El cometa interestelar 3I/ATLAS vuelve a ser visible desde nuestro planeta y, con ello, están llegando las primeras imágenes que nos permiten ver qué ha sucedido tras su aproximación al Sol. Muestra un color verde marcado y, además, no parece haber señales de una cola. Pero no implica, necesariamente, algo negativo.

El cometa 3I/ATLAS vuelve a ser visible desde la Tierra

Qicheng Zhang, investigador del Observatorio Lowell en Arizona, ha usado el telescopio Discovery (del mismo observatorio) para captar nuevas imágenes del cometa ahora que ya se está alejando del Sol. Las observaciones se realizaron el pasado 5 de noviembre. Los cometas desarrollan una atmósfera, (también llamada coma), cuando se acercan a nuestra estrella. Esta nube de gas y polvo se hace más grande y brillante a medida que el calor calienta el hielo y otros materiales del cometa. Ese material se sublima y se transforman en gases que podemos observar.

3I/ATLAS vuelve a ser visible, en color verde y sin cola
El cometa 3I/ATLAS visto desde el Observatorio Lowell el 5 de noviembre de 2025. Crédito: Q. Zhang/Lowell Observatory

En este caso, la atmósfera es más brillante cuando se observa con un filtro verde, como ocurre con la mayoría de los cometas que se acercan a nuestra estrella. Zhang utilizó un filtro para detectar partículas de carbono diatómico (C₂), que brillan en color verde. El investigador destaca que en el cometa hay muchas moléculas grandes que contienen carbono e hidrógeno (hidrocarburos). Cuando el cometa se acerca al Sol, la luz ultravioleta (UV) rompe estas moléculas. Esto provoca que, en ocasiones, esos fragmentos sean dos átomos de carbono unidos entre sí. Es decir, carbono diatómico.

En la imagen, el cometa no parece mostrar una cola de polvo. Pero, en realidad, sigue ahí. Según explica el propio Zhang, podemos verla en el lado izquierdo del cometa, que es algo más brillante que el derecho. Lo que sucede, simplemente, es que estamos viendo la cola prácticamente de frente, justo detrás del cometa, curvándose ligeramente hacia la izquierda. En otras palabras, la cola solo parece haber desaparecido desde nuestra perspectiva. 3i/ATLAS no ha dejado de ganar popularidad desde que se descubriese en julio de este mismo año.

Un cometa interestelar plagado de conspiraciones

Parte de esa popularidad se debe a especulaciones sobre que podría ser una nave espacial alienígena. Sin embargo, la mayoría de la comunidad científica no tiene ninguna duda sobre su naturaleza. Simplemente es un cometa que llegó desde algún otro sistema estelar de la a Láctea. Al mismo tiempo, también sería injusto describir a 3I/ATLAS como un simple cometa. No en vano, es el tercer objeto interestelar conocido. Posiblemente, también es el cometa más viejo que hayamos observado, porque se calcula que tiene unos 7000 millones de años.

3I/ATLAS ha vuelto a ser visible desde la Tierra después de desaparecer brevemente tras el Sol y alcanzar su perihelio. Desde el 29 de octubre, está ya en la segunda parte de su viaje, que lo llevará a abandonar nuestro sistema. Esta fase posterior al perihelio abre una ventana muy importante para aprender más sobre su composición. Los cometas suelen ser más activos durante el perihelio. Las primeras Investigaciones sugerían que la exposición prolongada a la radiación de los rayos cósmicos ha dado al cometa 3I/ATLAS una corteza irradiada y gruesa que ya no se parece a la de su sistema estelar natal.

Si se confirma, esta corteza podría complicar los intentos por descifrar los orígenes del cometa, ya que estaría emitiendo ese material irradiado en lugar del material original, formado en su sistema natal. Zhang ya ha utilizado el telescopio Discovery para obtener la primera observación, tras el perihelio de 3I/ATLAS, desde la Tierra. Fue el 31 de octubre. Al igual que su primera observación, la que ha realizado en noviembre tuvo lugar antes del amanecer. Desde nuestra perspectiva, el cometa se mueve hacia el norte, alejándose del horizonte noreste.

3I/ATLAS ahora está acercándose a nuestro planeta

Ahora mismo, podemos observarlo al amanecer. Zhang ha tomado varias imágenes del cometa con distintos filtros. La imagen con el filtro de carbono diatómico, que publicó por primera vez en su blog Cometary el pasado miércoles, sirve para hacernos una idea de cómo podríamos verlo a simple vista. Fue, precisamente, el propio Zhang (junto a otro investigador) quien sugirió el pasado 28 de octubre que 3i/ATLAS había experimentado un aumento de brillo muy rápido y que era de un tono azulado. Sin embargo, parece que este extremo no es correcto.

Imagen del cometa 3I/ATLAS en movimiento a lo largo de 13 minutos, captado por el Telescopio Muy Grande. Crédito: ESO/O. Hainaut

En realidad, el tono azulado hace referencia a la longitud de onda. Cuanto más cerca del azul, más corta es la longitud de la onda. Cuanto más cerca del rojo, más larga. El cometa, según Zhang, sería más brillante cuando se observa con filtros más azules que con filtros rojos. Si bien esos filtros azules son una mezcla de verde y azul. Por lo que, según explica, 3I/ATLAS es más brillante en el filtro más azul que tienen. En cualquier caso, el telescopio Discovery es uno de los telescopios más grandes que puede apuntar suficientemente cerca del horizonte.

Por ello, ha logrado observar el cometa inmediatamente después del perihelio. Ahora ya está lo bastante alto sobre el horizonte como para que varios telescopios grandes puedan observarlo. No solo eso, ahora estamos entrando en la etapa en la que incluso con telescopios amateur pequeños, con una lente de unos 15 centímetros, podremos observarlo por nuestra propia cuenta. Si bien es cierto que necesitaremos una contaminación lumínica mínima. 3I/ATLAS alcanzará su perigeo el próximo 19 de diciembre. En las próximas semanas, ahora que 3I/ATLAS es visible de nuevo, podemos esperar multitud de hallazgos interesantes.

Referencias: Live Science