Elon Musk ha anunciado que su compañía, SpaceX ha comenzado un programa para convertir el CO2 (dióxido de carbono) atmosférico en combustible para cohetes. Algo que resulta interesante por su impacto en nuestro planeta y, también, su utilidad en otros lugares del Sistema Solar…

Por qué usar CO2 atmosférico como combustible para cohetes

El rápido aumento de las emisiones de CO2, desde inicios del siglo XX, han provocado que la temperatura global esté aumentando. A su vez, eso desencadena un efecto de retroalimentación que solo amenaza con empeorarlo todo. Tanto es así, que en los últimos análisis se ha explicado que, incluso si todas las naciones industrializadas redujesen sus emisiones de carbono drásticamente, el calentamiento global no se ralentizaría hasta mediados de este siglo. Por eso, es necesario acompañar esa reducción de emisiones con la captura de carbono.

SpaceX quiere convertir CO2 atmosférico en combustible
Starship MK1 ensamblado en las instalaciones de SpaceX en Texas. Crédito: SpaceX

Es algo que podría permitir esquivar los peores escenarios planteados. Al mismo tiempo, también se ha expresado la preocupación pública respecto a la actividad espacial comercial. Mientras algunos, como Elon Musk, defienden que el acceso al espacio es clave para asegurar la supervivencia a largo plazo de la Humanidad, otros contraatacan al entender que lo que hace es desviar la atención de los problemas de la Tierra. Además, los lanzamientos de cohetes producen grandes emisiones de carbono. De ahí que la reacción de Elon Musk resulte muy interesante.

El pasado 13 de diciembre de 2021, anunciaba que SpaceX comenzará un programa de captura de carbono para crear combustible para cohetes. Este proceso comienza con la eliminación de CO2 atmosférico, a través de varios métodos, y termina con la fabricación de combustible. Después de capturar ese CO2, se combina con agua para crear hidrocarburos (la base del petróleo y el gas natural). La ventaja es que ese biocarburante produce menos emisiones. Esta tecnología, por tanto, no solo reduciría el nivel de CO2 en la atmósfera, también aceleraría la transición a otros combustibles.

Una tecnología que también serviría en Marte

El anuncio fue realizado por Elon Musk en su propia cuenta de Twitter, con poca información, pero suficiente para entender por dónde podrían ir los planes de la compañía. Explicaba la apertura de este programa de captura de carbono y añadía, además, que será importante en Marte. En el planeta rojo, el mecanismo resultaría muy interesante. A fin de cuentas, hay que recordar que, por volumen, la atmósfera marciana está formada en un 95% por dióxido de carbono. El entorno es tremendamente atractivo para la captura de carbono.

La fabricación de combustible con esta técnica, allí, sería muy útil. A fin de cuentas, es necesario que Starship, la nave en la que está trabajando la compañía en estos momentos, sea capaz de repostar lejos de la Tierra. Algo imprescindible para que se pueda convertir en realidad ese escenario en el que la civilización sea realmente interplanetaria. Starship se apoyará en el repostaje en órbita para llevar a cabo misiones hacia la Luna, Marte y otros lugares. Necesitará, sin embargo, disponer de esos mismos depósitos en los lugares de destino.

De otro modo, será imposible emprender el viaje de regreso. Es una pieza importante para garantizar que Starship sea una nave completamente reutilizable. Además, es parte de los planes a largo plazo de SpaceX, que busca reducir los costes asociados con los lanzamientos. SpaceX busca establecer un ritmo regular de recuperación de las nave, repostaje y relanzamiento. En los últimos años, Musk ha comentado que espera alcanzar una capacidad de 100 lanzamientos de Starship al año, cada dos años (cuando la Tierra y Marte están más cerca).

Ciudades en Marte, un entorno sostenible…

En el fondo de toda su aventura con SpaceX, está el sueño de Elon Musk: lograr tener ciudades autosostenibles en Marte. En los últimos tiempos se ha hablado mucho del impacto medioambiental de los lanzamientos espaciales. En un informe de The Guardian, en 2021, se calculaba que un único lanzamiento, de un cohete Falcon 9 de SpaceX, puede dejar entre 200 y 300 toneladas de dióxido de carbono en la atmósfera. El programa de captura de carbono, en ese sentido, permitiría reducir el impacto de los lanzamientos.

El cohete Falcon 9 y la cápsula Crew Dragon, en un momento del intento de lanzamiento de Demo-2. Crédito: NASA TV

A largo plazo, la retirada de dióxido de carbono de la atmósfera, en mecanismos como este, podría resultar muy positiva. No solo eso, permite seguir adelante con uno de los grandes objetivos del ser humano. A fin de cuentas, si queremos garantizar la supervivencia de la Humanidad, necesitaremos tener presencia en más lugares además de la Tierra. De otro modo, el impacto de un asteroide (o cometa) lo suficientemente grande podría acabar con nuestra especie. No han sido pocas las voces, en este sentido, en los últimos años.

Además, la posibilidad de hacerlo al tiempo que se reduce el impacto medioambiental en nuestro propio planeta resultará beneficioso para todas las partes. En cualquier caso, estamos todavía en los primeros pasos de ese programa planteado por SpaceX. Tendremos que esperar una buena temporada para ver resultados. Esperemos que sean tan positivos como se puede imaginar. Starship todavía está lejos de entrar en funcionamiento a nivel comercial (aunque Musk espera que suceda en 2022) y tiene un largo camino por delante…

Referencias: Universe Today