantes son, por tanto, las ráfagas rápidas de radio que se repiten.

Descubren más ráfagas rápidas de radio que se repiten
El radiotelescopio canadiense CHIME, localizado en la Columbia Británica. Crédito: chime-experiment.ca

Estas son muchísimo más raras. Antes de que CHIME comenzase a funcionar, se conocía alrededor de una treintena de FRBs. Tras su entrada en funcionamiento, ya se conocen más de 700. De ellas, una 20 son fuentes que se repiten. Aprovechando estos datos, un equipo de investigadores, que trabaja con CHIME, ha publicado un estudio en el que profundizan en estos fenómenos y en qué podría estar causándolos. Desde la detección del primero, en 2007, no ha habido grandes avances, así que cualquier novedad es bienvenida.

Hay pocas certezas, a decir verdad. Son fenómenos muy breves, de menos de un milisegundo, pero extremadamente potentes, alcanzando un gran brillo. Todos han sido localizados en galaxias más allá de la nuestra. De momento, no se ha detectado ninguna ráfaga rápida de radio en la Vía Láctea. Algo que, de suceder, facilitaría su estudio por la cercanía. Pero, por ahora, lo único que hay es un montón de teorías. La mayoría de índole natural (estrellas de neutrones, por ejemplo), pero también alguna artificial…

¿Qué tipo de fenómeno es?

La aparición de ráfagas rápidas de radio que se repiten ha provocado que se plantee la posibilidad de que sean artificiales. Es decir, que se deban a la actividad de alguna posible civilización extraterrestre. Los investigadores han intentado determinar si hay diferencias entre los diferentes FRBs, apoyándose en los datos de 9 FRBs (que se repiten) detectados por CHIME últimamente. Así, han llegado a la conclusión de que hay dos grandes grupos de ráfagas rápidas de radio. Las que se repiten y las que no.

Es decir, ambos estarían provocados por fenómenos diferentes; o bien, podrían estar en entornos diferentes. Es algo que se puede observar en el nivel de dispersión, el ancho del pulso y el entorno magnetizado alrededor de la fuente de emisión de esa ráfaga rápida de radio. En cuanto a la dispersión, que sucede por la materia que atraviesan esas ráfagas rápidas de radio, en su camino hacia nosotros, observaron que es la misma tanto para ráfagas rápidas de radio que se repiten, como para aquellas que no lo hacen.

Es decir, ambos grupos parecen originarse en entornos similares. Al analizar el ancho de esos pulsos, los investigadores observaron que son más largos en el caso de las fuentes repetidoras. De ahí, deducen que las ráfagas rápidas de radio que se repiten duran un poco más. Por lo que, quizá, los dos grupos tendrían mecanismos diferentes que provocan que se emitan. Finalmente, también analizaron cómo interactúa la luz con el entorno magnético alrededor de las fuentes de emisión de estas ráfagas.

Las diferencias entre ráfagas rápidas de radio que se repiten y que no

En el caso de dos de esas nuevas fuentes, observaron que la rotación del entorno magnético era más baja que lo observado en la medición de FRB 121101. Esta ráfaga es la primera fuente que se repite conocida. Algo que indica que quizá, las ráfagas rápidas de radio de ambos grupos se producen en entornos no muy magnetizados. A su vez, eso apuntaría a que FRB 121101 sería un caso anómalo, en lugar de la norma. Pero es solo una suposición. Por ahora no se puede determinar que sea así y harán falta más observaciones.

Imagen de la región de la que procede la ráfaga FRB121102. Uno de los FRBs detectados a lo largo del tiempo. Crédito: Gemini Observatory/AURA/NSF/NRC.

De momento, queda mucho por descubrir respecto a este fenómeno. Los investigadores ni siquiera plantean cuál podría ser la posible fuente de emisión de esas ráfagas rápidas de radio. Es decir, sigue cabiendo la posibilidad, aunque parece poco probable, de que pueda haber un origen artificial en alguna de esas ráfagas. Pero no deja de ser un primer paso que podría ayudar a entender si nos encontramos ante dos grupos. Probablemente, CHIME seguirá siendo un telescopio muy interesante en los próximos años.

A fin de cuentas, cuantas más detecciones se produzcan, mayor será la variedad de ráfagas detectadas. Eso permitirá que, tarde o temprano, se descubra cuál es el mecanismo que puede alimentarlos. Quizá, incluso, por qué no se ha detectado ninguna en la Vía Láctea, algo que no deja de resultar llamativo. Lo que está claro es que nos encontramos ante algo nuevo. Veremos si es un fenómeno completamente nuevo (como los púlsares, que resultaron ser un objeto desconocido hasta entonces) o el resultado de unas circunstancias muy específicas…

Estudio

El estudio es E. Fonseca, B. Andersen, M. Bhardwaj et al.; «Nine New Repeating Fast Radio Burst Sources from CHIME/FRB». Publicado en la revista The Astrophysical Journal Letters el 26 de febrero de 2020. Puede ser consultado en este enlace.

Referencias: Universe Today