La señal Wow!, captada en 1977, fue más intensa de lo que se pensaba en un principio. Es lo que concluye un nuevo estudio que sirve para demostrar, también, que este fenómeno sigue capturando la atención de la comunidad científica. Han pasado casi 50 años, y sigue siendo un objeto de investigación…

La señal Wow! fue más intensa de lo calculado

La señal Wow! es, sin duda, uno de los fenómenos más interesantes del campo de la búsqueda de vida extraterrestre inteligente. Desde su detección, en 1977, ha capturado la imaginación de personas en todo el mundo, tanto expertos como aficionados. Sigue siendo una de las señales más enigmáticas captadas hasta el momento. Ahora, un estudio en el que han participado multitud de personas, incluyendo voluntarios, ha profundizado en la señal. Proporciona diferentes correcciones y también aporta nuevas pistas sobre la señal y sus posibles causas.

La señal Wow! fue más intensa de lo pensado
El radiotelescopio Big Ear, en el terreno de la Universidad de Wesleyan, en Ohio, funcionó desde 1963 a 1998. Crédito: Bigear.org / NAAPO

Los datos de 1977 eran difíciles de procesar, por la falta de sistemas de computación modernos. Los voluntarios del Observatorio Big Ear, en Delaware, Ohio, donde se recogió la señal original, han conservado el registro de la señal. El observatorio cerró en 1998 y, para bien o para mal, las instalaciones y su entorno se convirtieron en un campo de golf. Ahora, con la ayuda de la tecnología moderna, los voluntarios han analizado 75 000 páginas de datos originales, sometiéndolos a una rutina de reconocimiento de caracteres. En ella han participado también seres humanos.

Su función ha sido validar los datos, permitiendo que se realice un análisis computacional a fondo de la señal original por primera vez. Este análisis más detallado ha permitido realizar algunos cambios ligeros en tres de las características principales. Por un lado, ha permitido acotar mejor la región del firmamento de la que la señal pudo proceder. Esto se corresponde con un aumento en la certeza estadística de su ubicación en dos tercios. Su frecuencia también se ha ajustado ligeramente, pero es importante. Pasa de 1420,4556 MHz a 1420,726 Mhz.

Lo que cuentan esas novedades

Aunque esa diferencia de frecuencia puede parecer poco, proporciona una pista importante. La fuente debería estar rotando todavía más rápido para poder crear una diferencia así en la frecuencia. Lo más interesante de este estudio es una nueva estimación de la intensidad de la señal Wow!, que fue más robusta de lo calculado originalmente. En el idioma de la radioastronomía, el nuevo valor es de 250 Janskys. En estimaciones anteriores se había calculado que estaba entre 54 y 212 Janskys. Es decir, la señal Wow! fue mucho más intensa.

También había otros errores menores, pero no tenían mucho impacto en la señal. Aunque sí afecta a la comprensión de los astrónomos. El mayor cambio, seguramente, procede de la corrección de un canal que no estaba etiquetado correctamente y que provocó que se calculase la frecuencia de nuevo. A pesar de todo, la señal sigue siendo un completo enigma. El estudio, de todos modos, intenta arrojar luz sobre algunas de las posibles fuentes que la emitieron. Lo más importante es que descartan que procediese de cualquier fuente humana.

Destacan que, en aquel momento, no había ninguna estación de televisión conocida en Ohio en marcha en aquel momento. Tampoco había satélites sobre el observatorio que hubiesen provocado la señal. La Luna, además, se encontraba al otro lado del planeta. Dicho de otro modo, tampoco es posible que la señal hubiese rebotado en nuestro satélite. Pero van incluso más lejos. El Sol no estaba especialmente activo en 1977. Por lo que se reducen las posibilidades de que fuese el producto de algún fenómeno solar que sucediese entonces.

La señal Wow! fue más intensa, pero sigue siendo un misterio

Además, el análisis que han realizado permite determinar que es poco probable que la señal Wow! fuese el resultado de un error interno del software que se utilizaba. El motivo está en que el patrón tiene un aspecto muy natural. Por tanto, quedan pocas opciones. Lo más probable es que la señal fuese de origen astronómico, como ya se planteaba en su momento. Aunque hay que tener presente que la explicación favorecida no es la de vida extraterrestre inteligente. En su lugar, se considera que el origen está en una nube de material.

Esta imagen muestra la página impresa del ordenador, íntegramente, que contiene la señal Wow! Crédito: Big Ear Radio Observatory and North American AstroPhysical Observatory (NAAPO)

Concretamente, podría deberse a una nube HI. Son nubes de hidrógeno atómico neutral que vagan por el espacio y que son conocidas por producir señales similares a la señal Wow!. Eso sí, nunca se ha observado una que se acerque a los niveles de intensidad vistos en la señal que se captó en 1977. Así que la comunidad SETI sigue preguntándose qué pudo producir la señal Wow!. Es una de las señales más famosas de la historia de la astronomía y, cinco décadas después, sigue siendo una fuente de estudios y sorpresas.

Aunque este trabajo no logra ofrecer respuestas nuevas respecto a su origen, sí puede servir como un punto de partida para que otros investigadores, y futuros trabajos, permitan entender mejor qué sucedió aquel día. Para bien o para mal, la posibilidad de que fuese una emisión de alguna civilización en otros lugares de la galaxia no gana enteros. Pero entender qué provoco la señal ayudará a que, cuando se detecten otras similares en el futuro, se tenga una mejor idea de lo que las provocan. Seguro que no es la última vez que la nombramos.

Estudio

El estudio es A. Méndez, K. Ceballos, J. Zuluaga et al.; «Arecibo Wow! II: Revised Properties of the Wow! Signal from Archival Ohio SETI Data». Puede consultarse en arXiv, en este enlace.

Referencias: Universe Today