Es posible que el período en el que las civilizaciones extraterrestres puedan ser detectables se defina por su brevedad… Y no en la escala cósmica, si no incluso en la escala de una vida humana. Es lo que plantea un estudio que pinta un panorama tan desesperante como intrigante…

La brevedad de las civilizaciones extraterrestres se debería a su tecnología

Este 2025 ya es parte de la historia de la búsqueda de exoplanetas porque es el año en el que, finalmente, se ha superado la cifra de 6000 exoplanetas confirmados. A lo largo de las décadas, hay un dato que ha quedado claro: hay una cantidad enorme de planetas que podrían ser potencialmente habitables. A pesar de ello, décadas de búsqueda de señales de civilizaciones extraterrestres no han dado resultado alguno. Ni siquiera se ha llegado a tener una sospecha razonable sobre la posible existencia de vida inteligente lejos del Sistema Solar.

La brevedad de la detección de civilizaciones extraterrestres
Concepto artístico de Barnard b y su estrella. Crédito: ESO/M. Kornmesser

A esa observación le acompaña una pregunta inevitable: ¿por qué? Si hay tantos exoplanetas que son potencialmente habitables, ¿qué hace que las civilizaciones sean tan difíciles de detectar? Es algo que también se ha respondido con diferentes planteamientos. Es posible que la aparición de la vida sea tremendamente complicada. Quizá la Tierra está aislada intencionadamente por parte de esas civilizaciones. O puede que las civilizaciones se destruyan a sí mismas cuando alcanzan la tecnología necesaria para poder conseguirlo.

Incluso hay quien ha planteado que quizá somos la primera civilización del universo. El problema es que, por ahora, ninguna de estas hipótesis es demostrable, y tampoco son particularmente satisfactorias como respuesta. Ahora, un nuevo estudio plantea un enfoque diferente. ¿Y si el motivo por el que las civilizaciones extraterrestres no son detectables se debe a la existencia y desarrollo de la Inteligencia Artificial? No es una idea completamente nueva. El trabajo, de hecho, analiza algunas de las reflexiones de Carl Sagan en los años 70.

El problema del horizonte de comunicaciones

Sagan pensó en algunos de los desafíos a los que se enfrenta la búsqueda de vida extraterrestre inteligente. Uno de ellos era lo que definió como el «horizonte de comunicaciones». El razonamiento es el siguiente: a medida que una civilización extraterrestre avanza, su tecnología se vuelve demasiado sofisticada para que la podamos detectar. Así, podríamos detectar las señales de radio intensas de una civilización que esté a 100 años luz. Pero si, en su lugar, utilizasen comunicación por neutrinos, serían completamente invisibles a nuestras herramientas.

Lo mismo sucede si imaginamos escenarios más exóticos como que, de alguna manera, existiese una forma de transmitir información más rápido que la luz. Sería algo que, naturalmente, pasaría completamente desapercibido para nuestra especie porque ni siquiera sabríamos cómo empezar a estudiarlo. Al final, en su razonamiento, Carl Sagan concluye que una civilización tardaría unos mil años en progresar hasta quedar fuera de nuestro límite de observación. Par ello, se basaba en la manera en que nuestra propia civilización ha avanzado.

Aunque, desde los años 70, han cambiado muchas cosas. Especialmente en lo referente a la tecnología por ordenador. Hoy en día, la inteligencia artificial es uno de los avances más populares y más importantes. La IA es una parte cada vez más importante de nuestras vidas cotidianas. Algunos plantean que la tecnología llegará, tarde o temprano, a una meseta tecnológica. Es decir, llegaremos a un punto en el que los avances que se puedan conseguir serán mucho más lentos y pequeños. Otros, sin embargo, plantean un contexto muy diferente.

La brevedad de las civilizaciones extraterrestres… por el cambio de su existencia

Es posible que, algún día, lleguemos a tener lo que se conoce como una superinteligencia artificial. Si apareciese en la próxima década, se convertiría en la inteligencia dominante en la Tierra. La teoría dice que, una vez llegásemos a ese punto, la superinteligencia artificial sería capaz de avanzar mucho más rápido que nosotros. Este estudio plantea que, si tenemos en cuenta ese crecimiento exponencial de la tecnología, y consideramos la posibilidad de que las inteligencias no biológicas sean comunes, entonces el horizonte de comunicaciones se reduce mucho.

Recreación de un atardecer en el exoplaneta Gliese 667Cc. La estrella más cercana es la enana roja Gliese 667 C, en la derecha aparecen Gliese 667 A y Gliese 667 B, las tres forman parte de un sistema solar triple. Crédito: ESO/L. Calçada

El panorama que pintan Michael Garret, autor del estudio, resulta desesperanzador porque su razonamiento es demoledor. Si el desarrollo y avance de la IA se produce tan rápido como esperan algunas personas (que plantean que podríamos estar a solo una década de tener una superinteligencia artificial), entonces el horizonte de comunicaciones sería muy breve. Puede que haya civilizaciones que lleguen a emitir señales al espacio durante apenas una o dos décadas. Incluso en la escala de la vida de un ser humano, diez o veinte años es poco tiempo para una campaña así.

Al mismo tiempo, también parece razonable suponer que debería haber otras civilizaciones extraterrestres que tarden más en llegar a la fase de creación de una IA y su posterior desarrollo hasta convertirla en una superinteligencia artificial. Además, también es necesario tener en cuenta que, aunque la IA está presente en muchos aspectos de nuestra vida, en realidad estamos lejos de una inteligencia artificial propiamente dicha, que sea consciente de su propia existencia. No solo eso, es que todavía queda mucho camino por recorrer para llegar a ese punto… si es que es posible.

Estudio

El estudio es M. Garrett; «Blink and you’ll miss it — How Technological Acceleration Shrinks SETI’s Narrow Detection Window». Puede consultarse en arXiv, en este enlace.

Referencias: Universe Today