Cuando la sonda DART chocó contra el asteroide Dimorfos, en septiembre de 2022, no solo cambió la órbita del asteroide (como se esperaba), también dejó una gran cantidad de rocas expulsadas que llevaban un momento tres veces superior al de la propia nave. Algo que habrá que tener en cuenta en el futuro…
Las rocas expulsadas durante la misión DART
Un grupo de astrónomos ha descubierto que, aunque la misión DART demostró con éxito que los impactadores cinéticos como la misión DART son capaces de alterar el rumbo de un asteroide. Las rocas expulsadas como resultado de la colisión crearon fuerzas en direcciones inesperadas que podrían complicar los intentos de desvío en el futuro. Según un nuevo estudio, el uso del desvío de asteroides para la defensa planetaria seguramente sea mucho más compleja de lo que se pensaba en un principio. El autor principal, Tony Farnham, explica que se tuvo éxito al desviar un asteroide.

Permitió modificar la órbita, pero tuvo más consecuencias. Los investigadores explican que su trabajo muestra que el impacto directo de DART provocó ese cambio, pero las rocas expulsadas le dieron un empuje adicional que fue casi igual de grande. Ese factor adicional cambia la física necesaria al planificar este tipo de misiones. Con la ayuda de LICIACube, una pequeña nave que acompañó a DART y observó las secuelas del impacto, los astrónomos pudieron rastrear 104 rocas con radios de 0,2 a 3,6 metros, mientras se alejaban de Dimorphos.
Llegaron a alcanzar velocidades de hasta 52 metros por segundo. Gracias a esas imágenes, el equipo logró determinar las ubicaciones y velocidades en tres dimensiones de esas rocas expulsadas. Así, comprendieron que las rocas no se dispersaron por el espacio al azar. En su lugar, se acumularon en dos grupos diferentes, con una ausencia de material en el resto de lugares. Esto quiere decir que está en marcha algo desconocido. El cúmulo de restos más grande, que contenía alrededor del 70% de los objetos rastreados, se expulsó hacia el sur.
Dos rocas grandes partidas por la propia nave
Se movía a una velocidad alta y a un ángulo poco profundo respecto a la superficie. El equipo cree que las rocas expulsadas, seguramente, procedían de lugares específicos. Quizá de rocas más grandes de en Dimorphos, que fueron destrozadas por los paneles solares de DART justo antes del impacto del cuerpo principal de la nave. Los investigadores explican que, seguramente, los paneles solares golpearon dos grandes rocas, llamadas Atabaque y Bodhran. Las evidencias apuntan a que el cúmulo de material expulsado hacia el sur está compuesto por fragmentos de Atabaque.
Estas observaciones también las han comparado con la misión Deep Impact de NASA, destacando que las características de la superficie, y la composición del objetivo, moldean de una manera fundamental el resultado del impacto. Deep Impact golpeó una superficie que, en esencia, era muy pequeña, compuesta por partículas uniformes. Así que la eyecta (el material expulsado) era lisa y continua. En el caso de Dimorphos, la superficie que golpeó DART era rocosa y llena de rocas grandes, dando como resultado estructuras filamentarias caóticas en su eyecta.
Al comparar esas dos misiones, se obtienen pistas sobre cómo responden diferentes tipos de objetos celestes a los impactos. Algo esencial para garantizar que una misión de defensa planetaria sea exitosa. El momento del impacto de DART expulsó rocas principalmente en trayectorias perpendiculares a la trayectoria de la nave. Esto quiere decir que pudo inclinar el plano orbital de Dimorphos hasta un grado y, potencialmente, enviar el asteroide dando tumbos por el espacio. El trabajo del equipo para entender el efecto de esos restos será muy importante en la misión Hera.
Las rocas expulsadas serán objeto de estudio con Hera
Es una misión de la Agencia Espacial Europea, que llegará al sistema formado por Didymos y Dimorphos en 2026. Los datos recogidos por LICIACube proporcionan más perspectivas sobre los impactos. Especialmente porque DART se diseñó originalmente para apoyarse únicamente en las observaciones desde la Tierra. Hera permitirá hacer lo mismo pero obteniendo una imagen directa de las secuelas del impacto, apoyándose en predicciones realizadas con los datos recogidos por DART. Los investigadores explican que estos datos han sido muy útiles.

Las diferentes perspectivas e imágenes cercanas de LICIACube le han dado información al equipo de DART que no se habría podido obtener desde la Tierra. Esto incluye datos sobre las rocas expulsadas del asteroide. El estudio sugiere la importancia de tener en cuenta estas variables al planificar futuras misiones de desvío de asteroides. Como dicen los investigadores, si un día descubrimos que un asteroide se acerca hacia nosotros erráticamente, y supiésemos que hay que desviarlo una cantidad específica, para impedir el impacto, todo esto sería muy importante.
Habría que considerar todas estas sutilezas para asegurarse de que el asteroide es desviado lo necesario. De otro modo, el impacto podría no llegar a cumplir con el movimiento esperado y el asteroide se mantendría en rumbo de colisión. Las buenas noticias son que hay mucho que aprender con Hera, y que no hay ningún asteroide conocido que vaya a colisionar con nuestro planeta en los próximos 100 o 150 años. A pesar de ello, es importante avanzar en el campo del desvío de asteroides, porque tarde o temprano lo necesitaremos…
Estudio
El estudio es T. Farnham, J. Sunshine, M. Hirabayashi et al.; «High-speed Boulders and the Debris Field in DART Ejecta». Publicado en la revista The Planetary Science Journal el 4 de julio de 2025. Puede consultarse en este enlace.
Referencias: Phys