Una de las ideas más descabelladas, para combatir el calentamiento global, es la de bloquear la luz del Sol, reduciendo la cantidad de luz que llega a nuestro planeta. A pesar de que puede parecer una locura, un estudio detalla cómo se podría conseguir algo así, y las dimensiones del proyecto…

Una enorme sombrilla para bloquear el Sol

Imaginemos que, por algún motivo, decidiésemos bloquear la luz del Sol para reducir la cantidad de energía que llega a la Tierra desde nuestra estrella. Para intentar convertir algo así en realidad, sería necesario desarrollar un proyecto gigantesco. Haría falta la friolera de 400 lanzamientos de cohetes, cada año, durante diez años. Para ponerlo en perspectiva, en 2022 se han lanzado un total de 172 cohetes. El proyecto tendría, como mínimo, una masa de 550 000 toneladas. Además, implicaría realizar un gran experimento con la vida…

Bloquear el Sol contra el calentamiento global
Un bonito paisaje invernal. Crédito: Pexels

La recompensa podría ser muy grande, pero el riesgo también es gigantesco. La pregunta más importante es… ¿una misión así podría evitar el camino hacia el que nos dirigimos? La respuesta, por sorprendente que pueda parecer, es que en teoría sí. Sin embargo, habría consecuencias, que afectarían al planeta, que habría que tener en cuenta. Un estudio, publicado por dos investigadores, analiza lo que sería necesario para convertirlo en realidad. El primer paso implica cambiar de una sombrilla grande a cientos más pequeñas.

La masa es el factor limitante del proyecto, mientras que el coste de cada lanzamiento define el límite financiero. Por ello, los autores proponen utilizar un material utraligero, compuesto por una fina capa de nanotubos de dióxido de silicio. Las sombrillas serían capaces de redirigir la luz solar. Para que funcione, es necesario que no se trate de una vela solar. De no ser así, la presión de radiación del Sol la desplazaría de su ubicación. Lo que se busca es que pueda mantener su posición. Así que el diseño plantea reducir esa presión.

Los puntos de Lagrange al rescate

Para ello, en lugar de detener la luz solar, se opta por redirigirla. El enjambre de sombrillas se ubicaría en el punto de Lagrange L1, entre la Tierra y el Sol. Está a 1,5 millones de kilómetros de nuestro planeta. Solo sería necesario bloquear entre el 2 y el 4 por ciento de la luz del Sol para reducir la temperatura terrestre a los niveles previos a la época industrial. Si se decidiese perseguir esta aventura, los autores calculan que se podría conseguir en unos 15 años. La pregunta clave, sin embargo, es si es algo que realmente querríamos hacer.

Aunque podría resolver el calentamiento global, hay argumentos importantes en contra de estos grandes proyectos de geoingeniería. Dos destacan por encima del resto. Por un lado, los riesgos pueden ser muy grandes y, además, hay muchos factores desconocidos. Las simulaciones intentan predecir los resultados (y los investigadores han realizado simulaciones de cómo evolucionaría el clima en proyectos así) pero no son perfectos. De lo que sí se sabe, no todas las consecuencias serían positivas. Porque sí, bajaría la temperatura…

Pero también provocaría una caída en la frecuencia de lluvias de un 5%. Es decir, menos inundaciones (buenas noticias para algunos países) pero también seguías más largas y severas en regiones áridas. Así que aunque habría aspectos positivos, otros serían negativos. El modelo planteado, al menos, se podría desmantelar si las cosas saliesen mal. También se han planteado otras soluciones que resultan más permanentes. Un estudio juega con la idea de liberar partículas de ácido sulfúrico en las capas altas de la atmósfera…

Métodos para reducir la temperatura sin bloquear la luz del Sol

El efecto de esa acción es reducir las temperaturas de una manera similar a como lo hacen las grandes erupciones volcánicas. Esta partículas, sin embargo, pueden ser dañinas para la capa de ozono. Por ello, están buscando alternativas que sean más benignas, como el carbonato de calcio. Aunque el planteamiento puede parecer brillante, jugar con la atmósfera no es la idea más atractiva del mundo. Si algo sale mal, las consecuencias pueden ser catastróficas. Esto no parece detener a algunos. Las críticas sobre la geoingeniería inciden es que es peligroso.

La Tierra observada por la nave LightSail 2. Crédito: The Planetary Society

El argumento a favor, sin embargo, es que el calentamiento global puede ser todavía peor. Añadiendo que, si seguimos así, algún día las consecuencias podrían ser terribles. Pero por otro lado, y más importante, es que este tipo de proyectos ignoran el problema de fondo. El ser humano necesita reducir las emisiones y ralentizar el consumo de recursos, en lugar de encontrar maneras de mantener la situación actual. Lo más preocupante, quizá, es que no es el primer proyecto de geoingeniería que se menciona en los últimos tiempos.

Es cierto que este tipo de trabajos puede llevar al descubrimiento de nuevos materiales ligeros, o a desarrollar mejores modelos climáticos. Pero, en última instancia, no podemos perder de vista el hecho de que el calentamiento global es uno de los problemas más serios a los que se enfrenta el ser humano. Una solución tecnológica, aunque resultase ser perfecta, y nada saliese mal, solo sirve para que no haya que cambiar todo aquello que, en última instancia, ha provocado que lleguemos a la situación en la que nos encontramos en la actualidad…

Estudio

El estudio es O. Borgue y A. Hein.; «Transparent occulters: A nearly zero-radiation pressure sunshade to support climate change mitigation». Publicado en la revista Acta Astronautica. Puede consultarse en este enlace.

Referencias: Universe Today