Un grupo de estudiantes plantea la creación de un módulo, al que llaman, THEIA, como una pieza clave para el funcionamiento de una base lunar. Algo interesante porque el objetivo principal del programa Artemisa, de NASA, es regresar a la Luna para tener una presencia permanente…

El módulo THEIA no sería una base lunar

Un grupo de estudiantes de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign ha escrito una propuesta para un módulo de infraestructura lunar al que llaman THEIA. Son las siglas de Trans-lunar Hub for Exploration, ISRU and Advancement (Centro trans-lunar para la Exploración, uso de recursos in situ y Avance). El nombre nos puede resultar familiar porque, en la teoría de cómo se formó la Luna, es el que recibe el objeto (de un tamaño similar a Marte) que chocó con la Tierra y dio lugar a su formación. El proyecto no es simple imaginación.

El módulo THEIA: Una pieza clave para una base lunar
Concepto artístico de astronautas trabajando en la superficie de la Luna. Crédito: NASA

Su propuesta ha sido parte de un proyecto de NASA en el que varios equipos, de diferentes instituciones académicas, han enviado estudios centrados en La Evolución Lunar Sostenible en 2024. El módulo THEIA no está concebido como base central para las actividades de exploración lunar de NASA. Esa función seguiría dependiendo de la base del programa Artemisa, en la que la agencia espacial estadounidense ya lleva un tiempo trabajando. Su función, en realidad, sería la de servir como centro para cuatro aspectos principales.

Cuatro funciones que consideran esenciales en cualquier misión lunar a largo plazo: energía, comunicaciones, transporte y uso de recursos in-situ. Los requisitos del proyecto de la misión incluyen proporcionar posicionamiento local, comunicaciones y energía a una región alrededor del polo sur lunar. Hay diferentes organizaciones (y compañías) que están trabajando en el desarrollo de diferentes infraestructuras con cometidos similares. El primer paso, por supuesto, es determinar de qué manera se podría enviar el módulo THEIA a su destino.

La necesidad de utilizar Starship

Al igual que sucede con muchos de los aspectos del programa Artemisa, El módulo THEIA necesitaría despegar a bordo de una Starship de SpaceX. El equipo ha calculado los requisitos iniciales del lanzamiento, para poder establecer una instalación sencilla y comenzar a funcionar, y estiman que serán unas 73 toneladas. Una cifra muy por debajo del límite de 100 toneladas que, se espera, Starship sea capaz de transportar hasta la superficie lunar. Entre esos primeros componentes habría dos piezas esenciales de infraestructura.

Curiosamente, nos encontramos con la mención de LUNARSABER. Se trata de una propuesta de torre de la que ya hemos hablado en el pasado. El equipo inicial estaría formado por varias de estas torres, así como los robots para su instalación. La idea de recurrir a LUNARSABER parece de lo más apropiada. A fin de cuentas, se trata de una torre extensible, con paneles solares para recoger energía, y diferentes transmisores y receptores para enviar tanto energía como señales de comunicación. Las torres, además, pueden transmitirla entre sí.

Por lo que, con varias torres LUNARSABER, se puede crear una red básica en la superficie de la Luna. La torre es esencial en este proyecto para proporcionar energía y comunicaciones. En el planteamiento del equipo, es necesario recurrir a la ayuda robótica. Sugieren el uso de varios róvers, incluyendo un diseño con varias extremidades (como el prototipo del róver Athlete de NASA) y un róver lunar más tradicional. Este último estaría basado en el contrato actual de NASA para el nuevo Vehículo de Terreno Lunar, en el que varias compañías están involucradas.

El módulo THEIA necesitaría más componentes

Entre el resto de componentes esenciales del módulo THEIA se incluyen antenas para transmitir datos y comunicaciones a la Plataforma Orbital Lunar y posibles hábitats. Esto permitiría tanto que se lleven a cabo experimentos científicos como que una tripulación pueda vivir en ellos. Una inclusión importante en la filosofía de diseño de THEIA es que debería haber espacio para que los experimentos puedan funcionar en el interior de un entorno semicontrolado. En cualquier caso, incluso si se convierte en realidad, habrá que esperar una buena temporada.

Concepto artístico de LUNARSABER en la noche lunar. Crédito: Honeybee Robotics

Las misiones en las que se plantearía el lanzamiento del módulo THEIA no llegarán hasta 2035 y las misiones tripuladas que tuviesen lugar después son las que se podrían beneficiar. Esta es una de las propuestas recibidas por NASA que ha llegado a la fase de finalista. Resulta interesante ver que incluso estudiantes (todavía sin graduar) también están centrando su atención en el futuro del ser humano lejos de nuestro planeta. Algo positivo, porque permite ver que las próximas generaciones también están interesadas en llegar cada vez más lejos.

Si el módulo THEIA, o alguna de las otras propuestas, se llega a convertir en realidad es algo que está por ver. Lo importante es que es un ejemplo de cómo son muchas instituciones (públicas y privadas) las que están trabajando en conseguir que, un día, el objeto celeste más cercano a nuestro planeta tenga una presencia humana permanente. Establecer una base lejos de la Tierra no es una tarea fácil, pero poco a poco se está avanzando para que se convierta en realidad. La década de 2030 será un momento muy importante en la exploración espacial tripulada…

Estudio

El estudio puede consultarse en este enlace.

Referencias: Universe Today