Esta semana, en el podcast, estrenamos nueva serie para mecenas con Crónicas bajo la bóveda celeste 1×01. En esta serie, dedicada a la historia de la astronomía, repasamos algunos de los aspectos más importantes e interesantes de nuestro pasado. En YouTube, además, hablamos de atmósferas extremas…
Crónicas bajo la bóveda celeste 1×01: El cielo de nuestros ancestros
En el primer programa de Crónicas bajo la bóveda celeste, hablamos de astronomía prehistórica. Repasamos algunos de los momentos, historias y monumentos más interesantes en este sentido. Desde Stonehenge, que se ha planteado que pudo tener fines astronómicos, además de ser un lugar de reunión para celebraciones sociales o religiosas, hasta las pinturas rupestres de algunas cuevas como Lascaux o El Castillo (en Francia y España, respectivamente). Así como también la astronomía del antiguo Egipto, China o Babilonia.

Son solo algunas pinceladas generales para entender la relación que tenían nuestros ancestros con el firmamento. En muchas ocasiones, se trataba de una relación íntimamente ligada a las creencias de la época. No en vano, la astrología fue de la mano de la astronomía durante mucho tiempo. Pero, al mismo tiempo, también hay otros ejemplos muy interesantes de usos prácticos de la observación del firmamento. Una de las historias más interesantes, en este sentido, es la observación de la estrella Sirio desde las orillas del Nilo.
Los antiguos egipcios comprendieron que Sirio marcaba la llegada de las crecidas del río Nilo. Tras estar unos meses bajo el horizonte, su aparición de nuevo en el cielo coincidía con ese momento. Algo que permitía prepararse y aprovechar las tierras para su cultivo. O, simplemente, saber cuándo llegaba el momento de ponerse a salvo. Son solo algunas de las historias que repasamos en el primer programa de esta serie. Como siempre, puedes escuchar Crónicas bajo la bóveda celeste 1×01 en la aplicación de iVoox, en iOS y Android; en la web, en este enlace; o aquí mismo.
YouTube: Atmósferas extremas
Además, en YouTube, hablamos de algunos ejemplos de exoplanetas con atmósferas extremas. Especialmente gigantes gaseosos (incluso más masivos que Júpiter) que se encuentran muy cerca de sus respectivas estrellas. En esos casos, las atmósferas pueden tener composiciones muy alejadas de lo que observamos en la Tierra. En algún caso, incluso, se ha llegado a plantear la posibilidad de que algún exoplaneta pueda tener lluvia de hierro en su atmósfera. Es el caso de WASP-76b, del que se llegó a plantear que tenía las condiciones adecuadas.

Sin embargo, otros investigadores han planteado que el hemisferio nocturno del exoplaneta no es suficientemente cálido para que el hierro pueda precipitarse en forma de lluvia. En otros casos, se han encontrado exoplanetas muy cerca de sus estrellas, con temperaturas de varios cientos de grados, pero con una composición que no resulta tan exótica. Hablamos de compuestos mucho más cotidianos como el dióxido de carbono o el vapor de agua. Del mismo modo, también se está profundizando en el estudio de exoplanetas rocosos.
Poco a poco, se está empezando a profundizar en mundos como TRAPPIST-1d, uno de los exoplanetas que está en la zona habitable de la enana roja TRAPPIST-1. Los investigadores plantean que es posible que se trate de una roca yerma, sin atmósfera, o que tenga una similar a la de Marte. Quizá, incluso podría tener una atmósfera mucho más espesa, pero con nubes a gran altura, dificultando su detección. De esto, y mucho más, hablamos en el vídeo de esta semana. Puedes verlo en el canal de YouTube, en este enlace, o al principio del artículo.